ETIMOLOGÍAS. Por Santiago Delgado.
Como ya saben, quienes por aquí me lean, los fitónimos abundan en esta tierra tan agrícola nuestra. Es decir, los topónimos con origen vegetal. Ya dijimos Caprés, de alcaparra; Verdolay, de aulaga o verdolaga, y otros. Bien, pues Canara, o la palabra árabe de la que viene, significa cebolleta. Alcanara y Canara, en Lorca y Cehegín, significan tierra donde se cultivaba la cebolleta. La cebolla y la cebolleta no son lo mismo; ni tampoco el cebollino. La cebolleta no tiene bulbo. Y hace llorar menos. O nada. A los hispanoárabes les gustaba la cebolleta. Pero ojo, que a los hispanorromanos anteriores también. La Canara de Cehegín es aldea importante, con santuario e iglesia. Laboran la perdiz escabechada y otras delicias. Si va usted de Caravaca a Calasparra, allí la tiene, a la derecha. Hoy, apenas el suelo de Canara ve la luz, salvo si los plásticos que la cubren son algo transparentes. La Alcanara de Lorca yace casi al pie septentrional de la Sierra de Almenara, desde Purias hacia el ocaso. Ambas tienen pequeñas estribaciones en sus cercanías. Seguramente, las cebolletas se beneficiaron del riego de las escorrentías tras las lluvias.
Por fortuna, el pueblo ignora que significa cebolleta. A ningún cristiano se le hubiera ocurrido llamar cebolleta a ningún sitio
En español, o en el idioma del que procede, el llamado castellano, no se sabe, en general, este origen semántico de Canara. Suena bien. Por fortuna, el pueblo ignora que significa cebolleta. A ningún cristiano se le hubiera ocurrido llamar cebolleta a ningún sitio. Sobre todo al que memora y nombra donde uno ha nacido. “Yo soy cebolletero”, tendría que decir cuando fuera el caso. Y claro, no estamos para eso. En cambio, Canara es vocablo más sonoro y agradecido. No creo que se diga canariense, ni canaro siquiera. “Yo soy de Canara”. O de Alcanara. Y ya está. Muchas palabras desprendidas de su significado ganan mucho. Canara es una de ellas.
Yo imagino que lo de cebolleta sería debido a que, alguna vez, lo que más floreció por aquellos lares sería la plantica esta fina y alargá que es la cebolleta. Pero que habría otras plantas aprovechables. Con todo, Canara se llevó el gato del topónimo al agua. Muy bien que lo veo. Quién sabe cuándo sucedería eso. Al toponimista que inscribió el nombre en el registro, seguro que le gustaban mucho los huevos batidos con rabo de cebolleta en desparrame y algunas habicas tiernas salteás. Regaría los huevos batidos con trocicos mínimos de hoja de cebolleta, que pondrían nevao de verde el oro del huevo batido, salpicado con las islas verdiclaras de las habicas menúas y con fundamento y aluego, se los comería divino.