MI PUNTO DE VISTA. Por Pilar García Cano.
Ha cundido la alarma en los centros educativos de secundaria de Murcia por la proliferación de salas de juegos y apuestas en sus cercanías, que inciden negativamente en la formación del alumnado. Por lo que paso a exponer mi punto de vista.
En 1977 se despenalizó en España la existencia de los salones de juego, bingos, casinos y locales de apuestas entre otros, que existían de forma clandestina. Esta ley reconoce que los juegos de azar pueden tener consecuencias individuales, familiares y sociales perniciosas, pero que es más peligrosa la clandestinidad, por la falta de seguridad jurídica del usuario, entendiendo el Estado que es un objetivo ineludible la tutela y protección social.
En 1995 las competencias en esta materia son trasferidas a Murcia y se aprueba una ley por la Asamblea Regional que las regula. Esta ley establece dos aspectos importantes para los murcianos:
En primer lugar, se formó la Comisión de Juegos y Apuestas como órgano de estudio, coordinación y control de las actividades relacionadas con el juego, que preside el consejero de Hacienda y que debe elaborar un informe anual sobre el desarrollo del juego en la Región. Hay informes de 2005, 2006 y 2013, pero en los siete últimos años no se ha publicado nada. Tampoco se sabe el por qué Hacienda, a través de los presupuestos de la Región que se aprueban en la Asamblea Regional, ha ido reduciendo gradualmente la fiscalidad de las casas de juegos y apuestas. Si se sabe que atendiendo a una pregunta de Podemos en esta Asamblea, entre 2015 y 2018, aumentaron los establecimientos de juegos y apuestas en un 78%, inundando los pueblos y barrios de estos establecimientos. Algo que no ocurre en otras comunidades autónomas. Somos, con diferencia, la que más tiene por número de habitantes.
No se sabe por qué Hacienda, a través de los presupuestos de la Región que se aprueban en la Asamblea Regional, ha ido reduciendo gradualmente la fiscalidad de las casas de juegos y apuestas
En segundo lugar, la ley también indica que corresponde al Consejo de Gobierno de la Región de Murcia, como órgano colegiado que preside el Presidente, y del que forman parte todos los Consejeros -entre los que se encuentran el de Sanidad, Educación y Servicios Sociales- la planificación regional en materia de juegos y apuestas.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, que es la biblia de la psiquiatría estadounidense, ha reconocido la ludopatía como una adicción conductual, al demostrarse que las luces y sonidos de los casinos o tragaperras producen en el cerebro los mismos efectos que los elementos químicos de las drogas, enfermedad que va aumento.
Todos sabemos que con el aumento de la pobreza se incrementan los problemas de depresión y alcoholismo entre la población, aumentando así las posibilidades que sufre una persona vulnerable de volverse adicto a los juegos y apuestas, a los que en muchas ocasiones se acude con la remota esperanza de salir de la pobreza. También sabemos que la adolescencia es una etapa complicada y que se ha demostrado que cuando los jóvenes atraviesan problemas o dificultades, corren mayor peligro de refugiarse en las drogas, el tabaco o el alcohol. Si, además, les ponemos cerca de los centros educativos salas de apuestas o de juegos, les ponemos en bandeja la adicción al juego.
Como dije al principio, el Estado –y en este caso el Consejo de Gobierno de Murcia por tener las competencias transferidas- tiene como deber ineludible la tutela y protección social con respecto al juego, sobre todo, de los sectores más vulnerables. Su incumplimiento puede causar daños irreparables en la población y puede ser delito si se demuestra que los responsables han primado en sus decisiones el enriquecimiento de las empresas de juego, por encima del interés social que están obligados a proteger.