Sierra de Altaona

Etimologías, por Santiago Delgado

Sierra de Altaona. Foto: asmregiondemurcia.org

Yendo hacia Sucina, ya saben, toda la costera sur ,y al llegar a Los Ramos, o por ahí, tuercen a la derecha y suben el Puerto de Tabala. Al bajar el collado, justo antes de empezar el llano del Campo de Murcia (el Campo de Cartagena empieza más a occidente) tenemos la simpática y breve Sierra de Altaona. Una hermosura. Muy bien señalizada para los senderistas y demás curiosas gentes amigas de los lugares apartados. Tiene una altitud media de casi 350 metros y es, algo así, como el límite de lo que tanta gente murciana conocimos como Paisaje Lunar cuando, subidos a la base de La Panocha de la Cresta del Gallo, divisábamos el árido paisaje desolado, antes de comenzar la hoy fértil llanura (pozos y trasvase), que fina cabe las orillas del Mar Menor.

Aunque fuera posible que la vista que decidió el topónimo fuera la del punto llamado “Los Ginovinos”, curioso topónimo también. 

Altaona tiene toda la pinta de ser vocablo romano, no castellano. Es decir, puesto por los primeros romanos establecidos en el final de la costera sur de la Huerta de Murcia. También tenemos, muy cerca, a Columbares, mismamente procedente de “columba”, que no de “paloma”, que ya decían castellanos. Altaona y Columbares se llaman así casi 1.500 años antes de que el primer castellano asomase por allí. Los árabes respetaron tales toponimias. Y así, siendo vocablo romano –latino, en el verdadero sentido de la palabra– lo más seguro es que signifique en el español de hoy “noble señora”. Porque el “Alta” que abre el topónimo no se refiere a la elevación montuosa del pedrusco serrano al que da nombre, sino a la condición que los primeros ojos que, desde Sucina por ejemplo, vieron la forma de una señora en sus perfiles. Aunque fuera posible que la vista que decidió el topónimo fuera la del punto llamado “Los Ginovinos”, curioso topónimo también. O la cabeza de una señora, tan sólo; eso sí, bien ornada de tocado señorial, de una donna; esto es, de una Señora de clase, distinción y poderío. La acepción 12 de alto/a de la RAE dice que alto/a puede referirse a dignidad personal, no sólo a estatura. Imagino que en latín también. El gran poeta Petrarca, que inventó el endecasílabo, llamó a su musa Madonna Laura. Así que por ahí van los tiros.

De Alta Donna, por uso e ignorancia filológica del personal, se pasó a una sola palabra: Altaona, que ya denota que lo de alta puede referirse a la altitud del pico, sobre los 400 metros. Pero no. Lo alto en el topónimo es la pétrea señora cuyo perfil advirtieron aquellos romanos, legionarios de Escipión licenciados en Cartagena, luego de la toma de la ciudad a los cartagineses de Magón.

Ya está.

Santiago Delgado. @sanmadelmar

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