La Cara B. Por Antonio Rentero.
Viajar con niños es muy sano. Contribuye a formar y enriquecer su personalidad. Son felices porque están con sus padres las 24 horas del día, y nosotros lo somos al estar con ellos. Si, además, descubrimos juntos sitios nuevos, la experiencia no puede ser más estimulante.
Me encanta planificar cuidadosamente viajes familiares. Alquilar un coche e irnos un par de semanas a una zona de la que he recabado durante meses la máxima información sobre qué ver, dónde ir, qué sitios son aptos para ir con niños, alternativas para tener cubiertos imprevistos… Me gusta ver cómo disfrutan los demás y eso requiere de una exhaustiva preparación. Tengo guías de viajes, prospectos e información de mil sitios que recopilo cuidadosamente.
Hay sitios donde no puedes ir con los niños, claro, pero compensa la felicidad de compartir tantas otras cosas con ellos. Me pierdo esto o aquello porque no puedo llevarlos, pero a cambio descubro lugares o paisajes que se descartan en favor de otros puntos más turísticos.
Necesito tener un viaje con mi familia en el horizonte. Me decían que los viajes se acaban cuando tienes hijos pequeños y creo que he tratado de contrarrestar esa “maldición”. Mi hijo mayor, con cuatro años, ya había ido a nueve países y el pequeño, a sus siete meses, ya había ido a dos. Y la cosa solo ha parado por la pandemia. El mayor dice que cuando salgamos de esta situación quiere ir a Japón. Es un destino soñado y creo que definitivamente será donde vayamos todos juntos, un gran viaje con el que recuperar nuestra costumbre de viajar en familia.
Los preparativos son un follón, especialmente con las aerolíneas low cost y los problemas que ponen con los equipajes. Imagina un viaje transoceánico y estar dos semanas en Costa Rica, con un niño de tres meses y todo lo que necesita.
Tengo todas las planificaciones de nuestros viajes guardadas en la Nube y las comparto con quien me lo pide. ¿Qué hago con el carrito del niño? ¿Me llevo pañales para todo el viaje o los compro allí? ¿Hay cinturones de seguridad especiales para niños en los aviones? ¿Sabías que si le das el pecho al lactante mientras el avión desciende y aterriza evitas que tenga problemas en el oído por la diferencia de presión? Tengo todo un cúmulo de consejos básicos para viajar con niños.
El momento más estresante del viaje es la subida al avión, con la mochila, el calor, el niño colgado al hombro…
El momento más estresante es la subida al avión, con la mochila, el calor, el niño colgado al hombro, no encuentro el pasaporte, en qué bolsillo llevo la tarjeta de embarque… Los primeros viajes te dan miedo, pero se pasa con el tiempo, cuando ves que los niños se van adaptando. No me los llevaría a algún sitio que considere que es peligroso para ellos, especialmente por alguna posible emergencia sanitaria o por seguridad, pero no por distancia, cultura o idioma.
Cada viaje es diferente porque ellos van creciendo y se portan de manera distinta. En un viaje a Costa Rica (once horas de vuelo) pensé que sería una odisea pero el mayor se portó fenomenal. Siempre te sorprenden para bien. Como ahora en la pandemia. Ellos lo han hecho mejor que nosotros.
Mi hijo mayor reconoció Costa Rica en el cartel de una agencia de viajes sólo por el aspecto del paisaje. Con cinco años es muy inquieto, le encanta hacer planes y quiere aprender inglés para poder entenderse con todo el mundo. Terminamos un viaje y ya quiere hacer otro. Su obsesión con Japón nos llevará lejos… bueno, al menos tan lejos como Japón.
Soy Cristina Jover y, aunque muchos no lo sepan, organizo itinerarios en familia.