Javier Sánchez de Amoraga, antiguo Gran Maestro masón, cuenta en una conferencia de ‘Alados Diálogos’ lo que significa pertenecer a esta centenaria hermandad.

Javier Sánchez de Amoraga, Consuelo Mengual y Mónica Leal (coordinadoras del ciclo Alados Diálogos), y Esteban de la Peña, secretario de la Junta Directiva del Real Casino de Murcia
Por Concha Alcántara.
“Sociedad secreta de ámbito internacional y estructura jerárquica basada en la fraternidad entre sus miembros, los cuales se agrupan en logias y hacen uso de ritos y signos emblemáticos”. Es la definición de masonería, una corriente que aún despierta mucha curiosidad como quedó patente en la conferencia de ‘Alados Diálogos’ ¿Qué es la Masonería?, impartida por Javier Sánchez de Amoraga, Conde de Campohermoso. El tema desató tanto interés que obligó a trasladar la cita del Congresillo al Salón de Actos y aún así algunos tuvieron que oírla de pie. En esta entrevista Sánchez de Amoraga, hombre erudito y de carácter afable que llegó a ser Gran Maestro, nos da algunas respuestas.
¿Cómo empezó su interés por la Masonería? Nací y me crié en la época del General Franco y entonces las corrientes sociales hablaban muy mal de la masonería y yo me preguntaba el porqué de esa inquina. Sin embargo, grandes hombres han formado parte de ella, como Ramón y Cajal, Isaac Peral o Mozart.
¿Que define la masonería? Hay una definición propia que dice que la masonería es una escuela de moral que se expresa a través de alegorías y de símbolos. Aquí la finalidad es ser un hombre bueno y convertirte en uno mejor. Es un camino de aprendizaje y superación.
¿Por qué han estado tan perseguidos los masones? La masonería piensa que la espiritualidad está en manos de todos. Tú eres libre porque Dios te ha hecho libre. Te ha dado una inteligencia para que la uses no para que seas un perrito faldero. En regímenes absolutistas, políticos o religiosos, esto chocaba contra todo y por eso las persecuciones.
¿Hay que ser creyente? En la masonería regular hay un documento que firmas en el que reconoces que crees en la existencia de un arquitecto del universo, en la inmortalidad del alma, que no eres pura materia. Hay otra masonería, llamada liberal, en la que no es obligatorio. Ésa es la diferencia.
¿Y las mujeres? El movimiento feminista en España y el derecho al voto de la mujer se consigue gracias a masonas como Clara Campoamor o López de Ayala. En la masonería regular las mujeres no estaban aceptadas porque uno de los requisitos era ser hombre libre y las mujeres no lo eran. Ahora hay una gran logia femenina y otras que son mixtas y cada uno elige lo que quiere.
¿Cómo entra uno en una logia? Primero hay una preselección. Debes ponerte en contacto con alguien y esa persona te puede presentar. Puede pasar más de un año desde que lo pides hasta que te aceptan. Analizan tu vida, tu trabajo, lo que haces. En definitiva, si eres buena persona. Una vez que entras hay tres niveles: el primero de aprendiz, el segundo de compañero y el tercero de maestro. Yo he sido Gran Maestro provincial. Tu obligación es formarte, mejorarte. Todos los masones tienen la obligación de mejorar la sociedad en la que están y los hermanos de la logia se ayudan unos a otros.
¿Cuántos masones hay en España? Andará por unos 2.600. No es demasiado. Esto no es un partido político. Yo ayudé a crear la Gran Logia Provincial de Murcia. Hay más pero se guarda cierta prudencia. La protección de datos, que es algo tan de moda, se utiliza en la masonería desde hace siglos. Al Gran Maestro se le elige por 4 años. El jefe de una logia, el Venerable, está un año, y después pasa a ser uno más. Es una representación, un trabajo que haces por un tiempo y nada más: tú no eres nadie.
¿Qué destaca de la experiencia dentro de la masonería? Lo mejor son las ideas, el concepto, la cosmovisión profunda del mundo. Y las personas que te encuentras. No es que sean santos pero es donde más buena gente he encontrado. La logia te enseña que todos somos iguales. Un banquero y un hombre en paro, un monárquico y un republicano, un judío o un cristiano, son hermanos, se quieren y se entienden.
¿Ha encontrado respuestas a las grandes preguntas? Como periodista sabes que lo importante son las preguntas. Siempre son inteligentes y verdaderas. Las respuestas son una especie de consuelo que nos damos a nosotros mismos para hallar tranquilidad.

@ConchaAlcantara