Jaloque

Etimologías, por Santiago Delgado

Pues seguimos con los eolónimos, que son como los primos ingrávidos de los topónimos. Entre ellos se quieren mucho y son como los carteros que llevan noticia de viento, calor o frío de un lugar a otro. Además, si ya ha salido aquí el lebeche, justo es que venga también su gemelo el jaloque. Fin de la justificación del tema. 

Jaloque viene de salum, que es el genitivo plural de sal-salis, que es como los romanos le decían a la sal; sal común, que se decía cuando yo era mozo. O sea, viento de las sales. Y es que el jaloque es viento que, viniendo del sur, cuando bate el mar, lo hace no paralelo al mismo, sino con poca o mucha inclinación. Y, claro, salpica a los marineros en cuanto que aproen algo la embarcación.

– Vale, jefe, pero la «q»¿de dónde sale?

– Se la ponen los árabes, que empleaban mucho ese viento cuando iban a vela hacia cualquier parte de Europa. Para volver atravesaban Libia y cabotaban. Además, le cambian la acentuación de la «a» de la primera sílaba a la última, que, además hacen tornar a «o». Cuando sepa Filología Semítica se lo explicaré mejor. Así las cosas, el vocablo llega a la costa lemosina, que es lo que va de Marsella hasta Alicante. Y a estos tales, les parece bien modular la «s» inicial por «x»; pero equis a la española; la «x» de taxi, por ejemplo. Y ya tenemos Xaloc o Xaloq.

– Y entonces es cuando llegan los castellanos, ¿verdad, jefe?

– Efectivamente, mon amie. A los castellanos, eso de empezar por equis una palabra no les va. Y van e imponen su «j» inicial, más familiar para ellos. Y, claro, lo de acabar en consonante fuerte, les parte la lengua. Así que añaden una «e», porque añadir una «o» cambiaría el sentido de la palabra, y sonaría a viento loco. Aunque la cosa no se quedaría muy lejos de la realidad; pues el jaloque es un viento muy locarias, que no lleva una dirección fija y definida, cambia cuando quiere hasta 15º su marcha. En el Mar Menor de mis pecados marineros, el jaloque es un viento solar que va exactamente desde la línea de Cabo de Palos-Los Belones hasta la de La Puntica-La Ribera. Lo origina el sol cenital del verano y, cuando ya no son verticales los rayos, amaina hasta finar. Entretanto ha fastidiado, con jota, todos los planes veleros del personal náutico. No tiene buena prensa el jaloque en el Mar Menor.