Carlos Garrando es el único montañero de la Región de Murcia en alcanzar la cima más alta de la Tierra. Su objetivo ahora es coronar las “Siete Cumbres”, las montañas más elevadas de cada continente. El próximo 11 de diciembre proyectará en el Real Casino un documental sobre su expedición al Himalaya, una aventura donde casi pierde la vida.
Por Elena García.
Llegar a la cumbre más alta del planeta es como tocar el cielo. Muchos alpinistas sueñan con ello, pero pocos lo consiguen. Carlos Garrando (1960) coronó la montaña de 8.848 metros en 2006. “Al llegar me senté en la cima, con una pierna en el Tíbet y otra en Nepal. Lloré durante quince minutos”, relata. Pudo contemplar el horizonte, admirar el Makalu (quinta montaña más alta del mundo), pues la mañana le regaló un cielo luminoso y diáfano. “Lo disfruté, pero no te puedes relajar, porque aún te queda la bajada”.
Y fue durante el descenso cuando estuvo más cerca de la muerte. “Le vi las orejas al lobo más de una vez”, rememora. A partir de los 7.500 metros de altura se entra en la llamada zona de la muerte, en la que el cuerpo sufre un rápido deterioro. Por ello, en la última etapa de la subida respiró oxígeno embotellado. “Pero cuando llegué a la cima quise aspirar la propia naturaleza”. La emoción le jugó una mala pasada: olvidó cerrar la botella durante la media hora que permaneció en la cima.
Aunque calculó que le restaba suficiente oxígeno para llegar al campamento más próximo, se equivocó. “De repente me vino el hachazo, el cansancio de todo los días subiendo. Daba dos pasos y me paraba… a veces me tiraba como si fuera un tobogán”. No pudo evitar dormirse por momentos, algo extremadamente peligroso por el riesgo de muerte dulce (muerte por congelación). “Me despertaba porque me venían a la cabeza las imágenes de los cadáveres que había visto durante el ascenso”, recuerda, impávido.
La expedición acabó con éxito y su obsesión por la montaña no ha hecho más que aumentar. “Es una droga dura”, comenta. Está decidido a coronar las “Siete Cumbres”, por lo que ya planea expediciones al Macizo Vinson, en la Antártida, y a la pirámide de Carstensz, en Papúa, Nueva Guinea. Sin embargo, el mayor obstáculo que encuentra este montañero, bombero de profesión, no es la altura de vértigo o las inhóspitas condiciones de la naturaleza extrema, sino las trabas financieras. “Mi mujer es mi única patrocinadora”, comenta. “El apoyo institucional es más difícil que subir a la montaña”, lamenta.
Gracias a la invitación del Grupo Senderista del Real Casino de Murcia, el próximo 11 de diciembre, a las 19.30 horas, Carlos Garranzo proyectará el documental que realizó sobre su expedición al Himalaya, titulado “Everest, la culminación de un sueño”, y disertará con los asistentes, para conmemorar el Día Internacional de las Montañas.