ESPECIE SIN PELIGRO DE EXTINCIÓN

CICUTA CON ALMIBAR. Por Ana María Tomás.

El tontoelagua es una especie que suele aparecer únicamente en los meses estivales y que se manifiesta principalmente en las playas. Es fácilmente diferenciable y altamente notable. Primero observa si la bandera que anuncia el estado de seguridad de la playa está roja, entonces agarra una colchoneta y entra en el agua como un Neptuno enfurecido dispuesto a demostrar que nadie es más tonto que él. Normalmente, los chicos que vigilan y cuidan de las posibles contingencias que les ocurren a los bañistas se vuelven locos tocando el pito y agitando sus manos indicándole que salga del agua, pero el tontoelagua llega al clímax poniendo en peligro, no sólo su vida, sino las de aquellos que tienen que lanzarse al agua para salvarlos. No importa que todos los años haya muertes a causa de las imprudencias de esta especie. Es algo superior a ellos…

the man beach

En otras ocasiones, disponen de una moto acuática y pasean, como locos, de un lado a otro de la playa acercándose peligrosamente hasta donde están los bañistas, pero ellos necesitan hacer ostentación del tercer huevo (las motos son como un tercer testículo para los hombres) y de lo bien que lo manejan, vamos, esto es un decir…

El tontoelagua suele juntarse con otros de su misma especie y juntos pasean por la playa en busca de chicas que estén tomando el sol con los pechos al aire

El tontoelgua suele pasarse el resto del año aletargado entre sofás y barra de bar, aumentando una tripa lo más similar a un buda feliz, pero al llegar el verano se dedica a agitar su mondongo corriendo por la orilla de la playa y acumulando tooooodas las papeletas posibles para lograr un infarto de la ogtia. Así, con el corazón a doscientos, rojo como una amapola, sudando como si saliese de un baño turco y sin resuello posible, despliega su poderío y sus carnes convencido de que con un par de carreritas y algo de sudor, esa barriga cervecera caerá como por arte de birlibirloque y volverá de sus vacaciones no sólo delgado, sino en plena forma.

El tontoelagua suele juntarse con otros de su misma especie y juntos pasean por la playa en busca de chicas que estén tomando el sol con los pechos al aire. Cuando encuentran a alguna, se arrean unos cuantos codazos el uno al otro, se miran, se sonríen y se paran sin pudor alguno frente a ella. Hacen cuantas tonterías podrían imaginar ustedes y aguantan hasta que la chica, totalmente incómoda, decide cubrirse, porque si lo que decide es meterse al agua para quitarse a los moscones…, craso error, ellos la siguen y continúan bañándose junto a ella, haciendo el tonto hasta extremos inconcebibles.

Otro comportamiento tipicalis del tontoelgua es creerse un Nadal consumado, así que agarra la palarraqueta y le imprime tal ímpetu a los golpes que estos son capaces de dejar ciego o estéril a quien tenga la desgracia de pasar en esos momentos por su lado, puesto que su puntería es tal, que más veces se dedica a recoger las pelotitas que a jugar, pero eso sí, cuando le da a la pelota… Dios nos pille confesados. Su desconsideración es directamente proporcional a la cantidad de personas que intenten vadearlos para entrar a bañarse.

Al tontoelagua le ocurre como a los mosquitos: es inherente al verano, así que, mis queridos lectores, ármense de paciencia, intenten evitarlos, en la medida que les sea posible, y consuélense pensando que, si tienen que soportarlos, es porque también ustedes pueden estar disfrutando de la playa. Ya saben… la ley de la compensación.

ana maria tomas
@anamto22

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