Mesa Camilla, por Paco López Mengual
No me canso de pedir cada nuevo verano que se reconozca la figura de Willis Carrier, que se levanten estatuas en su memoria en cada rincón de Murcia, que se le digan misas, que los jóvenes se tatúen su apellido… No me canso de solicitar que se le nombre Hijo Adoptivo de nuestra Región. Willis Carrier, el inventor del aire acondicionado… ¡Qué gran hombre! Yo, aunque no soy creyente, cada día de julio y agosto, cuando me despierto, lo primero que hago es unir las palmas de mis manos y rezarle un padrenuestro y dos avemarías.
Los murcianos hemos sido unos desagradecidos con Carrier, el ingeniero que con su invento ha logrado que vivamos con dignidad los largos meses de estío, que hayamos borrado de nuestro rostro el gesto de horror al ver acercarse julio y agosto en el almanaque. Es increíble que aún no haya una gran avenida que lleve su nombre, ni una escultura sobre un trono para sacarla en procesión. Si un día de estos me encuentro por ahí con el Obispo le voy a pedir que hable con el Papa de Roma a ver si lo elevan a los altares y lo hacen Santo: San Willis…, no es para menos.
Es increíble que aún no haya una gran avenida que lleve su nombre, ni una escultura sobre un trono para sacarla en procesión.
Si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de que hasta la llegada de El Corte Inglés a la Región los murcianos vivíamos engañados: nadie nos había dicho que existía el aire acondicionado. Creíamos que el calor sofocante que sufríamos año tras año era algo inevitable, un castigo divino que nos obligaba a arder en este rincón de España. Hasta entonces, sólo lográbamos calmar a malas penas el bochorno a golpes de abanico, haciéndonos aire con un cartón o, lo que más refrescaba, colocándonos el culo de un pepino en la frente. Ya no nos acordamos, pero hasta que llegó el invento de Carrier cuánta gente dormía en los balcones, pasaba la noche echada directamente sobre las losas de las casas o, incluso, las aceras de las calles.
¿Para cuándo un merecido homenaje para este inventor neoyorkino que nos devolvió la dignidad? Los murcianos deberíamos tener a Willis Carrier subido en un pedestal, y a la misma altura que tenemos a Alfonso X, a Salzillo o a la Estrella de Levante (que también nos hace más llevaderos los veranos).