EL TROTAMUNDOS DEL CASINO. Por Eliseo Gómez Bleda.
No comprendo cómo existiendo ciudades maravillosas y tan cercanas a nosotros, dejamos pasar el tiempo sin hacerles una visita. Y yo soy el primero en no hacerlo. Las tenemos tan a mano, tan cerca de nosotros, que lo vamos dejando y no les dedicamos la atención que merecen. Toledo es una de esas excepcionales ciudades. Os animo a que en uno de vuestros viajes a Madrid le dediquéis un día o por lo menos unas horas para disfrutar de ella. Voy a recordar mi última visita y dar un paseo virtual con vosotros, recorriendo la Ciudad Imperial.
Desde la estación de Atocha, el AVE nos llevará a Toledo en 33 minutos, por unos 11 euros. Al llegar a la estación, a pesar de que podemos coger el autobús 61 o 62, que nos llevarían a la céntrica plaza de Zocodover, preferimos ir andando y cruzar el Tajo, viendo una preciosa vista del Alcázar y del puente de Alcántara. Después buscamos las famosas escaleras mecánicas, imprescindibles para llegar al centro de Toledo.
Toledo es sin duda una de las ciudades más misteriosas del mundo. Lo podemos comprobar con la cantidad de rutas que existen y que podemos seguir: Toledo mágico, Toledo misterioso, Toledo subterráneo, las casas encantadas de Toledo, Toledo de los Templarios, Toledo secreto, etc. Cuando cae la noche vemos muchos grupos de turistas caminando por los callejones, casi en la penumbra, descubriendo la infinidad de leyendas de la ciudad, muchas de ellas nos pondrán los pelos de punta.

Catedral de Toledo.
Toledo es sin duda una de las ciudades más misteriosas del mundo. Numerosas visitas guiadas recorren sus calles de noche para descubrir las leyendas
Toledo tiene más de dos milenios de historia. Fue capital del reino visigodo, tuvo gran esplendor en su periodo musulmán y fue centro del Imperio en la época cristiana. En ella convivieron durante ocho siglos musulmanes, judíos y cristianos. Todas esas civilizaciones dejaron su huella, que hoy podemos disfrutar en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Comenzamos nuestro recorrido por la monumental Puerta de la Bisagra, lugar de entrada a Toledo, que tiene una estatua de Carlos V y un gran escudo de la ciudad Imperial, con su inconfundible águila bicéfala. Nos dirigimos a la Plaza de Zocodover, centro neurálgico de la ciudad desde tiempos medievales y de donde parten casi todas las visitas guiadas.
Zocodover significa en árabe “mercado de bestias de carga”. En ella se han corrido toros y se han ejecutado reos en el cadalso. En el desaparecido Mesón del Segoviano que se situaba en la plaza, se dice que Cervantes escribió “La ilustre fregona”.

Arco de la Sangre.
En el año 1589, la plaza sufrió un gran incendio y fue totalmente destruida. Entonces se acordó construir una nueva, aunque la que conocemos en la actualidad, porticada y rectangular, fue remodelada en 1854.
En la ambientada plaza veremos el famoso “Arco de la Sangre”, que se llama así porque encima del arco hay una capilla donde está la imagen del Cristo de la Sangre. Se cree que antiguamente se abría al anochecer para ver al Cristo. También en la plaza está la famosa confitería Santo Tomé, que es una de las que más me gusta de todas las que hay en Toledo. ¡Qué maravilla de mazapán!
Cerca de aquí se encuentra el Alcázar de Toledo, situado en la parte más alta de la ciudad. Data del siglo III y en sus inicios fue un palacio romano. Actualmente es el Museo del Ejército. En la última planta del Alcázar está la Biblioteca Pública del Estado. Nos podemos tomar algo en su cafetería y disfrutar de unas vistas fabulosas.

Calle del Comercio.
Volvemos a la plaza de Zocodover, para seguir por la famosa calle del Comercio, peatonal y muy transitada, llamada por los toledanos la “calle ancha”, no porque sea la más ancha, sino porque es la menos estrecha. Cuenta con numerosos comercios, restaurantes y tiendas de productos típicos toledanos: espadas, armaduras, azulejos, cerámica y encajes, entre otros.
Siguiendo por la calle del Comercio, llegamos a la vía del Hombre de Palo y más tarde a la Catedral Primada, quizá la obra más importante del gótico en España. Construida sobre una antigua mezquita, su edificación duró dos siglos, iniciándose en el reinado de Fernando III el Santo. El retablo de la capilla Mayor es espectacular. Vemos también las capillas de Santiago y San Ildefonso. “El Expolio” del Greco y la custodia de Arfe, que se exhibe en la procesión del Corpus Christi, merecen ya una visita por sí solos.
La Catedral Primada es quizá la obra más importante del gótico en España. Fue construida sobre una antigua mezquita
La torre tiene 92 metros de altura y la campana, llamada la “gorda”, es la tercera más grande del mundo. Pesa 17 toneladas y el badajo, 800 kilos. La entrada a la Catedral vale 10 euros, pero os aseguro que vale la pena.
Uno de los mejores disfrutes de Toledo es perderse literalmente por sus callejuelas secretas, tranquilas, silenciosas, llenas de historia, y de vez en cuando asomarnos a hurtadillas a algún patio privado, cargados de encanto.
Seguimos nuestro camino y llegamos al Monasterio de San Juan de los Reyes, el cual se empezó a construir en el 1477 para conmemorar el triunfo de los Reyes Católicos en la batalla de Toro. El edificio combina el gótico flamígero, con techos mudéjares. La plaza donde está situado es un magnifico mirador sobre el Tajo y los cigarrales.

El Alcazar de Toledo.
En esta zona nos encontramos con la antigua aljama judía, que llegó a tener carnicería propia, once sinagogas y baños públicos. Era una ciudad dentro de otra. Las calles del Tránsito y Reyes Católicos son su centro neurálgico, donde se encuentran las dos sinagogas que sobreviven en la actualidad. La del Tránsito, con sus maderas talladas y su techo, que es el mejor artesonado mudéjar de Toledo. La otra sinagoga es la de Santa María la Blanca, que en su interior alberga un templo de planta de salón con cinco naves. Sin duda se trata de una antigua mezquita y es lo mejor del arte almohade de España.
A pocos metros de la sinagoga del Tránsito se encuentran la casa museo del Greco y la iglesia de Santo Tomé, donde veremos “El entierro del Conde de Orgaz”, una de las obras maestras del Greco.
La ciudad de Toledo tiene cinco puentes, pero sin duda uno de los más bonitos es el puente de San Martín. Construido en el siglo XIV, es una muestra del arte militar en la Edad Media. Tiene cinco arcos y dos torreones defensivos. Las vistas desde allí son espectaculares.
En la iglesia de Santo Tomé veremos “El entierro del Conde de Orgaz”, una de las obras maestras del Greco
Por debajo de la muralla, cerca de la Carrera de San Sebastián, hay un barranco que desciende hacia el Tajo hasta una especie de parque, donde en la antigüedad había molinos y zonas de baño, y ahora es uno de los paseos más bonitos de la ciudad.
Os recomiendo pasear por la plaza de San Román, el barrio de Santa Leocadia o la zona de la plaza del Seco: son unos rincones llenos de belleza que nos cautivaron.
La cocina toledana es, toda ella, de raíces castellano-manchegas. Entre los muchos platos que degustamos fueron: migas de pan, cuchifrito de cochinillo, perdiz estofada, carcamusas (que es un guiso parecido a nuestra magra con tomate) y, de postre, su exquisito mazapán o algún empiñonado.
Para tapear fuimos a El Trébol y La Tabernita, en la calle Santa Fe, que está al otro lado del Arco de la Sangre, en Zocodover. Para comer nos encantó La Abadía, en la calle Núñez de Arce, que es una antigua casa de oficios del XVI, con cuevas y aljibes.
Si tenéis la oportunidad de pasar una noche en Toledo, podéis pernoctar en el Parador o en el hotel el Cigarral el Bosque, que cuenta con unas preciosas vistas. También os recomiendo el Hotel Pintor el Greco.
Cualquier época es buena para hacer una visita a esta bella ciudad, aunque mucha gente me recomendó que fuésemos el día del Corpus, que al parecer está preciosa. Una cosa que me sorprendió es que hay muchísimas casas que utilizan el trampantojo. Veremos edificios con ventanas o puertas falsas, pintadas en sus fachadas.

Río Tajo.
Como os dije al principio, Toledo es la ciudad de las mil leyendas y no quiero dejar de relataros una de ellas:
La llaman “la ajorca de oro”, de Gustavo Adolfo Bécquer, y narra la historia de María Antúnez, mujer caprichosa, que siempre quería presumir de vestidos y joyas para llamar la atención de los vecinos. Cuentan que su enamorado, don Pedro Alfonso de Orellana, se la encontró llorando una tarde y ella le dijo que había estado en la Catedral, porque era la festividad de la Virgen y se había enamorado de la ajorca que la Virgen lucía en su brazo.
Para complacer a su amada, don Pedro entró por la noche en la Catedral para robar la preciada joya. Caminando por sus inmensas naves, temeroso de las sombras que proyectaban los cirios encendidos, llegó al altar de la Virgen del Sagrario y le arrebató el brazalete. Pero al girarse para salir corriendo de la Catedral, vio que todas las estatuas con sus ropajes se habían bajado de sus peanas y lo rodeaban, junto con los esqueletos procedentes de la cripta. Todos querían evitar el robo.
A la mañana siguiente cuando abrieron el templo, se encontraron a don Pedro tirado en el suelo, enloquecido y gritando ¡suya es!, al tiempo que alzaba la mano con el brazalete de oro.
Espero que disfrutéis en esta maravillosa ciudad, como yo lo he hecho. Es de una gran belleza, os lo aseguro.
RECOMENDACIONES DE ELISEO
– Sentarse en la Plaza de Zocodover y ver el ir y venir de la gente.
– Visitar la ciudad en Navidad, muchos villancicos y mazapán.
– Callejear hasta perderse en sus callejuelas.
– Hacer una visita guiada nocturna.
– Tomar un café a media tarde en el Círculo de Arte de Toledo.

Eliseo Gómez Bleda.
Como siempre Eliseo, maravilloso tu artículo sobre la ciudad de Toledo.
Felicidades ,por hacernos conocer una ciudad mas.