DESCUBRIENDO EL AMPURDÁN

CASTILLOS MEDIEVALES, PUEBLOS CON ENCANTO Y COCINA CON ESTRELLAS MICHELÍN

EL TROTAMUNDOS DEL CASINO. Por Eliseo Gómez Bleda

Besalú. Foto: Eliseo Gómez

El Ampurdán es una comarca histórica de Cataluña, situada en la provincia de Gerona. Significa “puerto de comercio”. En la antigüedad fue una ciudad griega y posteriormente romana. Los iberos, que no sabían mucho de navegación, cambiaban los productos de sus cosechas por mercancías extranjeras que llegaban a sus puertos.

La verdad es que cuando visité el Ampurdán me sorprendió mucho. No esperaba ver esos maravillosos pueblos medievales tan bien conservados ni tampoco monasterios románicos o conjuntos arqueológicos y, menos aún, sus estupendas bodegas.

En mi viaje visité varios pueblos y quiero que me acompañéis para volver a revivir mis mejores experiencias:

Podemos ir de varias formas desde Murcia a Gerona. Por ejemplo, yendo hasta Madrid y desde allí, en el AVE, llegar hasta Gerona o Figueras. También desde Alicante hasta Barcelona en el Euromed y alquilar allí un coche. Pero quizás la mejor opción es irnos en nuestro coche, aunque son unos 700 km. Un poco lejos. Sin embargo, gozaremos de libertad para movernos por toda la zona.

Yo creo que la mejor época para realizar este viaje es en abril-mayo o en septiembre-octubre. Yo estuve en mayo, nos hizo muy buen tiempo y, además, no había demasiados turistas.

Al principio pusimos nuestro cuartel general en un sitio sorprendente, en Ampuriabrava, “la Venecia de la Costa Brava”, desconocida para mí y que me pareció una preciosidad.

Otra de las joyas de Besalu son sus baños sagrados que están situados bajo los restos de una antigua sinagoga

Fue construida en el año 1968. Es una población con un entramado de canales navegables de más de 30 km y 5000 amarres, en los que los propietarios de casas en los grandes complejos de viviendas pueden amarrar sus barcos en su misma puerta. Hay una gran cantidad de puentes que pasan por encima de los canales.

Podemos alquilar un barquito sin tener licencia y navegar por sus canales. También tiene un pequeño aeropuerto donde podremos tirarnos en paracaídas desde sus avionetas.

Calle de Gerona. Foto: Eliseo Gómez

La primera visita que realizamos fue a Besalu y, la verdad, nos impresionó. ¡Qué maravilla de pueblo medieval! Está situado a la entrada de la comarca de la Garrotxa, está muy bien conservado y, cuando paseamos por sus calles, nos trasladamos a la Edad Media.

 Varios directores de cine y televisión también quedaron fascinados. Aquí se rodó la película “El perfume” y se ambientó la serie de ciencia ficción “Westworld”.

Lo primero que vemos al llegar es su maravilloso puente románico, que salva dos ríos el Fluvía y el Capellades. Al parecer, su trazado original en ángulo procede del siglo XI, que es cuando la ciudad tuvo más auge.

Aunque Besalu sufrió terremotos, guerras y crecidas del rio Fluvía, pudimos observar que su restauración fue muy fiel y siguieron al pie de la letra viejos documentos de la época. Otra curiosidad de Besalu es su judería. En el siglo XI se instalaron aquí unas cien familias judías entre los que había médicos, sastres, prestamistas, etc. que estaban protegidos por el señor feudal.

Peratallada es el típico pueblo-museo

Otra de las joyas de Besalu son sus baños sagrados que están situados bajo los restos de una antigua sinagoga. Aquí los judíos se purificaban. Las mujeres lo hacían pasada la menstruación, antes de contraer matrimonio y después de dar a luz. Los hombres se tenían que purificar antes del sábado.

Una preciosa joya románica es el monasterio de San Pedro. Con unas grandes dimensiones, se encuentra en la plaza del mismo nombre, donde vemos varios palacios y casas señoriales.

Si os queréis quedar a comer os recomiendo el restaurante Pont Vell, con preciosas vistas al puente románico.

Seguimos nuestra ruta y llegamos a Peratallada, uno de los pueblos más turísticos del Ampurdán, con un casco medieval perfectamente conservado. Rodeado todo por una fosa excavada a mano, es este el detalle por el que se llama Peratallada (piedra tallada). El centro del pueblo está compuesto por un montón de calles estrechas llenas de caserones de piedra. Es el típico pueblo-museo. También vemos su iglesia románica y su plaza porticada.

Casa típica de Pals. Foto: Eliseo Gómez

Eso sí, no podremos acceder con el coche al pueblo. Lo tenemos que dejar en alguno de los parkings de las afueras. Pero no os preocupéis, merece mucho la pena la visita.

Más tarde visitamos el precioso pueblo de Pals, que es sin duda la mejor representación de una villa fortificada medieval ampurdanesa. En la lejanía, en lo alto de una montaña, divisamos este conjunto monumental construido en el siglo IX alrededor de una fortaleza.

El principal monumento de Pals es su iglesia de San Pedro, de estilo gótico, construida sobre un antiguo templo románico de finales del siglo X. Parte de la nave gótica del siglo XV fue construida con piedras del castillo, que estaba ya en ruinas.

La Torre de les Hores, conocida como la Torre de Homenaje, es lo que queda del antiguo castillo de Pals, destruido en el siglo XV, durante la Guerra Civil Catalana. Es circular y tiene 15 metros de altura. Desde su mirador podremos admirar unas preciosas vistas.

La plaza mayor es el centro de Pals y donde nos podemos tomar algo en las terrazas de sus bares, contemplando el ayuntamiento y su arco gótico, que forma parte de la muralla.

El barrio judío de Gerona está dentro de la fortaleza amurallada de la ciudad y es uno de los mejores conservados del mundo

El particular clima del Ampurdan hace que se cultive uno de los mejores arroces a nivel mundial. Todos los alrededores del pueblo están llenos de arrozales y, aprovechando esta circunstancia, nos comimos un buenísimo arroz caldoso en el restaurante “Can Rubén”.

A unos 40 kilómetros al oeste llegamos a Gerona, encantadora ciudad, que tiene un precioso casco histórico medieval con numerosos edificios románicos y góticos. También nos gustaron mucho las pintorescas casas con vistas al rio Oñar, que separa a la ciudad en dos partes: el “Barrio Viejo” y el “Barrio de Mercadal”. Las “casas del Oñar” componen un gran atractivo para la ciudad. Parece que están colgadas en las dos orillas del rio y son muy coloristas. Fueron construidas entre los siglos XIX y XX.  

La ciudad se sitúa cerca de la frontera con Francia, tiene unos 100.000 habitantes y está atravesada por cuatro ríos: Ter, Oñar, Galligants y Guéll. Su arteria principal es la Rambla de la Llibertad, que es la más animada y da acceso al barrio viejo, paralelo al rio Oñar y lleno de unos curiosos soportales con los techos muy bajos.

El barrio judío de Gerona está dentro de la fortaleza amurallada de la ciudad y es uno de los mejores conservados del mundo. Los judíos se establecieron allí a mediados del siglo XII y fueron expulsados en el año 1492 por los Reyes Católicos. Aprovechamos para ver el Museo de Historia Judía, antes una antigua sinagoga, que nos muestra la gran importancia que tuvo su cultura para la ciudad.

Claustro del castillo de Peralada. Foto: Eliseo Gómez

Una visita interesante son los baños árabes, que imitan a los baños musulmanes, y que funcionaban como baños públicos hasta el siglo XV, cuando se cerraron. En el año 1929 se restauraron convirtiéndose en museo.

Cerca de aquí está la Catedral de Santa María, joya monumental, de estilos gótico, románico y barroco. Tiene la nave gótica más ancha del mundo. Los noventa escalones de piedra que conducen a la entrada de la Catedral son grandiosos y la escalera es muy famosa desde su aparición en la serie Juego de Tronos.

Otros lugares que visitamos fueron sus murallas romanas, el puente de Eiffel y, sobre todo, un bonito paseo por el casco antiguo, donde no podéis dejar de probar el “Xuixo” muy parecido a nuestro “suso”, una masa frita rellena de crema pastelera y que está buenísima. El sitio donde mejor los hacen es en “Can Castelló”.

Seguimos con nuestro viaje hacia el norte y llegamos a Figueras, capital de la comarca del alto Ampurdan y conocida por ser la cuna de Salvador Dalí. Allí está su Teatro-Museo Dalí, antiguo teatro del siglo XIX y que, en 1966, fue reformado para convertirlo en la institución actual. El propio Dalí dirigió las obras, añadiéndole un edificio neoclásico decorado de un modo estridente llamado Torre Galatea, que fue donde vivió sus últimos años.

Otro museo que merece la pena visitar es el Museo del Juguete de Cataluña, con más de 4000 piezas y juguetes que pertenecieron a Dalí, García Lorca y Miró.

En las afueras, domina la ciudad sobre una colina el castillo de Sant Ferrán. Construido en el siglo XVIII, con grandísimas dimensiones, es uno de los más grandes de Europa con tres kilómetros de perímetro.

El castillo de Sant Ferrán, construido en el siglo XVIII, con grandísimas dimensiones, es uno de los más grandes de Europa con tres kilómetros de perímetro

La Rambla es el principal paseo de la ciudad, con preciosos edificios modernistas como la “Casa Cusi” y la “Casa Salleras”. También son interesantes la Iglesia de Sant Pere, la capilla de San Sebastián y el Convento de los Capuchinos. En los alrededores hay unos pequeños pueblos pintorescos que os aconsejo visitar: Colera, Llançá y Port de la Selva.

Otro de los pueblos que visitamos fue Perelada y su castillo. El pueblo data del año 500 a. C. y tuvo mucha importancia durante la época medieval. El castillo se construyó en el siglo IX y en este momento sus dueños son la familia Matéu. En el interior hay una bodega, uno de los casinos más conocidos de Cataluña, un hotel y una magnifica biblioteca con más de 80.000 libros. Otras visitas interesantes son el Museo del Vidrio y el del Vino.

Como destino final de nuestro viaje fuimos a Cadaqués y, la verdad, es un bellísimo pueblo. Pero no me imaginaba lo complicado que es llegar: curvas y más curvas. Si te mareas, no vayas. Sus casas blancas y sus buganvillas al lado del mar atrajeron a un montón de artistas en el siglo XX, como Pablo Picasso, Joan Miro o Marcel Duchamp. Por cierto, en el año 1543 el pirata Barbarroja arraso este pueblo.

Subimos por sus calles en cuesta, que le dan un especial encanto, hasta llegar a la iglesia de Santa María y para admirar su retablo barroco de 1723, sufragado por los marineros.

Por supuesto, no podemos dejar de ir a la Casa-Museo de Salvador Dalí y el Castillo de San Jaime y, más tarde, sentarnos frente al mar y tomarnos una tapa en el paseo marítimo o comer un estupendo “suquet de Peix” en el restaurante Talla.

En el Ampurdan hay 13 restaurantes con Estrellas Michelin. Algunos de los más conocidos son el “Celler de Can Roca”, “Massana” o “Divinum”.

Castillo de Peralada. Foto: Eliseo Gómez

Las comidas típicas de la zona son el “suquet de rape y gambas”, la “escudella de Pagés”, la “tortilla payesa” o unas estupendas anchoas de l´Escala y unos buenísimos embutidos como salchichón, fuets o butifarra.

Algunos hoteles interesantes son: en Besalu “Els Jardins de la Martana”, en Gerona “Gran Ultonia” y en Cadaqués el “Hotel Arrels”.

Un gran viaje tranquilo y relajado por la Costa Brava, con pueblos encantadores y una gastronomía excelente que espero que os guste.

Recomendaciones de Eliseo

  • Flotar en un “túnel del Viento” en Ampuriabrava.
  • Probar un Xuixo en la pastelería Can Castelló (Gerona).
  • Tomar un tataki de salmón en Enoteca NF (Cadaqués).
  • Sentarnos a tomar un café mirando el puente de Besalu.
  • Pasear tranquilamente por el barrio judío de Gerona.
Eliseo Gómez Bleda.
2 comentarios en «DESCUBRIENDO EL AMPURDÁN»

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