LA ENFERMEDAD DEL OLVIDO

Se calcula que 45 millones de personas sufrirán alzhéimer en 2020. Los investigadores luchan por lograr la detección temprana de la enfermedad con un análisis de sangre.

Por Elena García.
Maite Mendioroz, directora del laboratorio de Epigenética-Alzhéimer de Navarrabiomed, acudió a su cita en el Real Casino de Murcia para hablar, ante representantes políticos y empresariales invitados por el Foro Nueva Murcia, sobre el presente y futuro de una enfermedad degenerativa para la que no existe cura. Medioroz anunció que están trabajando para “detectarla de forma temprana con una prueba no invasiva, como un análisis de sangre”. Esta prueba, apuntó, “podría aplicarse clínicamente en unos cinco años”. Un diagnóstico precoz abrirá, según la investigadora, “una ventana terapéutica verdaderamente eficaz, para que se apliquen tratamientos antes de que se produzca el daño en el cerebro”.


“FALTA INVERSIÓN EN RECURSOS HUMANOS PARA LA INVESTIGACIÓN. ES IMPRESCINDIBLE UN PACTO DE ESTADO PARA LA CIENCIA”


La conocida como “detective del cerebro” explicó que el alzhéimer se va labrando poco a poco durante décadas, “puede empezar sobre los 40 o 50 años, aunque los síntomas aparecen después”, manifestó. La epigenética, aclaró la especialista, estudia los mecanismos que hacen que los genes se expresen, se activen. “Estudia los interruptores que encienden y apagan los genes. Con el alzhéimer estos interruptores funcionan mal y conforme avanza la enfermedad, los genes se van apagando”, advirtió.

Por el momento, el tratamiento aplicable solo ayuda a ralentizar el alzhéimer. Para prevenirlo abogó por una vida activa tanto física como mental, y subrayó que se ha detectado que una buena sociabilidad también puede ser beneficiosa. Al ser preguntada por el efecto de la “actitud positiva” frente a la enfermedad, alegó que “aunque no está demostrado científicamente, creo que el optimismo puede ayudar a prevenir muchas enfermedades”.

En cuanto a los factores que incrementan el riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer, Mendioroz apuntó la hipertensión, la diabetes, el sedentarismo, el tabaquismo… “todos los factores que afectan a los vasos sanguíneos incrementan el riesgo de la enfermedad”. “El ser humano es un todo y cuando dañamos nuestro organismo también estamos dañando nuestro cerebro”, aseguró.

La conferenciante también llamó la atención sobre el “drama” que sufren los institutos de investigación: “Tenemos financiación para comprar materiales pero no para personal. Es necesario invertir en recursos humanos”, afirmó, y añadió que “es imprescindible un Pacto de Estado para la Ciencia”.

En cuanto a la desigualdad de género en la investigación, Maite Mendioroz destacó que “hay más mujeres científicas que hombres”, pero, según lamentó “no llegamos a los puestos directivos, y eso es un reflejo de lo que pasa en el resto de la sociedad”. “Romper el techo de cristal pasa por potenciar la conciliación”, declaró.

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