MI PUNTO DE VISTA. Por Pilar García Cano
Los institutos de Enseñanza Secundaria en Murcia, como centros educativos de nivel intermedio y preparatorios para acceder a la universidad, surgen en España con el llamado Plan de Instrucción Pública del Duque de Rivas, aprobado por Real Decreto de 4 agosto de 1836, según el cual se crean centros públicos provinciales, abandonando el viejo ideal de educación universal y gratuita consagrado en el Reglamento de 1821. Estos centros públicos tienen carácter de provinciales y serían financiados con dinero público y con el importe de las matrículas que pagan las familias, contando con profesorado titulado de las materias que imparten, y además con personal auxiliar y de limpieza.

El ingreso se realizaba a los 11 años, debiendo superar una prueba de conocimientos. Los institutos superiores a los que accedían los graduados en bachillerato elemental se creaban sólo en las ciudades donde existía universidad, obteniendo el título en letras o en ciencias.
En Murcia, el instituto de Educación Secundaria Alfonso X el Sabio fue fundado el 5 de octubre de 1837, bajo en nombre de Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Murcia, en un edificio anexo al Obispado y adscrito a la Universidad de Valencia (la Universidad de Murcia se creó en 1915). Por ello, se considera el más antiguo de la Región y el tercero de los fundados en España, tras los de Mallorca y Guadalajara.
La mujer en el siglo XIX tenía en la sociedad un papel limitado al hogar, por lo que este tipo de enseñanza no estaba pensado para ellas. Las primeras mujeres que empezaron a estudiar en la universidad pública fue el 8 de marzo de 1910.
La Ley Moyano de 1857, vigente hasta la Ley de Villar Palasí de 1970, que duró más de 100 años, recoge mayoritariamente lo contemplado en la Ley del Duque de Rivas, incluyendo la posibilidad de que las órdenes religiosas crearan internados (colegios privados donde los chicos estudian y viven). Estos centros tienen una gran popularidad en los siglos XIX y XX, especialmente los de carácter elitista.
En general, las familias burguesas solían elegir este tipo de educación para sus hijos, por ser un elemento fundamental de relaciones sociales, de los alumnos y las familias entre ellas. Había también internados femeninos con funciones educativas diferentes. En Murcia se instalan entre otros los Franciscanos y los Maristas para chicos, y para chicas Jesús María y Carmelitas.
El instituto Saavedra Fajardo de Murcia abre sus puertas como centro femenino en 1939
En Murcia, el instituto Saavedra Fajardo abre sus puertas como centro femenino en 1939, propiciado por la Sección Femenina. En este instituto, además de las asignaturas que cursaban los chicos, también se impartían costura y confección, entre otros.
La Ley Villar Palasí de 1970 introdujo el principio de integración social a través de la escuela. Se pretendía dotar al país de un sistema educativo más en consonancia con las necesidades de los españoles. Por primera vez en España después de la Ley de Moyano se promulgaba una ley que regulaba todo el sistema educativo. Generalizó la educación general básica desde los 6 a los 14 años, y niños y niñas quedaron integrados en un sistema único, reconociendo la función docente y planificadora del Estado, preocupándose por la calidad de la enseñanza y su relación con el mundo laboral, y reconociendo la enseñanza privada en los niveles no universitarios. Se establece el Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) de los 14 a los 17 años, y se instaura la Formación Profesional.
