UN SOMBRERO, UNA BARBA Y UNA MIRADA IRÓNICA

EL PINTOR JOSÉ MARÍA GARRES ATRAPÓ CON SUS TRAZOS LA MIRADA DEL PERIODISTA PEDRO SOLER, CUYA AUSENCIA DEJÓ AFLIGIDA A LA CULTURA Y EL PERIODISMO DE MURCIA. GARRES PRESENTA LA EXPOSICIÓN DEDICADA A LA FIGURA DE SU AMIGO, ESE “PERSONAJE GRANDOTE CON SOMBRERO”, EN EL REAL CASINO DE MURCIA

Por Elena García.
José María Garres cumplió la promesa que le hizo a su amigo, Pedro Soler, de hacerle un retrato. Solo que, finalmente, le hizo más de cien. “Había trabajado con algunas fotografías pero yo quería que me posara, aunque el era reacio”, recuerda Garres. “Un día que llevaba algunos de sus bocetos lo encontré en la plaza de Santa Catalina y le enseñé los apuntes; el me cerró el blog y me dio la noticia: tengo un cáncer de pulmón, me dijo. Me quedé pasmado y le pregunté cómo se encontraba, cojonudamente bien, me contestó”.

Aunque aquella confesión le dejó un tiempo desolado y sin poder trabajar, Garres decidió seguir adelante y continuó pintando al periodista del sombrero. Cuando tuvo suficiente material propuso realizar una exposición en diferentes salas y espacios de Murcia, “pero me lo negaron por activa y por pasiva”, lamenta el artista, que hubiera querido homenajear a su amigo en vida. “Cuando Pedro fallece (el 26 noviembre, 2018) pensé en guardarlo todo y olvidarme”, cuenta con resignación. Sin embargo, el socio del Real Casino Domingo La Rosa, que conocía el trabajo que Garres había realizado, procuró que el artista pudiera mostrar sus obras en esta institución.


Esta exposición no es un homenaje, “los homenajes se hacen en vida”, afirma Garres


La exposición, que ha querido titular con numerosos signos de exclamación “¡¡Pedro!!”, como un grito desesperado, podrá verse en el Real Casino de Murcia del 2 al 31 de mayo, en la Sala Alta. En la muestra se observa la evolución del trabajo del artista, que comenzó realizando retratos de índole más figurativo y realista, hasta que regresó a su propio estilo pictórico, puramente conceptual, en el que, con varias pinceladas o una sola mancha, evoca la profundidad del personaje.

Joaquín Salmerón, director del Servicio de Patrimonio Histórico de Cieza y director del Museo Siyâsa, ha comisariado esta muestra. “Cualquiera que mire estos retratos y que haya tenido la suerte de conocer a Pedro sentirá que surge una sensación de diálogo tan real que, sin necesidad de palabras, la tertulia se produce y nos reencontramos con su espíritu vigoroso y su enorme corazón”, manifiesta el comisario. “Garres ha captado la psicología del retratado”, subraya.

Sobre Pedro, el director del Museo Siyâsa recuerda que era “una figura reconocible en la distancia; su peculiar forma de andar, de vestir y de mirar lo hacían único e irrepetible”. “Su hablar campechano y sus modismos murcianos, que él usaba como forma de hacerse cercano y accesible, ensalzaban su personalidad”, afirma. “Tenía una mente brillante y era capaz de desnudar el presente que todos vivíamos con inigualable agudeza”, agrega Salmerón.

Para desarrollar el proyecto, Garres se ha servido de todos los elementos técnicos a su alcance: acrílico, carboncillo, grafito, tinta china, barniz, lienzo, papel vegetal, papel de periódico… dando forma a una muestra monotemática, pero estilísticamente muy diversa.


“Garres ha captado la psicología del retratado”, afirma el comisario


“Cada uno de los retratos de Pedro Soler hechos por José María Garres, no solo rebelan el espíritu del retratado, sino que esconden el alma de Garres y la admiración y afecto que sentía por Soler”, declara Salmerón. “La marcha de Soler, demasiado temprano para nuestro deseo, nos ha dejado un poco huérfanos, pero su huella se queda indeleble en los que hemos tenido la oportunidad de oírlo y leerlo durante tanto tiempo”, expresa el comisario, admirador también de la figura del desaparecido periodista.

Garres hace hincapié en que esta exposición no es un homenaje, “los homenajes se hacen en vida”, declara, pero sí un recuerdo o, incluso, un “divertimento”. “Yo he intentado divertirme con lo que he estado haciendo”, asegura el pintor, satisfecho de mostrar por fin los retratos, aunque no haya podido hacerlo en el momento oportuno. “Creo que a Pedro también le hubiera divertido un montón, le hubiera gustado ver las obras, aunque quizás se habría puesto un poco serio al verse reflejado en algunos cuadros”, comenta el autor, pues asegura que el periodista tenía “una mirada irónica y un humor muy peculiar”.

José María Garres posa para RCMAGAZINE en el Real Casino de Murcia


Elena García

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