Covadonga, donde nació la nueva España

LUGARES CON HISTORIA. Por Leandro Madrid.

Por invasión de los musulmanes, en 711, y su conquista de Hispania, con la complicidad de ciertas “élites” godas, desapareció el Reino Visigodo unificado de la península Ibérica.

Pero no todos los habitantes aceptaron la nueva situación, muchos de ellos se refugiaron en las montañas del norte, en las sierras cantábricas y los Pirineos, desde donde se opusieron a la conquista de sus valles por los invasores.

Entre estos “refugiados” iban algunos miembros de la nobleza goda, entre ellos el Duque Pedro, que se estableció en Cantabria, y el noble Pelayo que lo hizo en los valles asturianos de la zona de los Picos de Europa: Covadonga.

Basísila de Santa María y el monumento a D. Pelayo (izquierda).

Covadonga, cueva de “La Señora”, la Santina, refiriéndose a la Virgen María, madre de Jesús, fue el lugar emblemático, en sus aspectos históricos, religiosos y culturales, donde tuvo lugar el primer fracaso de los invasores para poder ocupar todo el Reino invadido.

Las fuerzas invasoras, desconocedoras del terreno, se vieron sorprendidas por la resistencia de los nativos en los valles asturianos, sin comprender cómo les hacían frente, e incluso, cómo les atacaban en vez de rendirse.

Y fue en aquellos valles, próximos a Covadonga, donde Pelayo y sus poco más de 1.000 “guerreros” derrotaron un ejército musulmán de –cuentan las crónicas-, unos 20.000 musulmanes.

Desde las alturas del monte Auseva y encomendados a la Virgen María, con piedras, flechas y una oportuna tormenta, derrotaron a un ejército organizado, dejándolo reducido a una cuarta parte de sus efectivos.

Asturias quedó libre de enemigos, los valles no volvieron a ser invadidos, y Pelayo fue aclamado como rey, el primer rey de la Reconquista, con ayuda de la “Santina”.

Las crónicas sitúan este hecho en el verano del año 722, 11 años después de la invasión y de la derrota, y muerte del rey D. Rodrigo, en la batalla del río Guadalete.

D. Pelayo fue rey hasta 737, siendo sucedido por su hijo y, después, por su yerno, haciéndose hereditaria la corona, por lo que hubo en algunos casos protestas de los nobles, ya que querían ser ellos los que eligieran al rey.

‘El rey Don Pelayo en Covadonga’. Autor: Luis de Madrazo. 1855.

La primera corte estuvo en Cangas de Onís pasando, años después, a Oviedo.

¿Quién era Pelayo? Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre su genealogía, pero se acepta su procedencia goda, emparentado con patricios hispano-romanos. Al parecer, era bisnieto de Chindasvinto, e hijo del Duque Fabila, por lo que fue aceptado como “caudillo” en Asturias. Fue “espatario” en la corte toledana de D. Rodrigo.

Cuando la invasión musulmana, el obispo de Toledo lo mandó al monte con el Arca Santa y el Tesoro Real para ponerlos a salvo.

Después de Covadonga volvió a vencer a los árabes en Gijón, por lo que logró que abandonaran Asturias.

Convertido en rey, organizó el Aula Regia y se estableció en Cangas de Onís, donde quedó instalada la Corte. Y donde murió.

Alfonso X el Sabio mandó enterrar sus restos en la Cueva Santa de Covadonga, como asimismo los de Alfonso I el Católico.

Leandro Madrid S. Ldo. en Historia del Arte.

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