Los ayuntamientos democráticos y la enseñanza primaria

Mi punto de vista, por Pilar García Cano

Vista aérea de los Maristas, años 70. Foto: maristasmurcia.com

En abril de 1979 se realizan las primeras elecciones municipales en España, con la victoria mayoritaria del Partido Socialista en la Región de Murcia. Estas elecciones supusieron un acontecimiento clave en el proceso de transición y en la consolidación de las libertades de una democracia. Partiendo del planteamiento de que en los espacios políticos pequeños, como son los ayuntamientos, es donde la participación ciudadana puede ser más directa y espontánea.

La labor de los ayuntamientos en la educación primaria ha sido determinante.

Estos ayuntamientos, en sus inicios, se encontraron con muchas dificultades, como la ausencia de servicios y de infraestructuras en barrios de pocos ingresos. La labor de los ayuntamientos en la educación primaria ha sido determinante en aspectos que van más allá del mantenimiento de los edificios escolares. La educación, en su sentido más amplio, es imprescindible en la construcción de la ciudadanía, en la cohesión social, en la convivencia y en la paz social.

Proyecto del año 64. Foto: maristasmurcia.com

En la enseñanza primaria se tomó conciencia de que las ciudades y los pueblos también enseñan y que su conocimiento y estudio es necesario en la formación de los escolares, por lo que muy pronto, y propiciado por los ayuntamientos, se realizaban salidas a plazas, museos e industrias, formando parte del conocimiento y del estudio. Las ciudades y los pueblos deben ser lugares seguros para los niños, participando los policías en las entradas y salidas de los niños de los colegios y como ayuda cuando tengan algún problema, creándose parques y plazas con juegos seguros. 

En la enseñanza primaria se tomó conciencia de que las ciudades y los pueblos también enseñan.

También se tomó conciencia de la necesidad de la participación de los padres y madres, que formaron asociaciones con sede en los centros educativos. Formaron parte de los consejos escolares, participando en excursiones y talleres y en el conocimiento de los trabajos de las familias. Todos los oficios son necesarios. Esto suponía cambios importantes en los métodos de enseñanza, que fueron aceptados por el magisterio mayoritariamente con entusiasmo. Reuniones de trabajo, cursos y otros propiciaron que la E.G.B. gozara de un prestigio social de la enseñanza pública sin precedentes.

Párvulos de Maristas, años 70. Foto: maristasmurcia.com

En 1982 fue investido presidente del Gobierno de España el socialista Felipe González, que pronto inició un plan de construcciones escolares con espacios como comedores escolares, bibliotecas y unidades anexas de educación infantil. Para atender a las escuelas que escolarizaban mayoritariamente a niños en situación de pobreza, se implantó el programa de educación compensatoria, formando a los maestros en técnicas pedagógicas en el trabajo. Se tomó conciencia de la necesidad de los comedores escolares gratuitos con cargo al Ministerio, al igual que el transporte para niños que lo necesitasen.

En 1985 se aprueba la Ley Orgánica de Derechos a la Educación (LODE). Esta Ley contempla el régimen de Conciertos Educativos, pretendiendo asegurar el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, promoviendo la igualdad de oportunidades, orientada a la racionalización de la oferta de puestos gratuitos que a su vez busca la asignación racional de los recursos públicos. El requisito imprescindible era la coeducación: niños y niñas deben recibir la misma educación. 

Para atender a las escuelas que escolarizaban mayoritariamente a niños en situación de pobreza, se implantó el programa de educación compensatoria.

En Murcia, las cooperativas eran instituciones de enseñanza con clara conciencia social que se instalan en pueblos y en barrios modestos. Los centros religiosos se ubicaban en pueblos y barrios humildes. En otro extremo están “Los Maristas”, destinados a las clases sociales altas, con magníficas construcciones en Murcia y Cartagena, que solo son atractivas para un sector de población que lo considera un prestigio social, pero que rechazaban a las clases sociales humildes. Una gestión de los conciertos educativos que suponía un reto importante.

Pilar García Cano.

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