ETIMOLOGÍAS REGIONALES. Por Santiago Delgado.
Mazarrón debe su nombre a la arcilla roja que frecuenta su territorio y que los árabes llamabam “misr”. Pero antes de empezar con la procedencia del topónimo de Mazarrón, cabe distinguir entre almagre y alumbre. Mazarrón, el nombre, tiene que ver con el primero. El almagre es rojo, el alumbre blanco. Y también hay mucho en Mazarrón. El primero: almagre, sirve para pintar y teñir. Y tiene su alma de hierro. El segundo: alumbre, es blanco, y se usa en medicina. O usaba. Ambos tienen otras muchas utilidades.
Como todo el mundo sabe, Mazarrón era antes Almazarrón. Venía del árabe. En pureza, la raíz de la palabra es el árabe “misr”, y que los filólogos puros me perdonen la simplificación gráfica. Los cristianos oían a los mazarroneros nativos de cuando Al Andalus decir Almasarrun. Y a la hora de escribirlo lo hicieron como Almazarrón. Quizá seseando algo la zeta. Casi de inmediato, esa sílaba final, la creyeron castellana y la hicieron [-rron]; aguda, Almazarrón. Después, creyeron soslayable el artículo árabe del principio. Y lo suprimieron, sin más, llegando al Mazarrón actual. El [-rrun] árabe se confundió con el aumentativo castellano. Y así, todos creyeron que su pueblo terminaba en algo que significaba… lo que fuera que significase, pero en gordo y en grande.
Es ardua la historia de las palabras. Y un laberinto la sucesividad de acepciones semánticas que soporta en el tiempo
Más hete aquí que no. La terminación [-rrun] en árabe significa algo así como abundancia de lo que va antes de la terminación, que es el origen de la palabra. Almisrrún significaba “Tierra (o lugar) de almagre”. Hoy es el nombre de un pueblo costero murciano que significaba “Lugar donde hay mucho almagre”. Habría que explicar cómo la “i” de misr se convierte en “a”. Pues muy sencillo. Se logra apartar al artículo árabe “al”, pero no a su influjo fonético, que abdujo a la original “i” de los arabohablantes previos a la conquista castellana.
Es ardua la historia de las palabras. Y un laberinto la sucesividad de acepciones semánticas que soporta en el tiempo. Igual sucede con los significantes fonéticos. Los filólogos nos resuelven esos laberintos, investigando hacia atrás con sabiduría científica y paciencia detectivesca. Mazarrón debe su nombre a la arcilla roja que frecuenta su territorio. Y que los árabes llamabam “misr”. Y quién sabe si ese nombre, aquí en Hispania; o allí en el Medio Oriente, como se decía antes, no compartieran ese nombre con fenicios. Con fenicios como los que a estas costas mazarroneras llegaron hace miles de años. El almagre dio riquezas, sobre todo a los Villena y a los Vélez, que usurparon la propiedad desde los tiempos de la Reconquista hasta hace dos días históricamente hablando. Curiosa coincidencia es que la riqueza que impulsó a Mazarrón en los tiempos modernos, fuese también el muy rojo tomate, planta venida de América. Almagres y tomates dieron nombre y progreso a esa parte del litoral murciano, que ya mira hacia la vecina costa de Almería, con la que comparte belleza y sequedad.
Mazarrón es, pues, un geónimo. Un nombre de lugar procedente de la minería, de las entrañas de la tierra. Imposible más telurismo y autenticidad en el topónimo. La tierra se llama almagre en Mazarrón, y ese nombre va incorporado en su entraña de palabra.
Me ha gustado mucho
Hola!! Tiene alguna relación con el apellido «Mazarrón»????