El viento de lebeche

Etimologías, por Santiago Delgado

Mapa de Atlas de Joan Martines

–Oiga usted, el lebeche no es un topónimo. No cabe en esta sección.

–Lebeche es un eoliónimo, caro lector.

–Hale, ya ha inventado un palabro.

–Es un derecho de escritor, inventar palabras, como Cela y Cervantes.

–¿Se cree como ellos?

–Inventar palabras no me parangona a esos dos eximios escritores, uno de ellos mejor persona que el otro. Como hacer un soneto no me iguala a Garcilaso, ni a Quevedo.

–Venga, no divague más y vaya al grano.

Viento en el Mar Menor. Foto: Felipe G.

–Lebeche es la palabra tataranieta de “libyce”, leyendo la “c” como “ch”. Significa viento a la manera del viento de Libia, o sea, del Sahara. El viento africano que viaja a Italia incide desde el suroeste en la costa que va de Génova hasta Nápoles y más abajo. Cuando alcanza el Adriático, se encañona en ese mar salchicha del Este de Italia, y se llama siroco. En la novela “La Muerte en Venecia”, es el principal personaje, aunque muchos no lo sepan.

–Pero en España no pasa eso, maestro.

–En Hispania, los romanos llamaron lebeche al viento que traía la misma dirección: suroeste. También Oeste puro. Y que también era cálido como el suyo itálico. En el Mar Menor, que es el mar de mis pecados marineros, es un viento terrible, que arroja en la costa interior de La Manga los barcos mal fondeados, y, a veces, hasta hace lo mismo con los bien fondeados. El lebeche los arrastra de costa a costa. Y, además, pone al Mar Menor con un color verde como esputo de enfermo, con perdón. Y olillas blancas como rizos de mala leche. El lebeche es como un viento enfadado que la toma con el mar; sobre todo con el Mar Menor. El lebeche, como las personas, descarga sobre terceros inocentes la rabia que le ha producido algún segundo próximo. 

–O sea que el lebeche hispano es caliente, como el lebeche romano, pero no viene de África, sino de todo Oeste peninsular. 

–Lo ha pillao, amigo. El lebeche sobrevuela los topónimos, y a veces viaja más bajo que las montañas. Los eoliónimos son primos hermanos de los topónimos, con pleno derecho a figurar aquí.

–Ok, jefe.

Santiago Delgado. @sanmadelmar

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