LA HORA DE LAS MUJERES

Nace ‘Lyceum de Ciencia de Murcia’, un foro que reúne a científicas murcianas con el propósito de eliminar las barreras que aún frenan la carrera de muchas profesionales


Por Concha Alcántara. Fotografías Ana Bernal.

Es una frase manida, como mucho una declaración de intenciones, pero el eslogan ‘Mujer al poder’ dista mucho de reflejar una situación real en el mundo laboral actual. “Hace 20 años, en la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Pekín, se indicó que el techo de cristal y el efecto tijera desaparecerían por sí solos. Se suponía que con tantas mujeres formadas, llegarían a puestos de dirección igual que los hombres de forma natural. Lo que nos hemos dado cuenta es de que no”, explica María Trinidad Herrero, Catedrática de Biomedicina de la UMU, miembro de la Real Academia de Medicina y alma máter de ‘Lyceum de Ciencia de Murcia’, una plataforma abierta para potenciar la carrera profesional de las mujeres en todos los ámbitos de la ciencia que se reúne una vez al mes en el Real Casino de Murcia. En él participan profesionales de las tres universidades de la Región, UMU, UPCT y UCAM, y de los centros de investigación CEBAS y CSIC.

Vicepresidenta, Estrella Núñez, vicerrectora de Investigación de la UCAM; presidenta de honor, Rocio Alvarze; presidenta; María Trinidad Herrero, UMU-IMIB-IUIE – Real Academia de Medicina; y secretaria, Stella Moreno, UPCT – Academia de Farmacia.


“Somos muy pocas las que hemos conseguido llegar a puestos de responsabilidad. Lo que queremos es cerrar la tijera y que el techo de cristal desaparezca”


La conferencia de Beijing- Pekín a la que se refiere, y de la que Herrero formó parte, marcó un importante punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad entre mujeres y hombres. Participaron en las negociaciones más de 6.000 delegadas/os gubernamentales y más de 4.000 representantes acreditados de organizaciones no gubernamentales y consolidó cinco decenios de avances dirigidos a garantizar la igualdad tanto en las leyes como en la práctica. Pero los avances no han ido tan rápido como pensaban. “Yo era la tercera catedrática en una universidad con una mayor parte del profesorado femenino y eso ha cambiado poquísimo”, lamenta Herrero, que analizó para la Universidad de Murcia la situación de las profesionales hace 10 años y encuentra pocos avances.

“Somos muy pocas las que hemos conseguido llegar a puestos de responsabilidad. Lo que queremos es cerrar la tijera y que el techo de cristal desaparezca”, subraya la catedrática. Para el que no esté familiarizado con estos conceptos, el techo de cristal es el que no se ve pero impide a las mujeres ascender en el mundo laboral a partir de cierto nivel. El efecto tijera es el que provoca que las mujeres empiecen alto por su formación para ir descendiendo después, justo lo contrario que les pasa a los hombres, que ascienden aunque su formación sea menor, siguiendo la línea de unas tijeras abiertas.

El Lyceum de Ciencia de Murcia se reúne una vez al mes en la Pecera Sur de la entidad. Está abierto a licenciadas de cualquier ámbito. Presidenta: María Trinidad Herrero, UMU-IMIB-IUIE – Real Academia de Medicina. Vicepresidenta: Estrella Núñez, vicerrectora de Investigación de la UCAM. Secretaria: Stella Moreno, UPCT – Academia de Farmacia. Tesorera: Consuelo Ruiz Montero, UMU. Vocales: Francisca Sevilla CEBAS – Academia de Ciencias. Maria Ángeles Pedreño UMU, Academia de Ciencias. Celia Martínez, IMIDA. Marta Agudo Berriuso, IMIB. Ana Montes UMU, Academia de Ciencias. Maria Luisa Laorden UMU, Real Academia de Medicina.


En España, el porcentaje de mujeres investigadoras es del 39%. Una cifra que no para de crecer a pesar de que aún queda mucho por hacer tanto en el sector público como en el privado. “Muchos equipos siguen teniendo hombres a la cabeza pero la realidad es que se rodean de mujeres para asesorarse y desarrollar el trabajo”, señala Estrella Núñez, vicerrectora de Investigación de la UCAM y vicepresidenta de Lyceum, que destaca el mentoring como herramienta importante “para indicarles a las nuevas generaciones de mujeres qué es lo que pueden hacer y enseñar que es lo que están haciendo otras mujeres, porque lo que no se ve parece que no se hace”.


“La sociedad se tiene que concienciar de que la mujer vale tanto como el hombre y poner métodos de conciliación entre la vida laboral y la familiar”


“No hemos conseguido los objetivos, no solo en la educación formal sino en la informal, y en impulsar una labor de mentoring con chicas jóvenes para evitar que las mujeres se retiren de la vida profesional sobre los 30”, señala Herrero. Es uno de los hándicap a los que se enfrentan muchas profesionales: se convierten en madres y quieren conciliar, al contrario que sus colegas masculinos, que en general siguen trabajando como si no hubiera pasado nada cuando los niños entran en sus vidas. ¿Pero las mujeres pueden conciliar si los hombres no lo hacen?

“La sociedad se tiene que concienciar de que la mujer vale tanto como el hombre y poner métodos de conciliación entre la vida laboral y la familiar”, apunta Francisca Revilla, profesora de Investigación del CSIC, primer organismo público de investigación que hizo una estadística segregada por sexos de la presencia de la mujer en las distintas escalas de investigación. Desde entonces existe una comisión de Mujer y Ciencia, que tiene como objetivo hacer públicas las estadísticas de progresión de la mujer dentro de este ámbito.

A pesar de los anhelos de muchos movimientos feministas, las mujeres aún no han llegado al poder, o no demasiadas. En la actualidad, 10 mujeres ostentan el cargo de presidenta en el mundo, en los parlamentos representan el 23% (39% en España) y sufren más paro y una brecha salarial que en España ronda el 20%.

También hay datos para la esperanza. En 1977 apenas el 28% de las mujeres entre 25 y 54 años ocupaba un puesto de trabajo en el sector público o privado; hoy, este porcentaje ha subido al 48%. Hay más paro femenino que masculino, pero el diferencial se ha ido reduciendo en los últimos 10 años. El objetivo de Lyceum es precisamente velar porque esos avances sean cada vez más notables. “Lo importante es que mediante el diálogo podamos dar con las causas de que la tijera siga abierta y encontrar soluciones”, apunta Herrero.


Aquellas valientes pioneras

CONFERENCIA DE PALMA GUILLÉN. Madrid, 15-2-1935.- Conferencia de la escritora Palma Guillén (5º izda), embajadora de México en Panamá, en el Lyceum Club Femenino. Asisten, entre otras: La política y abogada Victoria Kent (4ª dcha), la actriz Margarita Xirgu (2ª dcha), la pedagoga María de Maeztu (5ª dcha), y la también política y abogada Clara Campoamor (1ª dcha). EFE/DÍAZ CASARIEGO/jgb


Lyceum no es un nombre escogido al azar. Los orígenes los encontramos en Londres hace más de un siglo. Fue la escritora Constance Smedley-Atmfield quién inauguró el primer Lyceum Club en 1904 con el fin de que las mujeres con inquietudes tuvieran un lugar de encuentro y discusión. En poco tiempo se multiplicaron por las principales capitales como Berlín (1905), París (1913), Bruselas (1914), Nueva York, Roma, Estocolmo, e incluso La Habana.

A España tardó en llegar. Fue fundado en 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera y el reinado de Alfonso XIII. En su primera junta directiva estaba la flor y nata de la intelectualidad femenina de la época: María de Maeztu, presidenta; Victoria Kent e Isabel Oyarzábal, vicepresidentas; Amalia Garralaga, tesorera; Zenobia Campubrí, secretaria, y Helen Phipps, vicesecretaria. Contaba en ese momento con 150 socias que en un año se quintuplicaron. Su objetivo era defender la igualdad de la mujer y su plena incorporación al mundo de la educación y del trabajo.


En su corta e intensa vida el Lyceum de Madrid tuvo que enfrentarse a la intransigencia de los sectores más conservadores. Pese a ello tuvo un tremendo éxito social


En su corta e intensa vida el Lyceum de Madrid tuvo que enfrentarse a la intransigencia de los sectores más conservadores de la sociedad que se oponían a que las mujeres pudieran disponer de un espacio propio donde desarrollar sus inquietudes o luchar por los mismos derechos que los hombres. La Iglesia las calificó como mujeres “sin virtud ni piedad” e instaba a las católicas a darse de baja mientras que en todos los periódicos de la época se las criticó despiadadamente. Intelectuales de la talla de Ortega y Gasset, Gregorio Marañón o Jacinto Benavente las tacharon de locas, radicales o, directamente, criminales.

Pese a ello tuvo un tremendo éxito social y como relata Carmen Baroja (hermana del escritor Pío Baroja y una de las fundadoras del club) en sus memorias, Recuerdos de una mujer de la generación del 98, “todos se pirraban por el Lyceum. No hubo intelectual, médico o artista que no diera una conferencia”. La asociación estuvo activa hasta la Guerra Civil Española. En 1939 fue clausurada por causas políticas y su legado prácticamente desapareció: el nuevo régimen valoraba más a las mujeres por ser esposas y madres abnegadas.

@ConchaAlcantara

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