“Hoy, más que nunca, importan los actos y las miradas”

ENTREVISTA A MERCEDES ALCARAZ MORENO

El poemario de Mercedes Alcaraz Moreno, “Reposando el corazón y acariciando el alma” (Círculo Rojo, 2022), recoge su voz en primera persona, invitándonos a compartir y celebrar la “bendita locura de vida” de una mujer muy enamorada que medita y reflexiona sobre el entusiasmo vital, al igual que también lo evocaba Walt Whitman, padre del verso libre, en “Hojas de Hierba” (1855), todo un canto a lo humano y lo divino.

Mercedes Alcaraz Moreno.

Nos dice: “Tengo el faro de la sabiduría paterna” ¿Cómo sentir el arte desde su mirada?

El arte ha estado siempre presente en mi vida, con mi padre, el pintor José Alcaraz Cano. He vivido rodeada de sus cuadros y ahora estoy intentando que su obra salga al exterior. Y cuando fui a Florencia mi alma estaba volando al ver tanto arte a pie de calle, pasear con arte es precioso, anima a la gente a sentirlo. El arte es todo, la naturaleza, y lo es según los ojos con los que mires las cosas.

Destaca la importancia de observar a los demás. Un verso del poema “Sabiduría”, de Walt Whitman nos dice: “como un padre que va a ver a su padre, llevo conmigo a mis hijos”. También Ud. nos habla en sus poemas de la idea de aprender de los niños y de los hijos.

Hay que estar abiertos y tener humildad con mente abierta para aceptar las cosas, así como la capacidad de asombro nunca se debe perder porque es un hilo conductor para el conocimiento personal y colectivo.

¿Cuándo duele el alma? “El alma, siempre y por siempre”, en palabras de Whitman.

Duele cada vez que tú tienes empatía con el otro; duele si no eres indiferente a su dolor. El mundo iría mejor si nos vinculáramos más.

¿Cuántas cosas se dejaron de hacer?

Pues me hubiera gustado estudiar literatura. Ese espíritu está ahí, lo he dejado en el camino.

Portada del libro.

¿Es decisiva la confianza en los demás? Walt Whitman daba un gran valor a la sinceridad.

Así es. Prefiero siempre que cuando haya un malentendido tomemos un café y lo aclaremos porque, si no, se encripta, se agranda en sentimientos de rencor. Y ese es un eje que falta en la sociedad porque somos máscaras, no somos reales. Para tener sinceridad es necesaria la confianza. También no estar determinado por el juicio de los demás. Si no se llega a alcanzar esa máxima, se pierde la vergüenza de no hacer daño a los demás.

“Fotografiar la vida que queremos/y de cómo vivirla nos olvidamos”, evoca mucho nuestro momento.

Las fotografías nos reflejan cosas que no siempre son como se ven, se nos escapa el tiempo en ellas por una pose, por una apreciación de los demás. Y así se nos olvida lo pequeño, lo cotidiano.

¿Siente añoranza de otros tiempos perdidos?

Creo que, de alguna manera, todos estamos vinculados a la abuela del pueblo, a ese lugar más paternal y familiar donde había una especie de libertad que no se encontraba en la ciudad. Me gusta hablar de esa segunda opción de vida en el pueblo.

Me gusta lo que dice: “Hoy, más que nunca, importan los actos y las miradas”.

Hemos sido muy solidarios en la pandemia pero parece que se nos ha olvidado. Aquellos actos son el reflejo de cómo fuimos en un momento crucial, de saber estar atentos y mirar las necesidades para solventar una situación difícil. Pero es muy importante seguir también así siempre, no sólo en momentos complicados.

“Hemos sido muy solidarios en la pandemia pero parece que se nos ha olvidado”

¿A qué hemos venido al mundo?

Venimos con una misión. El problema es no conocerla al principio, pero a lo largo de nuestros años la vamos descubriendo de distintas formas: por otras personas cercanas, por el autoconocimiento personal u otros factores externos. Tiene que venir en su momento y estar preparados. Descubrir nuestra misión da mucha paz.

“Nunca le des poder al miedo”, impacta al leerlo.

Por situaciones personales se puede tener miedo pero no hay que darle dominio, sino saber gestionarlo con las herramientas de cada uno para que no se generen malos conflictos familiares ni en otros entornos.

Sus palabras “Dicen que el cielo/ te lo creaste tú, a tu imagen y semejanza”, resuenan así en la voz de Walt Whitman: “… grandiosos son el cielo y las estrellas”.

Sugiere la idea del cielo como espejo. Podemos crear nuestro cielo ya aquí, desde este momento. Cuando faltemos seremos almas que continuarán con el proyecto que hemos querido dejar.

¿Por qué pesan nuestras mochilas?

Porque la vida nos pasa a todos factura tanto de forma psicológica como física. Ser empático no implica que haya que traspasar todas las líneas y ocupar el lugar del otro. No es bueno ser invasivo, sino respetar los momentos de cada uno. No podemos asumir las circunstancias de los demás como propias.

“Detrás de cada persona/ una canción va asociada a un recuerdo”.

La música es preciosa, otra forma de vida. Incluso hay una terapia musical para enfermos en coma. Y la asociamos a momentos y memorias de nuestra historia porque es importante para el alma.

A su “Alegría es igual a vida” Walt Whitman corea “Me celebro y me canto”.

He escrito un libro celebrativo, como me decía el poeta Ginés Aniorte, porque la vida tiene todo a nuestro alcance para ser feliz. Me gusta ser alegre, tener el concepto de que estoy de paso y he de dejar buena huella; una vida alegre aún en las dificultades, porque ir de víctima te autodestruye.

¿Es duro vivir con dolor crónico?

Me ha costado aceptarlo pero me ha ayudado la psicología, conocerme mejor, e intento tener siempre una buena actitud, así todo viene mejor. He aprendido a gestionar mis tiempos: saber cuándo procede el descanso y a aprovechar los momentos en los que estoy bien.

“He escrito un libro celebrativo, porque la vida tiene todo a nuestro alcance para ser feliz”

Whitman hablaba de los “brazos extendidos para abrazar”, algo que enlaza muy bien con su amor romántico y pasional.

Sigo muy enamorada de mi marido. Me gusta cantar que somos felices. Ambos nos equilibramos, guardamos nuestros espacios. Como dice un escritor musulmán: “Hay que beber el mismo vino en dos copas distintas”.

Entonces, ¿siempre hay esperanza?

No se puede perder ni la esperanza ni el amor, que es lo que mueve el mundo. Cuando aquello que esperamos se produce y se constata nos damos cuenta de que existe la esperanza. Descubrir a Walt Witman ha sido conectar con su espiritualidad, su libertad, con la inclusión de todas las personas, el amor a la naturaleza, hablar con Dios. Todo ha sido energía, esperanza, despertar conciencias dormidas. Así lo evoca el gran poeta cuando saluda al mundo:

“Cada uno de vosotros, inevitable,

 Cada uno de nosotros, ilimitado- cada uno de nosotros con su

            derecho de hombre o de mujer, sobre la tierra,

Cada uno de nosotros, admitido a los designios eternos de la tierra,

Cada uno de nosotros, tan divino aquí como otro cualquiera” (Walt Whitman)

Consuelo Mengual @Aladas_Palabras
3 comentarios en «“Hoy, más que nunca, importan los actos y las miradas”»
  1. Gracias por esta entrevista dirigida por Consuelo Mensual en la cual ha sabido reflejar mi esencia y a su vez dar las gracias al Real Casino de Murcia por su buena acogida para llevar a cabo esta entrevista

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