«NO ES JUSTO QUE MIS JUGADORES SIENTAN LA COMPARACIÓN CON LA MEJOR GENERACIÓN DE LA HISTORIA»

COLOQUIO CON EL SELECCIONADOR DEL EQUIPO ABSOLUTO ESPAÑOL DE FÚTBOL, JULEN LOPETEGUI

Por José Antonio Martínez Abarca. Fotografías: Juan Cánovas.

La selección española de fútbol, la que en la prensa deportiva se llama «absoluta» para diferenciarla de las selecciones juveniles, siempre ha gozado de un apoyo entusiasta en Murcia. El estadio Nueva Condomina se enorgullece de algo muy literario pero escasamente matemático: el haber dado buena suerte a la selección española de fútbol, que jugó un encuentro aquí, con el césped discutiblemente colocado, justo antes de ir al Mundial de Sudáfrica, máximo trofeo que finalmente se ganó. De hecho, esa buena suerte a la «absoluta» se la adjudican en la Región el estadio Nueva Condomina, la basílica de la Vera Cruz de Caravaca, que también recibió la visita de una representación de la selección, y hasta los políticos de derechas que en aquellos días agasajaron al posteriormente nombrado marqués de Del Bosque o al jugador Andrés Iniesta.

El actual seleccionador nacional de fútbol, Julen Lopetegui, es consciente de esos antecedentes. Y por eso dijo en el coloquio organizado por el Foro Nueva Murcia en el Real Casino de la capital de la Región que siempre le gustaba volver aquí, un lugar que «me encanta». De hecho, en el coloquio reveló que hay por ahí una foto suya vestido con el atavío típico durante un Bando de la Huerta, «pero yo no la tengo».

Julen Lopetegui fue presentado a un nutrido grupo de empresarios murcianos, notables, políticos como el líder de ciudadanos en Murcia o la consejera Martínez-Cachá y ex políticos como Joaquín Moya-Angeler (PP) o Pedro Antonio Ríos (IU) por José Antonio Camacho, legendario defensa del Real Madrid y ex seleccionador nacional él mismo. Camacho es considerado tesoro nacional tanto de Albacete como de Cieza, Murcia, pero teniendo en cuenta que cuando nació eran la misma Región, esto no importa demasiado. Visiblemente ha perdido algunos kilos pero no ese estilo cachazudo, tan de aquí. Fue entrenador de Lopetegui en el Real Madrid, «te transmitía los valores del Madrid hasta con la mirada». Camacho le dirigió al seleccionador la famosa mirada estilo Real Madrid: «Te deseo que tengas un poco de suerte, porque sé que el trabajo ya está hecho; tienes la posición más difícil que hay, porque en tu trabajo solo hay una persona en España, tú».

En representación de los empresarios del Foro Nueva Murcia, Juan Alcántara subió al estrado y aseguró algo que, en efecto, es comprobable: que el fútbol es el fenómeno social que mueve más gente de todo el planeta. Alcántara, seguramente en atención a la presencia de Lopetegui, en realidad dijo «fúbol», que es como los vascos pronuncian la palabra fútbol, desde Julio Salinas hasta el ex presidente de la Federación Española, Ángel María Villar. Por cierto, Villar fue causa del momento más tenso del coloquio, cuando un periodista deportivo de La Verdad, sentado junto a su director Alberto Aguirre y al propio Lopetegui, nombró -que no preguntó sobre- el «caso Soule» que afecta en los juzgados al ex presidente federativo, por presunta corrupción. El seleccionador, que evidentemente no tiene las maneras abaciales de Del Bosque, se revolvió con brusquedad. Ya dijo en público que Villar es su amigo y que le mandaba solidaridad en el mal momento que está pasando. Hubo más momentos vagamente cortantes, algo no muy habitual en los coloquios del Foro Nueva Murcia. Como cuando le preguntaron más veces de las que él estimaba necesarias sobre si él pensaba que tales o cuales jugadores del Real Madrid (el invento de la prensa Francisco Alarcón, por ejemplo, o el irregular Asensio) debían jugar más en su club. «Isco ha estado en el Real Madrid en el partido más importante de la temporada (contra el PSG)». «No voy a hablar del Real Madrid, sino de la selección». «Ya te he contestado». O cuando los periodistas le dijeron que era difícil sacarle un titular y pillarle. «¿Es difícil pillarme o entrevistarme?», la respuesta de Lopetegui dejó escozor como un disparo de postas de sal. «Que es complicado arrancarte un titular, Julen». «Bueno».


«LOS JUGADORES NO SE RELAJAN EN UN MUNDIAL. VAN CONCIENCIADOS. SABEN QUE NO PUEDEN TENER UN DÍA MALO EN UNA COMPETICIÓN ASÍ»


Hubo ratos más relajados. Aguirre le dijo que se podía considerar que España había tenido suerte con el sorteo de equipos de su grupo, en el Mundial. «Cualquier equipo te puede complicar la vida», dijo el seleccionador. «Portugal es el mejor equipo de Europa en la actualidad. Todo lo que podamos hablar no va a ayudar a ganar esos partidos», zanjó. «Los jugadores no se relajan en un Mundial. Van concienciados. Saben que no pueden tener un día malo en una competición así». ¿No? España empezó perdiendo con un país tan improbable como Suiza, en el Mundial que ganó.

Lopetegui no pareció tener en cuenta esa excepción. Un seleccionador nacional de fútbol no puede dejar de hablar del «entorno», desde aquel gran Miguel Muñoz en el desastroso Mundial 82. Lopetegui, tampoco: «El entorno no va a ayudar, no va a sumar ni a restar». Como ya va siendo también un clásico la pregunta reglamentaria sobre Piqué. «Yo le juzgo por lo que hace en la selección, con su compromiso y juego», cortó Lopetegui.

«No hago quinielas. Las quinielas os las dejo a vosotros, que sois quienes las hacéis (los periodistas)». Luego, Lopetegui dejó una buena ración de frases tan hechas como blindadas. «Las estrellas (de campeón mundial) o las camisetas no ganan partidos», «tenemos diferentes opciones para el puesto de 9 en la selección y para todos los puestos», «No voy a dar nombres concretos»… Solo faltó decir aquella frase hoy algo abandonada en la germanía futbolística, pero que marcó época: «Ya no quedan peritas en dulce». Algo más se «mojó» al ser preguntado por cómo doma los egos de las estrellas, cómo los «pastorea», según dijo literalmente Alberto Aguirre, algo que en las grandes empresas es fundamental. «Esto no es una empresa. Aquí estas jugando con emociones». Lopetegui cree en el «liderazgo transaccional» como seleccionador. Es decir, hacer partícipes a todos los jugadores de un objetivo que sientan como propio. «Que el jugador no sienta que va a trabajar un día más en la oficina». «Cada jugador es diferente, y yo acepto esas diferencias. Yo entiendo que la palabra prohibir no existe. Hay que darles a los jugadores unas reglas compartidas por todos. Si no consigues un grupo compacto, es complicado».

Los periodistas le dijeron a Lopetegui que no daba un solo titular. Pero hubo una frase que podía tener honores de tal: «No es justo que mis jugadores sientan la comparación con la mejor generación de futbolistas de la historia». Se refería a los que ganaron las dos Eurocopas y el Mundial. Lo cual querrá decir, supongo, que los jugadores de ahora se sienten inferiores…


José A. Martínez-Abarca

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