Venus Calipigia

Pinceladas. Por Zacarías Cerezo

Quizás haya quien piense que el exagerado culto, no ya al cuerpo, sino al culo, es fruto de los frívolos tiempos que corren. No es así.

Leyendo Gravedad Cero, el último y desternillante libro de Woody Allen, me topé con la expresión calipigia aplicada a una modelo de gloriosas nalgas. Pensé que era una palabra inventada por el autor (no sería la primera), así es que me fui a la Wiki, por comprobarlo, que ya casi no salgo de ella cuando leo.

Venus Calipigia: del griego Kalós (Bello o Hermoso) y Pygé (Nalgas). O sea, Venus de bellas nalgas.

Pie de foto: Venus Calipigia, Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, copia de un original del siglo III a. C.

Cuenta Arquelao de Quersoneso (siglo IV a. C.) en sus versos yámbicos, que dos hermanas discutían acerca de cuál de las dos tenía el culo más bonito. Ya saben, las hermanas siempre discuten por algo: no es mal tema este. No se ponían de acuerdo y aprovechando que pasaba por la calle un joven, hijo de un hombre rico, le pidieron su opinión, supuestamente neutral, para salir del enredo. Al chico le pareció más bello el de la hermana mayor. Pero la exhibición por parte de ella y la contemplación por parte de él hizo subir la temperatura de ambos y se fueron a la cama para atemperarse. Es lo que tienen estos juegos, que son inocentes a priori, pero las consecuencias son previsibles.

 El joven volvió a casa y contó lo sucedido a su hermano menor, el cual quiso comprobar con sus propios ojos si el juicio de su hermano había sido ponderado. La cuestión es que las hermanas le recibieron con gozo: siempre viene bien una segunda opinión. Y tras la nueva y coqueta exhibición de nalgas, el chico cayó enamorado ante la belleza del tafanario de la hermana menor.

 Para el padre de ambos fue un disgusto que sus dos hijos se enamoraran sin solicitar su aprobación, porque tenía planes de casarlos con muchachas de familias nobles y ricas, pero ante la situación sobrevenida decidió con el padre de las jóvenes coquetas acordar matrimonio.

 Más adelante, las dos jóvenes, ya ricas por aquellas nupcias, fundaron un templo y lo consagraron a la diosa Afrodita de las Bellas Nalgas. Había nacido un nuevo culto.

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