Una obra colosal coordinada por el arquitecto, Juan Carlos Cartagena, devolvió a Santo Domingo de Lorca el esplendor tras los terremotos de 2011
Por Elena García.
Juan Carlos Cartagena, arquitecto del Real Casino de Murcia, ofreció una conferencia enmarcada en el programa de la Asociación de Amigos de los Castillos, para hablar del proceso de restauración del conjunto monumental de Santo Domingo de Lorca, que sufrió graves desperfectos en el terremoto de 2011, y de cuya restauración integral se hizo cargo. “Tras el terremoto el conjunto monumental quedó seriamente perjudicado”, recordó el arquitecto, que coordinó esta obra titánica y gracias a la cual se logró recuperar el valor del inmueble.
La “Ordo Praedicatorum” (Orden de Predicadores), más conocida como Dominicos, se estableció en Lorca sobre 1547 y allí erigieron su casa-convento, del que se conserva el claustro, la Iglesia de Santo Domingo, y la capilla del Rosario, según recordó el experto en una revisión histórica al inicio de la conferencia. Estas tres construcciones, junto a la plaza Saavedra, conforman el actual conjunto monumental de Santo Domingo. En la actualidad es sede de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (Paso Blanco), una de las principales cofradías de la Semana Santa lorquina. En el interior de la capilla del Rosario se encuentra el Museo de Bordados del Paso Blanco (MUBBLA). “Se trata de un edificio de un importante valor sentimental y religioso y con un destacado valor arquitectónico y artístico, además de estar catalogado con una protección de grado 1”, explicó Cartagena.
“Después del seísmo fue preciso realizar obras de emergencia para evitar más daños irreparables, tanto a las personas como al patrimonio”, comentó. “La iglesia presentaba una situación muy inestable; elementos estructurales amenazaban con desplomarse, especialmente en las bóvedas y cúpula. Las torres presentaban importantes grietas y fracturas”, advirtió. “En la capilla del Rosario el cúmulo de patologías dejó al edificio en posible colapso”.
Una vez analizados los daños comenzó el trabajo. “El claustro tuvo que desmontarse. No se demolió porque gracias a su valor histórico y patrimonial debía preservarse”. “La principal medida en la capilla del Rosario fue el apeo del inmueble y en base a eso giraron las demás actuaciones”, explicó Cartagena.
La recuperación del conjunto monumental supuso un trabajo descomunal. Hubo que adoptar una enorme cantidad de medidas y reconstrucciones para que, finalmente, Santo Domingo recuperara su esplendor. Pero el éxito final fue ampliamente reconocido. La restauración de la capilla del Rosario recibió el premio regional de Arquitectura, concedido la consejería de Fomento, el Colegio de Arquitectos de Murcia y la Fundación CajaMurcia. Un reconocimiento a la calidad de las obras que han permitido a todos los lorquinos y a sus visitantes volver a admirar la belleza de los tres edificios.