Toponimias, por Santiago Delgado
Es indudable que Narejos, precedido del artículo plural, hace referencia al apellido Narejos, que no se da sino en plural, en España. Los Narejos son quienes se aposentan en ese lugar medio del Mar Menor. Sucede entre los siglos XVIII y XIX, cuando Floridablanca, más o menos. Un lugar paradisiaco, en medio del Mar Menor. Si salimos en línea recta del Canal del Estacio, siguiendo la dirección que marcan las orillas del canal, abocamos a Los Narejos. Así pues, al terreno donde se asientan los Urrutia, pues Los Urrutias; que si son los franceses Bellonds, pues Los Belones y así. Del apellido al topónimo.
Bueno, aclarada la cuestión del topónimo, mecanismo conocido, como en otras partes de la comarca, se trata de toponimizar el andrónimo. Pero, este apellido, ¿de dónde viene? No hay ninguna referencia, ni clara, ni oscura, por lo que habrá que conjeturar: la conjetura bien llevada es madre de la Toponimia. Fuera de la Región de Murcia, el apellido Narejos se da en el sur de la Mancha. ¿Vienen de allí? Posible es. Veamos por qué:
Narejos viene, indudablemente del posible diminutivo narículos, del sustantivo naris-is (nariz). Es nariz, pero también es olfato, como la vista es el sentido de la vista, y la vista nuestra, la de cada uno. O el oído, mismamente. Mi conjetura salta del diminutivo aparente latino al superlativo romance para ponderar, no una nariz prominente (de eso se encarga la palabra de doble raíz nariz-aguda); sino un olfato considerable. En tierras de queso y vino, no deben faltar buenos oledores que calibren por su olfato buenos quesos y buenos vinos. Busque el lector, la disputa de dos ancestros de Sancho, el inefable escudero de Don Quijote, en cuanto a oler vino (II, cap. 13). Uno sacó que en el fondo del barril había llave y otro que cuero. Cuando vaciaron la cuba hallaron fierro atado por cordobán (cuero). Lo habían olido a barril lleno del rudo caldo manchego, desde la superficie.
Así pues, desde el Campo de Calatrava vinieron estos Narejos, de agudo olfato, que no de aguda nariz, y se dispersaron luego por la provincia. Acaso serían viajantes de queso y vinos. Hoy es un enclave turístico de urbanizaciones de trazado a escuadra y cartabón, con la Escuela de Alto Rendimiento de Vela, cabe sus orillas.
¡Viva Los Narejos!