Por Santiago Delgado.
Nadie sabe de dónde viene el nombre de esta aldea: Nonihay. ¿Árabe? ¿Sincretismo castellano? ¿Rara pervivencia íbera con evolución de ruptura y analogía en el tiempo? Se encuentra en Aledo, en la llanura, en plena carretera que lleva a Lorca desde la atalaya aledense. Si pensamos con mentalidad castellana, nos encontramos con la doble negación, que refuerza dicha negación. Dicen en Aledo, pero yo supongo que es por analogía facilona, que significa aldea mínima, sitio donde no hay nada. ¿Quién sabe? Pero hacer palabra de frase no es usual. Santiamén fue frase antes que palabra: “Espíritu Santo, Amén”. Y habrá otras, seguro. Santander significa nada menos que “Eclessia Santi Emeteri”, bien sintetizadito; pero no son frases con verbo. Máxime cuando parece que, en este caso, el nombre rebosa aspecto despectivo. Y que, además, más bien parece puesto por foráneos. Nadie bautiza con desprecio al sitio donde vive. Aunque siempre hay excepciones. Así, existen en la Región unos Infiernos y unos Purgatorios, palabras nada halagüeñas. Así que, ya digo, podría ser.
Dicen en Aledo que significa aldea mínima, sitio donde no hay nada
Pero hay un pero. La forma “hay”, incluida en el topónimo, es algo compleja y no entra en el idioma hasta muy tarde. En el “Mío Cid” se dice “i ha”. Es decir, la tercera persona del verbo haber antecedida por el adverbio de lugar “i”, que viene de “ibi”, adverbio de lugar en latín. En francés se dice “Il y a”; pues bien, esa “y” francesa es la misma que la “i” española y que del “ibi” latino. Con el tiempo, un par de siglos, ya se dice en Castilla “hay”. La “i” al posponerse e integrarse en la forma verbal “ha”, ha perdido su rastro de adverbio de lugar, y ha pasado a ser señal de impersonalidad verbal. La frase “hay melones” no precisa sujeto. Eso es verbo impersonal.
Bueno, pero para que este “hay” se integre en la frase-topónimo deben pasar muchas cosas. Y muy difíciles de darse. Primero, integrar a la primera negación, la fundamental “no”; segundo, dar por supuesto el objeto directo de la frase: nada, acaso. Pero es únicamente la frase verbal negativa, sin término que negar. En Yecla se utiliza la negación: “ni aun”, y sólo allí. Se usa para negar con mucha insistencia y seguridad una negación. O sea, “ni aun” es frase adverbial. Pero “nonihay” es verbo en negativo. “Nonihay… ¿qué?” No tiene sentido. El idioma español necesita saber qué se niega. “Ni aun” es negación pura, que puede equivaler a una frase. Muchas veces contestamos con un simple “no” a quienes nos preguntan.
Concluyendo, es muy difícil que Nonihay tenga un origen castellano. A veces, descartar opciones es la mejor opción. Empero, si pasado el tiempo, me ilustran al respecto, juro que se lo cuento.
Me he encontrado casualmente con este topónimo y con tu artículo y me ha parecido muy curioso que, como valencianohablante de Alicante, sea exactamente igual a lo que aquí se responde cuando se pregunta, p.e., ¿hi ha algun poble a eixa zona? y un alicantino diría «nonihai», cuando normativamente sería «no n’hi ha». ¿Qué opinas de esto?