EL REAL CASINO ACOGE UNA MUESTRA DE FOTOGRAFÍAS DE MYANMAR DE CARLOS ORTUÑO CON LA QUE SE RECAUDARÁN FONDOS PARA LA FUNDACIÓN VICENTE FERRER
Por Elena García. Fotografías y pies de foto por Carlos Ortuño.
El fotógrafo Carlos Ortuño ha recorrido el continente asiático atrapando miradas. Sus retratos nos ponen frente a personas del otro lado del mundo, completamente alejadas en lo geográfico y en lo cultural. Sin embargo, al contemplar las imágenes parece que los retratados también nos miran, nos cuestionan. “Quiero crear una conexión entre la persona que habita la foto y la que observa”, revela Ortuño, que presenta su exposición titulada ‘Myanmar. Jade entre las aristas’ el próximo 3 de octubre en la Sala Alta del Real Casino de Murcia. Lo recaudado con la venta de las fotografías y el libro de la exposición se donará a la Fundación Vicente Ferrer. La muestra podrá verse hasta el 27 del mismo mes.

En las tierras bajas del delta de Irrawaddy la población vive en su mayoría del cultivo del arroz. Allí encontré a esta mujer ornamentada tradicionalmente y maquillada con el Thanaka, con el que decoran sus rostros con bellos motivos geométricos y florales.
Las instantáneas son el fruto del viaje al que se aventuró en 2016, junto a su mujer y compañera de proyectos, Marisa Hernández, que realiza labores de organización fundamentales para sacar adelante estas iniciativas. Myanmar(antigua Birmania) es un país apenas explorado. Estuvo durante 50 años completamente cerrado al exterior, hasta su tímida apertura, en 2011. En la actualidad, es uno de los países más pobres del mundo y con mayores tasas de desigualdad, pero cuenta con un patrimonio de riqueza incalculable, con miles de templos milenarios. “El viaje transcurrió desde Rangún, en el delta del sur del país, hacia el este, siguiendo la ruta por las montañas y bosques en los que se encuentra la mayoría de la población rural”, narra el fotógrafo, que convivió con las gentes del país, sumergiéndose en sus costumbres, para captar esencias de sus vidas. “En muchos casos visitamos pequeñas aldeas o poblaciones en las que nunca habían visto un foráneo; la convivencia con personas de culturas tan opuestas nos pareció profundamente interesante”, expresa.
“Me atrae la pureza de las vidas más sencillas que están más en contacto con la naturaleza, con menos sofisticación”, manifiesta Ortuño. “Vengo de una familia humilde de la huerta de Murcia. Mi padre era una persona muy sensible, que apreciaba los animales, la naturaleza y la gente; la mejor herencia que me dejó fue su sensibilidad”, desvela el fotógrafo, que con 14 años comenzó a experimentar con la cámara fotográfica y desde entonces no ha cesado, realizando grandes viajes a Asia y a otros destinos del globo, inmortalizando rostros y paisajes.

Tres monjes caminan serenos con sus hábitos rojos entre las estufas de un templo en Mandalay.
El proyecto fotográfico de Myanmar que presenta Ortuño está realizado desde una perspectiva poética, en la que cobra vital importancia el color, especialmente los rojos y verdes que predominan en el país. Sus fotografías poseen un componente antropológico y costumbrista; muestran la cotidianidad de las personas, retazos de sus vidas sencillas, aunque a nuestros ojos se muestren exóticas y peregrinas. Cada fotografía está tomada desde el respeto hacia el que está al otro lado del objetivo.
“Con la exposición me gustaría despertar la empatía por personas que están culturalmente muy lejos”, declara Carlos Ortuño, que, además, va a autoeditar un libro con las imágenes de la exposición, en el que colaboran Ewal Carrión y Charo Guarino que aportarán poemas que dotarán a la publicación de un matiz lírico.

Dos mujeres trabajan cribando semillas de forma tradicional entre templos milenarios. Este sistema aprovecha el viento para que separe la semilla al caer y ya era utilizado por los egipcios hace miles de años.
RECAUDACIÓN PARA LA FUNDACIÓN VICENTE FERRER
Lo recaudado gracias a la exposición (venta de fotografías y del libro) será destinado a la Fundación Vicente Ferrer, organización de la que Carlos Ortuño y Marisa Hernández son socios activos desde hace varios años. Cristina Noguera, de la delegación de Alicante y Región de Murcia de la Fundación, indica que la recaudación servirá de apoyo para un proyecto que persigue mejorar la calidad de vida e integración social de las personas con discapacidad física o movilidad reducida en el distrito de Anantapur, al sur de la India. A través de la atención traumatológica y ortopédica, el proyecto “persigue facilitar a estas personas su integración en la comunidad, proporcionándoles igualdad de oportunidades y fomentando un sentimiento de dignidad y una vida de calidad a nivel social, siendo ellos los principales actores en el proceso de su desarrollo”, explica Noguera.

Carlos Ortuño y Marisa Hernández junto a los niños del proyecto de la Fundación Vicente Ferrer, en India.