REFLEJOS DE LA BELLEZA MURCIANA

Por Elena García.

ZACARÍAS CEREZO PRESENTA EN EL REAL CASINO DE MURCIA ‘PINTURAS DEL PARAÍSO’, UNA MUESTRA DE 30 ACUARELAS EN LAS QUE REFLEJA LA BELLEZA, VARIADA Y AUTÉNTICA, DE LA REGIÓN DE MURCIA

“Tengo la sensación de ser como un notario que va levantando acta del patrimonio que nos queda”, siente Zacarías Cerezo (Guadalupe, Murcia, 1951), artista que lleva consagrado a la pintura más de cuatro décadas, a lo largo de las cuales ha ejercido de testigo pictórico de paisajes y monumentos desaparecidos en la actualidad. “Tengo acuarelas que son documentos gráficos de lo que fue Murcia, las guardo en un archivo de cosas que ya no existen”, explica. Entre esos documentos se pueden encontrar paisajes de huerta ahora convertidos en urbanizaciones, casas-torre que han sido destruidas, acequias escondidas hoy bajo carreteras o molinos que quedaron en el recuerdo. “Los años 60 y 70 fueron un desastre, no se respetaba nada. Más tarde la mentalidad fue cambiando, aunque el Palacete Ponce desapareció hace tan solo unos años en la épocade alcalde Cámara, y estaba protegido”, reflexiona. “Por suerte, ahora las autoridades se preocupan más y, sobre todo, la opinión pública, que ya no soporta que se dañe el patrimonio”.

Zacarías Cerezo presenta el próximo 3 de febrero en el Real Casino su nueva exposición, titulada ‘Pinturas del paraíso’, pues a pesar de todo lo perdido, este artista está convencido de que nuestra tierra levantina es uno de los lugares más bellos donde pasar la vida. “Pensamos que los paraísos están muy lejos, pero yo quiero reivindicar que ya vivimos en uno”, afirma. El clima, la luz, o lo variado de nuestra geografía (con mar, montaña, vega fértil o los desiertos de Abanilla o Albudeite), son algunos de los elementos que, según Cerezo, convierten a la Región de Murcia en algo parecido al jardín del edén. “Reflexiono sobre este pequeño universo de contrastes. Vuelvo a mis temas de siempre, pero con nuevas miradas”.


«PENSAMOS QUE LOS PARAÍSOS ESTÁN MUY LEJOS, PERO YO QUIERO REIVINDICAR QUE YA VIVIMOS EN UNO»


En la exposición, coordinada por el comisario de arte Miguel Olmos y que estará en la Sala Alta hasta el 2 de marzo, podremos observar calles emblemáticas de la ciudad de Murcia, tranquilos paisajes de la huerta, o frutas de aspecto apetecible. En cada obra se aprecia el estilo de un pintor de largo recorrido. Sus acuarelas, a pesar de presumir de frescura y espontaneidad, están inundadas de detalles. La luz brota de sus composiciones armónicas y serenas. “Los artistas tenemos el deber de señalar, llamar la atención sobre esa belleza que a veces es escurridiza, que de tanto verla se nos vela a la vista acostumbrada”, señala el autor en el catálogo de la muestra.  “Me reconforta comprobar que mis acuarelas han servido para que muchos murcianos redescubran esa belleza tan cercana que ha dejado de ser apreciada de tanto verla”, añade.

Zacarías Cerezo estudió Formación Profesional en Electrónica y nada más finalizar sus estudios comenzó a trabajar en Telefónica. Su vida laboral ha estado siempre vinculada a las telecomunicaciones, pero al mismo tiempo se dedicó a la pintura de forma casi profesional, una pasión que descubrió de niño. “El trabajo me dio la seguridad y la libertad de pintar como y cuando quisiera, sin preocupación por la cuestión económica”, comenta.

Con esta muestra, Cerezo regresa al lugar que le vio nacer, artísticamente hablando. “Realicé mi primera exposición en el Casino de Murcia en el año 1972”, rememora. “Fue un momento de mucha ilusión, mucha responsabilidad y mucha tensión. A esa edad (21 años) te importa mucho lo que digan, eres muy vulnerable a la opinión pública”. Por entonces, el estilo de sus cuadros distaba mucho del actual, estaban más cera del expresionismo, con colores contrapuestos y presencia de figuras. “Atravesaba una etapa de preocupación social, por la edad y por el momento que estábamos viviendo: los últimos años del franquismo. Tenía mis inquietudes sociales y mi pintura lo reflejaba”, declara.

Con los años fue buscando y definiendo un lenguaje más personal y armónico. Se rindió a las acuarelas por su transparencia y luminosidad. “Cada acuarela es una aventura, es algo imprevisible donde no se puede tener todo bajo control. Como no puedes corregir mientras pintas, es más arriesgado. El papel mojado te obliga a tomar decisiones con cierta rapidez”, explica. “También me gusta la sencillez de los materiales: una pequeña cajita con todos los colores que puedes llevar en el bolsillo, unos pinceles, un papel y un poco de agua, y te puedes ir de viaje a pintar”, apunta.

El espíritu viajero es algo que define a Zacarías. Aunque sus formas son tranquilas, pausadas y elegantes, posee un alma inquieta y curiosa. Admirador del maestro barroco Francisco Salzillo, comenzó a estudiar su figura y viajó, en 2007, desde Murcia hasta la ciudad italiana de Santa María Capua Vetere en busca de la partida de nacimiento del padre, Nicolás Salzillo. Las investigaciones que llevó a cabo despertaron el interés de ambas ciudades por la familia Salzillo, y en la actualidad hay un proceso de hermanamiento entre ellas. En esa época, Cerezo preparó una exposición sobre Santa María Capua Vetere. “Quería descubrir esa ciudad para mostrarla aquí en Murcia. Es un proyecto del que guardo un especial recuerdo”, afirma. Tras mostrarla en Murcia la donó a la ciudad italiana, y en la actualidad está expuesta en el Museo Cívico de esa localidad. Uno de sus sueños, cuenta, es que culmine y se oficialice el proceso de hermanamiento entre las ciudades. “Me he implicado mucho en este proyecto y confío en que puede dar unos frutos interesantes”, asegura.

Con sus acuarelas en el bolsillo, este artista también realizó y pintó el Camino de Santiago. Produjo una colección de 120 obras que expuso en el ámbito cultural de El Corte Inglés y que, según recuerda, “fue muy celebrada”. Defiende la necesidad de trabajar al aire libre “para recibir esa impronta del color, de la luz, incluso del aire”, pero el trabajo, explica, lo completa en el estudio. “Por eso, mis acuarelas tienen esa apariencia de mucho detalle, muy terminadas, eso requiere tranquilidad”, aclara.


«CADA ACUARELA ES UNA AVENTURA, ES ALGO IMPREVISIBLE»


Zacarías Cerezo muestra su interés por volver a exponer en el Real Casino. “Para mí esta es como mi casa; siempre me he sentido muy cómodo y muy bien acogido por la dirección”, asegura. Además, aplaude la fidelidad del público que encuentra aquí. “La gente viene al Casino a ver exposiciones y eso es muy importante para el pintor, pues, en general, cuesta mucho llevar gente a las salas de exposiciones y aquí casi que está garantizado. Por otra parte, el edificio es noble y es el mejor marco para el arte”, declara. Sin duda es un marco apropiado para acoger los bellos paisajes de una Murcia hermosa y viva, y para seguir reivindicando nuestro patrimonio, natural y monumental, con la esperanza de que la belleza que nos queda no pase nunca a agrandar el archivo de “cosas que ya no existen” de este pintor murciano.


Elena García

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