CINE. Por Pablo Sánchez.
El Bar es un trabajo para disfrutar y partirse de risa, aunque las múltiples lecturas que podemos extraer de ella -algunas más explícitas que otras- no tengan ninguna gracia. Muchos la han catalogado de comedia y lo cierto es que está en las antípodas de serlo. De hecho, adscribir este inclasificable film dentro de algún género es complicado teniendo en cuenta que es un híbrido entre thriller, terror, acción, drama, retrato social, cine fantástico y, efectivamente, comedia. Pero, por encima de todo, El Bar es una película sobre la supervivencia.
La acción arranca con un muy logrado plano secuencia en el que se nos presentan a parte de los personajes de la película. Ninguno de ellos imagina que minutos más tarde se verán encerrados en el interior del bar al que han ido a desayunar. Presos del pánico, comprobarán como todo aquel que intenta salir se convierte en víctima de un francotirador invisible. Rodada de forma enérgica, con esa pasión y convicción tan propias de su director, si por algo destaca El Bar es, junto con su enrarecida y fascinante atmósfera, por lo extraordinariamente bien que mueve la cámara el director en un espacio tan reducido como en el que se desenvuelve la acción, sobre todo en la primera mitad. A su trepidante montaje y sus originales tiros y movimientos de cámara, hay que sumar el excelente retrato de personajes. Interpretados por unos actores en estado de gracia (desde una soberbia Blanca Suárez hasta unas siempre eficaces Terele Pávez o Carmen Machi), los personajes de El Bar tienen como misión, aunque ellos no lo sepan, demostrar al espectador lo miserable que puede llegar a ser el ser humano cuando el miedo se apodera de él.
El hitchcockiano guión se nutre de toda la ironía, mala baba y humor negro que seamos capaces de imaginar, regalándonos algunas de las mejores escenas de la filmografía del director. No me cabe duda de que, como muchas obras maestras, El bar es una corredora de fondo, que solo con el tiempo ocupará la verdadera dimensión que merece dentro de la trayectoria de su creador. Dentro de unos años servirá como testimonio de una época: la nuestra. La de ahora. Aunque puede que por entonces no hayamos cambiado tanto.
——-CRÍTICAS EXPRESS——-
“LO QUE DE VERDAD IMPORTA”
La primera película 100% benéfica de la Historia del cine (todo lo recaudado irá destinado a mejorar la vida de los niños con cáncer), es un despropósito de principio a fin. Una de las peores películas de los últimos tiempos en la que lo único que se salva es la espléndida fotografía de Javier Aguirresarobe. 113 minutos repletos de situaciones sin un ápice de originalidad, llenos de lugares comunes, puesta en escena sonrojante y diálogos de vergüenza ajena.
“EL GUARDIÁN INVISIBLE”
Por fin una adaptación cinematográfica que ha entusiasmado a público, crítica, a los lectores de la novela en la que se basa y a la propia autora. Estamos hablando de Dolores Redondo y del libro “El guardián invisible”, el primero de la famosa trilogía del Baztán, el mayor fenómeno editorial en castellano de los últimos tiempos. Una película tan hipnótica como la novela, con una producción competente y unos actores magníficos, desde los principales (Marta Etura) hasta los secundarios (Elvira Mínguez). Imprescindible.