¿Y si Jaime I hubiera anexionado el Reino de Murcia a la Corona de Aragón?

Se cumplen 750 años de la conquista de Murcia por el rey aragonés Jaime I, que acudió  a aplacar las revueltas ante la incapacidad de su yerno, Alfonso X, de contener a los almohades. Pero, ¿cómo sería Murcia si la Historia hubiera tomado otro rumbo?

«Entrada de Jaime I el Conquistador en la Murcia mora»(1876), óleo sobre lienzo de Federico Mauricio Ramos. Museo de la Ciudad de Murcia.

Por Elena García

La ciudad de Murcia celebra este año el 750 aniversario de la constitución de su Concejo con un sinfín de actividades como conciertos, exposiciones, juegos infantiles o, incluso, cursos de cocina hispano-magrebí. Conmemoramos una efeméride de vital importancia para todos los murcianos: la conquista de la ciudad por Jaime I de Aragón, quién le devolvió el reino a su yerno Alfonso X, que fue posteriormente conocido como ‘El Sabio’. Murcia se incorporaba así definitivamente a la corona de Castilla y el 14 de febrero de ese mismo año Alfonso X le otorgó a la ciudad el llamado Fuero de Sevilla.

La corona castellana incorporaba así un reino de gran prosperidad, que había vivido una época de inmenso esplendor bajo el gobierno del célebre Rey Lobo, llegando a acuñar moneda propia que fue referente en Europa, que presumía de un desarrollado sistema hidráulico y con cerámicas que exportaba hasta Italia. Se trataba de una región sumamente atractiva para cualquier corona europea, pero, ¿qué hubiera ocurrido si Jaime I hubiera decido anexionar Murcia a la corona aragonesa en vez de entregársela a Alfonso X?

Antonio Vicente Frey, doctor en Arqueología y apasionado de la Historia, nos ayuda a desarrollar esta hipótesis. “Sin duda Murcia hubiera sido muy diferente”, asegura. Tomando como punto de referencia unos años (de 1296 a 1304) en los que gran parte del Reino de Murcia estuvo anexionado a la corona de Aragón, deduce que Murcia y Alicante tendrían un vínculo mucho más fuerte. “Podríamos haber formado parte del reino de Valencia como una extensión de su territorio”.

Monumento a Jaime I de Valencia

“Nuestra frontera con Castilla hubiera sido muy traumática, como lo fue toda la frontera desde los Pirineos a Alicante”, alerta. “En la Guerra de los 100 años, que en aquella época se consideraba una guerra mundial, Aragón y Castilla estaban en bandos opuestos”.
“Los aragoneses hubieran establecidos sus instituciones, su estructura política, más feudal, con un peso más fuerte de los nobles”, explica. En cuanto al idioma, este experto considera que habrían convivido ambas lenguas, el castellano y el valenciano, por lo que hubiéramos tenido una mayor riqueza de vocabulario y un acento más parecido al valenciano.

Es interesante el aspecto relacionado con la huerta, que según este doctor, “hubiera sido mucho más grande, más extensa”. “El territorio de Murcia y el de Orihuela sería una unidad, un conjunto, y la huerta tendría un paisaje diferente al actual, hubiera abarcado más espacio”. El vínculo entre ambas ciudades podría haber conseguido, según Frey, que se convirtieran en muy poderosas a nivel económico y mercantil. “Y, desde luego, el puerto importante no habría sido el de Cartagena sino el de Orihuela”, apunta.

«El territorio de Murcia y el de Orihuela serían una unidad, un conjunto, y la huerta tendría un paisaje diferente al actual»

No fue un simple gesto de bondad el que impulsó a Jaime I a devolver el reino murciano a su yerno. Numerosos pactos firmados desde el siglo XII definían el reparto de al-Ándalus y en casi todos ellos Murcia y su entorno quedaban en el lado Castellano. “Jaime I no podía obviar estos acuerdos porque ello hubiera tenido repercusiones presentes (desprestigio diplomático) y futuras (una guerra contra una Castilla mucho más poderosa). Así que como era un buen estratega lo que hizo fue sembrar para que en un futuro se dieran las condiciones más favorables para intentar apropiarse sino de todo el territorio murciano, sí de una sustanciosa parte. Y para ello dejó a numerosos repobladores catalanes, valencianos y aragoneses”, explica Frey. Posteriormente, y ya con Jaime II al frente de Aragón, se firmó el Tratado de Elche, que delimitó el dominio castellano y aragonés, “Aragón adquirió los territorios de Orihuela, Alicante y el valle del Vinalopó, que antes habían pertenecido a la Murcia castellana, por lo que se puede decir que la estrategia funcionó”, razona Frey.

Nuestra Historia podría haber discurrido por caminos muy diferentes pero, aunque imaginemos otros desenlaces, estos son los acontecimientos que nos hacen ser quienes somos y es importante recordarlos.

@ElenaMagdalenas