CEMENTERIO DE LA PALMA

LUGARES CON HISTORIA. Por Leandro Madrid S.

Tumba del que fuera director del Museo del Prado, don Alfonso Emilio Pérez Sánchez

(Cartagena, 1935 – Madrid, 2010)

“Vives ya en la estación
del tiempo rezagado,
lo has llamado
el otoño de las rosas,
aspíralas y enciéndete y escucha,
cuando el cielo se apague,
el silencio del mundo”

Francisco Brines

Una lápida cubre su tumba, y, en la lápida, esta poesía de su amigo Francisco Brines, escritor y poeta.

Alfonso Emilio nació en Cartagena, aunque sus padres eran de La Palma, el 16 de julio de 1935. Hasta 1950 reside en Los Dolores y La Palma, donde inicia sus estudios hasta comenzar el Bachillerato. Durante cinco años reside en Valencia, termina el Bachiller e inicia Filosofía y Letras en la Universidad valenciana. A partir de 1955, su vida va a cambiar, pues se traslada a Madrid donde, en 1958, termina la carrera con premio extraordinario de licenciatura en la Universidad Complutense.

También en la Escuela Oficial de Cine realiza estudios de Dirección y coincide con Summers y Martín Patino. Publica un libro de poemas, con prólogo de Francisco Brines, premio Cervantes 2020.

Don Alfonso Emilio Pérez Sánchez. Fotografía: dbe.rah.es/biografias/9250/alfonso-emilio-perez-sanchez

Después encauzó sus inquietudes intelectuales hacia la Historia del Arte, por lo que dio clases de Arte en la Universidad Complutense y en la Escuela de Cine.

Viaja por Italia y Alemania y, con 28 años, presenta la tesis doctoral Pintura italiana del siglo XVII en España, convirtiéndose en doctor en Historia del Arte por la Complutense.

Comienza a colaborar con el Museo del Prado, y como investigador en el Instituto Diego Velázquez.

Desde 1967 es profesor titular de la Complutense, y poco después de la Autónoma. En 1982 es catedrático de Historia del Arte.

Permaneció soltero y dedicó su vida al arte, escribiendo biografías de artistas como Velázquez, Goya, Murillo o Caravaggio; así como estudios temáticos y ensayos, aunque su mayor dedicación fue para el Museo del Prado.

Fachada del Museo del Prado.

Treinta años de su vida los dedicó al Prado. Fue su “ángel de la guarda”, y lo hizo por vocación y entrega personal y profesional.

De 1971 a 1981 fue subdirector, dimitiendo ese último año; pero en 1983 el ministro Solana le nombró director, permaneciendo en el cargo hasta 1991 y dimitiendo por motivos políticos, a causa de la guerra del Golfo.

Logró la autonomía administrativa del museo, creando un gabinete didáctico. Organizó la espectacular exposición dedicada a Velázquez y mandó restaurar Las meninas y Las hilanderas. Amplió el museo con los edificios del palacio del Buen Retiro –el Casón y el Salón de Reinos–, y llegó a ver la ampliación con los Jerónimos.

El ministro Solé Tura le nombró director honorario y formó parte del Real Patronato del Prado.

Era académico de la Real Academia de Bellas Artes y de la Historia, ambas españolas, y de la de Lincei en Italia. También era miembro de la Hispanic Society de Nueva York. Tenía condecoraciones de Francia, Suecia, Inglaterra, etc.

Regularmente visitaba su “patria chica”: Murcia, Cartagena y La Palma. En el Real Casino recuerdo su magnífica conferencia sobre el Barroco en España, verdadera lección magistral; y en La Palma, donde tenía la casa de sus padres, visitaba a sus parientes y amigos, y degustaba el vino dorado en la bodega Santa Florentina.

Falleció en Madrid el 14 de agosto de 2010. Está enterrado en el cementerio de La Palma, con sus padres, y en la lápida que cubre su tumba se puede leer la poesía del escritor Brines, premio Cervantes 2020, con la que inicio este escrito, y que falleció el 20 de mayo de 2021.

Leandro Madrid S. Ldo. en Historia del Arte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.