TORONTO. UNA DE LAS MEJORES CIUDADES DEL MUNDO PARA VIVIR

EL TROTAMUNDOS DEL CASINO. Por Eliseo Gómez Bleda. Fotografías de Antonia Gallego González.
Las sensaciones que sentí nada más pisar esta preciosa y moderna ciudad fueron de orden, atmósfera limpia y de una gran mezcla de culturas. Callejeando, muchas veces no sabía en qué país me encontraba, debido a la gran diversidad de personas. Es una ciudad joven: se fundó en el año 1793 con el nombre de York. Más del 50% de su población es inmigrante, se hablan más de 130 lenguas y conviven 200 etnias distintas.

Toronto es una de las ciudades más seguras y también encabeza la clasificación de las mejores del mundo para vivir. Es la más poblada de Canadá -aunque la capital del país es Ottawa- y está situada al lado del lago Ontario, lo que influye mucho en su clima. Os recomiendo que la visitéis al final de la primavera, en verano o a principios del otoño, ya que en invierno la media de temperaturas es de -7º.

Toronto City Hall.


Una ciudad cosmopolita, llena de paisajes maravillosos y con una arquitectura innovadora


Una curiosidad en la vida de esta ciudad es el llamado PATH: otra ciudad en el subsuelo. Se trata de una red de galerías subterráneas que comunican los principales lugares del centro de la ciudad, y están llenas de tiendas, restaurantes y accesos a edificios de oficinas. Está pensado para que en los duros meses de invierno la gente pueda hacer su vida, debajo de su otra ciudad. La extensión de los pasillos subterráneos es de unos 28 kilómetros.

La ciudad posee también otro record Guinness: tener la calle más larga del mundo, con 56 kilómetros.

Toronto está dividido en seis municipios:

Old Toronto: ocupa la parte central y es donde se ubica la ciudad antigua. También hay barrios residenciales con casas de lujo y los rascacielos más importantes, como el Scotia Plaza, Toronto-Dominion o el First Canadian Place.

York y East York: son barrios residenciales de clase obrera.

Etobicoke, Scarborough y Norh York: son barrios muy antiguos que conservan el urbanismo de antes de la I Guerra Mundial.

Torre CN.

Pero, sin duda, el emblema mundial de Toronto es su Torre CN. Es una de las torres de comunicaciones más altas del mundo y es un maravilloso mirador, para ver los 360º de la ciudad desde lo alto. Lo ideal es subir un poco antes del anochecer para ver también la ciudad de noche iluminada. Es posible ascender a dos alturas diferentes. Mi recomendación es que subáis a la más baja: es más barata y hay solo unos pocos metros de diferencia. Eso sí, para los más valientes hay otra opción: caminar por fuera de la valla de protección atado con unos arneses (los que tengan vértigo es mejor que se abstengan).

Una buena experiencia es comer en su restaurante panorámico y ahorrarnos los 30 dólares que vale subir. Pero si no os convence la idea os contaré un secreto que no saben los turistas: podéis ir al bar The One Eighty, que está en el piso 51 del nº55 de Bloor St. y disfrutaréis de unas vistas parecidas, pagando solo la copa.

Castillo Loma.

Continuamos nuestro recorrido por Toronto visitando la Casa Loma, una especie de castillo de la edad media situado en el centro de la ciudad. Fue construida a principios del siglo XX por un magnate local. La casa está llena de pasadizos secretos, torres, preciosos jardines y misterios ocultos. Al caer su dueño en bancarrota pasó a ser un bonito museo.

ST. Lawrence Market es una gran nave de ladrillo donde hay un mercado tradicional de comestibles. Allí encontraréis todo tipo de productos. En el piso inferior tiene una zona de comida preparada, con varios puestos, donde podremos comer a un precio medio.

El sitio más de moda es sin duda el Distillery District. A finales del siglo XIX era la zona donde estaban las destilerías y licorerías, pero a mediados del siglo XX desaparecieron, dejando abandonados muchos edificios de ladrillo. Hace unos años se renovó el distrito y ahora hay muchísimos restaurantes de moda y tiendas de diseño. Es un área muy agradable para pasear.

Credit River.

Un museo que no podemos dejar de visitar es el Royal Ontario Museum, uno de los más grandes de Norteamérica. Destacan sus galerías de arte, cultura, zoología y botánica. También es famoso por su leyenda fantasmal: cuentan que cuando cae la noche un antiguo director del museo, ya fallecido, recorre el edificio, sobre todo por las colecciones de Asia Oriental. Hay informes de voces, susurros y una atmosfera inquietante.

El otro gran museo es el Art Galery of Ontario, orientado al arte contemporáneo, donde podemos encontrar pinturas de Goya, Picasso, Rubens o Cezanne, entre otros. Solo por ver el edificio merece la pena un visita, ya que es uno de los más emblemáticos de la ciudad. Fue renovado en el año 2004 por el arquitecto Frank Gehry. Su fachada es de cristal y titanio.

Otro de los sitios más visitados de la ciudad es el famoso Acuario Ripley, con más de 13.000 especies marinas.
Toronto está bastante alejado del mar, pero a cambio está lindando con el lago Ontario y tiene varias islas que forman una especie de parque, comunicadas unas con otras por varios puentes. Es un buen sitio para tener otra visión de la ciudad y disfrutar en verano de un buen día de playa.

En nuestro viaje visitamos también el barrio de Chinatown, donde comimos en uno de sus maravillosos restaurantes asiáticos. Sus calles están llenas de tiendas curiosas.

Cerca de esta zona, en College St., está Kesington Market, que es la zona hippie de la ciudad. Alternativa y bohemia, encontramos tiendas de segunda mano, pequeños cafés y restaurantes. Ideal para pasear.

Al recorrer la ciudad se vislumbran un montón de carteles, tiendas y grandes rótulos, muchos de ellos con temas deportivos, a los que los habitantes de Toronto son muy aficionados. El deporte más popular es el hockey sobre hielo. El equipo de la ciudad es el Maple Leaf, que juega en la liga profesional americana NHL. Esta temporada han conseguido ganar con su equipo de baloncesto, el Toronto Raptors, (en el que es una figura destacada nuestro Marc Gasol), la competición americana de la NBA.

Toronto Eaton Centre.

Otro deporte importante para la ciudad es el béisbol, que también juega en la liga americana.

No podemos dejar de realizar una excursión a las Cataratas del Niágara, uno de los lugares más espectaculares del planeta. Son tres cataratas: la canadiense, la estadounidense y la catarata Velo de la Novia. Tienen una altura de unos 64 metros y casi 1000 metros de ancho, recogen toda el agua de los Grandes Lagos.

Cataratas del Niágara.

Muchas personas han intentado saltar por ellas, traspasarlas y cruzarlas. Muchos equilibristas también lo han intentado: unos en un barril, otros saltando por ellas, otros nadando… Muchos de ellos han muerto. El último en cruzarlas fue el ilusionista David Copperfield, al que tiraron al agua encadenado dentro de un sarcófago y volvió a aparecer en un helicóptero.

La distancia desde Toronto a las cataratas es de unos 128 kilómetros y se puede llegar en poco más de hora y media. Son espectaculares. Os recomiendo subir en el famoso barco Maid of The Mist, que se acerca hasta rozar las cascadas (por eso te dan el famoso impermeable amarillo).

Como curiosidad os contaré que en las cataratas hay un aerotransportador muy especial, llamado Spanish Aerocar, el más antiguo del mundo en funcionamiento, construido por una empresa española y diseñado por un ingeniero también español, Leonardo Torres Quevedo.

Toronto tiene varias similitudes con Nueva York y una de ellas es lo carísimos que son los hoteles. Algunos de los que me gustan son el Holiday Inn Toronto Centre y, sobre todo, el famoso y espectacular Fairmont Royal York, bastante caro, pero merece la pena, aunque solo sea para verlo.

Desde hace no mucho tiempo Air Canadá, vuela directo a Toronto desde Madrid, la duración del vuelo es de unas 8 horas.
Por si acaso tenéis hambre, pasamos al tema gastronómico. Como ya os dije, Toronto es una ciudad multiétnica y tiene infinidad de cocinas distintas: china, italiana, vietnamita, etc. Encontrar un auténtico restaurante canadiense no es fácil. Yo descubrí el Jerk Chicken Poutine, donde degusté el plato más típico: el poutine. Se trata de una especie de bomba calórica, compuesta de patatas fritas, queso poco curado (tipo cheddar) y salsa de carne, todo muy mezclado.

Indudablemente deben tomarlo cuando hace mucho frío. Me recuerda a un típico plato de mi tierra, el “atascaburras”, que se tomaba cuando nevaba.

Para comer, lo mejor es ir al mercado de St.Lawrence o al de Kensington, mucho ambiente y más barato.
Una cosa que me sorprendió fue que en la carta del restaurante no están incluidos los impuestos (13%), ni la obligatoria propina (de 15 a 20%). Es decir, hay que sumar a la cuenta casi el 30%.

Resumiendo, es una gran ciudad, con una naturaleza impresionante en los alrededores y que, junto con sus vecinas Ottawa y Montreal, conforman un viaje extraordinario, que estoy seguro que os encantará. ¡Buen viaje!

RECOMENDACIONES DE ELISEO
– Asistir a un partido de baloncesto de los Toronto Raptors, actuales campeones de la NBA.
– Subir a la Torre NC.
– Visitar las Cataratas del Niágara
– Pasear por el Kensington Market y ver sus curiosos cafés
– Tomar una cerveza legendaria en el famoso Mill Street Brewery Pub, en el Distillery District.


Eliseo Gómez Bleda.

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