EL REAL CASINO DE MURCIA ENTRE ACUARELAS Y PINCELES

Por Belén Bravo. Fotografías de Ana Bernal.

LA AGRUPACIÓN DE ACUARELISTAS DE LA REGIÓN PLASMA LOS RINCONES EMBLEMÁTICOS DE LA INSTITUCIÓN EN UNAS JORNADAS DE PINTURA IN SITU

“Estaría semanas y semanas explorando rinconcitos, porque tiene muchísimos contrastes de ambientes, de estilos, de zonas…Es cautivador. Volveré seguro”, comentó Lola Carrillo explorando con la mirada, sentada en un escalón, el Patio Azul del Real Casino. Lola eligió este espacio para plasmarlo en sus acuarelas por el juego de luces: “Hay una ambientación muy suave, bastante retadora, entre zonas de oscuridad y claridad”. Confesó que la perspectiva le estaba resultando complicada, pero también que “no se trata de ir a lo seguro, sino de jugársela un poco, todos los días se trata de aprender un poquito más”.

“Queremos ser un punto de encuentro para los que compartimos esta afición que parece muy solitaria, muy de estar en casa pintando”

La Agrupación de Acuarelistas de la Región de Murcia (ADARM) pintó el Real Casino, con la mirada de 30 artistas distintos. Los dos primeros sábados de febrero, la institución se colmó de pinceles, acuarelas y entusiastas de esta técnica. Una afición, la de pintar en acuarelas, que comparten sesenta personas que dan forma a ADARM. “Queremos ser un punto de encuentro para los que compartimos esta afición que parece muy solitaria, muy de estar en casa pintando. Lo que buscamos es ese punto social donde podemos aprender mucho unos de otros”, afirmó Antonio Andreu, uno de los coordinadores de la agrupación que se erigió en 2015.

Congregados, en su mayoría, alrededor del Ícaro de González Beltrán, la escultura se consagró como la gran protagonista de los lienzos. De lado, de espaldas, como hilo conductor de una perspectiva más amplia, la figura alada embelesó a muchos asistentes. “Quería meter al Ícaro pero no en primer plano como protagonista principal, sino utilizarlo para pintar la perspectiva de la entrada del Real Casino», confesó José Miguel Masiá. Mientras, Begoña Sánchez habló de que “siempre que vengo al Casino es lo que más me llama la atención. Igual me gusta tanto por el entorno donde está”.

“Me parece que la Biblioteca es el alma del Real Casino, el sitio donde uno puede venir a recogerse y a estar”

Las esculturas del Patio Pompeyano se tornaron también las estrellas de varias láminas. Pilar Ruiz, otra de las artistas, quiso reflejar la entrada de la entidad, pero esta vez combinándola con la estatua de la Venus de Planes: “Estoy aprovechando la vidriera, que es una de las cosas que más me llama la atención. Bueno, es todo arte, pero la puerta ya hace una presentación importante cuando entras. Y porque a mí la figura de la mujer es lo que más me gusta pintar”, mencionó.

El Salón de Té, la Biblioteca Inglesa e incluso la Sala de Billar no dejaron indiferentes a los asistentes. “Me sorprendieron los flamencos que hay en las esquinas (las ménsulas) y la biblioteca en sí, la calidez que tiene. Me parece que es el alma del Real Casino, el sitio donde uno puede venir a recogerse y a estar”, aseguró Llanos Quintanilla. La participante, sentada en uno de los emblemáticos sillones de la Biblioteca Inglesa era observada por cada turista que pasaba por la estancia, siendo la única acuarelista que eligió esta zona para crear a través del agua y los colores.  Gelen Hernández y Antonio Andreu, decidieron apostar por la esencia y no las formas arquitectónicas, tomando una esquina de la Sala de Billar. “Mi motivación es muy concreta, mi padre pasaba aquí las tardes”, contó Hernández; “Más que pintar elementos, esculturas, quería pintar un ambiente y a través de la pintura captar este espíritu de la sala más que los elementos en sí que están en ella”, afirmó Andreu.

Para algunos acuarelistas, fue la primera vez que salieron a pintar in situ, como Alfonso Caballero, quien optó por reflejar una esquina de la parte exterior del Salón de Armas. Por el contrario, otros llevan ya varias jornadas y pudieron vivir el Real Casino como el primer espacio alejado de la naturaleza –donde suelen ser sus salidas artísticas-, cerrado y de carácter arquitectónico. Una de esas artistas fue Gelu Pérez, que escogió uno de los elementos decorativos del Salón de Té para plasmar. “Estamos todos desbordados de lo bonito que es”, mencionó Pérez en alusión al histórico edificio.

Ana Bernal. @anabernalfotos
Belén Bravo.

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