Los otros arquitectos en la construcción del casino: Pedro Cerdán Martínez

ARS Casino, por Loreto López.

El arquitecto Pedro Cerdán.

Hacia 1892, un joven arquitecto aparece en el escenario del Casino de Murcia: Pedro Cerdán Martínez (Torre-Pacheco, Murcia, 1863-Murcia, 1947). Sus primeros trabajos fueron como colaborador en las tareas de las profundas reformas que el veterano Justo Millán había propuesto y se habían iniciado tras el efímero paso por las obras, de apenas cinco años, del arquitecto José Marín-Baldo.

En esos años se están llevando a cabo los trabajos decorativos finales del Salón de Billar, con la impronta estética que caracteriza las obras de don Justo Millán, el salón de Café, actual restaurante del Casino, y el Patio Pompeyano. También continúan las adquisiciones de nuevos solares para la ansiada ampliación de las instalaciones, como la casa del nº10 de la antigua calle Lucas, que pertenecía a don Carlos Luis de Borbón, y el  nº22 de la calle Príncipe Alfonso, Trapería, propiedad del convento de Madre de Dios; poco después se adquirirán también el solar del nº26 y otro inmueble, suponemos que de pequeñas dimensiones en la misma calle, tan necesarios para las intenciones expansionistas de la sociedad del Casino en su afán de dar salida a la vía más importante de la ciudad. 

La llegada del siglo XX supone para Pedro Cerdán el reconocimiento general a su carrera, siendo nombrado Arquitecto Provincial de Murcia en 1901.

En 1895 termina la colaboración de los dos arquitectos, Millán y Cerdán, quedando este último, por entonces era ya Arquitecto Municipal de Murcia, al frente de las obras decorativas o de mantenimiento de lo previamente construido. No será hasta los últimos años de esa década cuando reciba el encargo del proyecto para las nuevas construcciones que definitivamente darán visibilidad al Casino en la calle Trapería: el Patio Árabe, las Peceras, la Sala Alta y la majestuosa fachada principal.

Escalera hacia la Sala Alta.

Durante casi una década se ejecutarán ininterrumpidamente dichas obras, pero será el impulso de la junta directiva, bajo la presidencia de don Jesualdo Cañada Baños, abogado y destacada figura del Partido Liberal en Murcia, la que dé forma a las mismas en 1901. Haciendo un somero balance de todo lo concluido, destacaremos: los decorados del Patio Árabe, incluida su hermosa claraboya, el vestíbulo de entrada y los Pasajes, las obras de la Biblioteca y la Sala de Armas, y lo más relevante, la finalización de los trabajos de la fachada el día 1 de junio, del que se hace eco la prensa local.

“Hoy se ha colocado la última piedra para la fachada del Casino, en la calle del Príncipe Alfonso. Como en el tiempo que han durado las obras, no ha habido que lamentar por fortuna ninguna desgracia, esta mañana se ha colocado la bandera que así lo indicaba.

La junta directiva de dicha sociedad ha obsequiado a los albañiles y canteros con una espléndida paella que ha tenido lugar hoy.

Deseamos ver pronto terminadas las obras de nuestro precioso Casino.” 

Las Provincias de Levante. 1 de junio de 1901.

La llegada del siglo XX supone para Pedro Cerdán el reconocimiento general a su carrera, siendo nombrado Arquitecto Provincial de Murcia en 1901, de la Diócesis de Cartagena en 1903 y de Hacienda en 1905. Suyos van a ser algunos de los más importantes proyectos de nuestra Región entre el eclecticismo, el clasicismo, el mudejarismo y el modernismo de inspiración vienesa. Baste con señalar las deliciosas casas de recreo del Reloj en San Pedro del Pinatar o las del Pino y Torre Cierva, para la familia de la Cierva, en Santo Ángel; la Casa del Piñón de La Unión, la Casa Navarro o Modernista de Novelda; el Mercado de Verónicas, varias de las escuelas graduadas, el Museo de Bellas Artes en Murcia, el Teatro Apolo de El Algar y un largo etcétera de construcciones públicas y privadas, muchas de ellas desafortunadamente desaparecidas.

Un rincón de la Pecera.

Su actividad en el primer cuarto de siglo es intensa, permaneciendo al frente de las obras del Casino, a un ritmo mucho menos acelerado, hasta 1918. Año en el que un desacuerdo con la junta directiva, por la toma de decisiones de la misma sobre elementos decorativos de la escalera de acceso a la primera planta desde el Patio Árabe, aprovechando la ausencia del arquitecto, hace que presente su irrevocable dimisión e incluso denuncie a la entidad, aunque años después la retiró. Lamentable fin de las fructíferas relaciones con el artífice de una de las obras arquitectónicas más relevantes de nuestra Comunidad.

El sorprendente hecho de la destrucción de su archivo particular, por su propia mano antes de su fallecimiento, ha privado a los investigadores de un mejor y más profundo conocimiento de sus trabajos. Aun así, estamos sin duda ante uno de los grandes arquitectos murcianos.

Loreto López. Historiadora y restauradora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.