CAMINOS

PINCELADAS. Por Zacarías Cerezo.

(Dedicado a Nicole)
Los caminos siempre han estado presentes en mi pintura. Un camino en el espacio bidimensional del cuadro aporta en nuestro subconsciente la tercera dimensión. Es el dulce poder del engaño que detenta el pintor.

Un camino es una invitación a ponerse en marcha; hacia dónde, no es lo más importante porque el viaje puede ser hacia nosotros mismos. No se alcanza gran velocidad cuando se camina, se acelera el pulso ligeramente y el torrente sanguíneo arrastra a nuestro cerebro sustancias adictivas, por beneficiosas.

Alabo la apertura de nuevos caminos, y me refiero a los que se extienden como alfombras lineales exclusivamente para que pongamos un pie delante de otro, sin máquinas, los que nos sacan de casa y nos adentran en la naturaleza donde siempre somos bienvenidos, los mismos que nos sirven para la agradable vuelta. Cada paseo es una oportunidad de sentir esa maravilla que tenemos al sur de nuestro cuerpo, que son los pies, tan poco valorados cuando no nos duelen; que nos hacen ser peregrinos aunque sea de cercanías, descubridores de paisajes y paisanajes.

Murcia es una ciudad que tiene su mejor pulmón fuera de ella: la huerta. Y es sabio el criterio moderno de establecer esa red de senderos que cosen un ámbito y el otro, nos facilitan pasar de la ciudad a la huerta con naturalidad cotidiana. Es una manera de comprobar que somos mejores cuando armonizamos lo urbano y lo rural con nosotros mismos.

La acuarela recrea el paseo por la mota del río Segura, entre Javalí Viejo y Javalí Nuevo, camino de la Contraparada: un lujo gratuito.


zacariascerezo@gmail.com

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