Por Carmen García
LA SALA ALTA SE VESTIRÁ DE HISTORIA CON UNA EXPOSICIÓN SOBRE EL PATRIMONIO ‘OCULTO’ DEL REAL CASINO; JOYAS ESCONDIDAS QUE DESVELAN EL ORIGEN Y ESENCIA DE LA INSTITUCIÓN
Después de su fundación como sociedad en junio de 1847, el 10 de octubre de ese mismo año –así lo recogen las crónicas del Diario de Murcia– el Casino celebró su apertura de forma oficial. Para seguir conmemorando su 175 aniversario, y coincidiendo con esta efeméride, el 10 de octubre se inaugurará una exposición en la Sala Alta donde se mostrará el patrimonio ‘oculto’ del Real Casino: aquel que no se percibe a simple vista ni puede admirarse en las visitas turísticas habituales por permanecer conservado en despachos y otros espacios de acceso restringido.
Se trata de piezas que representan el patrimonio bibliográfico, documental, musical y humano de la entidad que son prueba de las inquietudes sociales y culturales de quienes dieron origen al Casino. El legado de estos primeros Socios demuestra que, siguiendo la tendencia ilustrada de la burguesía del momento, se encontraban ávidos de conocimiento y mostraban un gran interés por diversas disciplinas, con especial énfasis en las artes y la cultura.
Los objetos seleccionados quedan aunados bajo el título Patrimonio único, tiempos compartidos; una referencia al patrimonio que guardamos en común con los Socios de otras épocas, y al tiempo que compartimos con los Socios del presente.
Patrimonio bibliográfico
En la exposición se mostrará, por ejemplo, el libro más antiguo que se conserva en la Biblioteca Inglesa del Real Casino: un ejemplar de 1613 encuadernado en piel de Historia natural de los animales más recibidos en el uso de la medicina, título considerado como el primer ensayo de zoología terapéutica del que se tiene constancia.


El Casino también encuadernaba sus propios libros. Así lo demuestran unos tomos de Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós, donde se aprecia el escudo de la institución en su lomo. Unos volúmenes que nos hablan de las inquietudes culturales de la entidad.
La Biblioteca, además, cuenta en sus fondos con libros de escritoras murcianas, como Ángeles Vicente, nacida en el siglo XIX y representada en la exposición por su novela Zezé, editada en Madrid.

Entre los libros escogidos se encuentran ediciones exquisitas, como París, de Auguste Vitu; un ejemplar de grandes dimensiones ilustrado con más de 450 grabados y traducido por Emilia Pardo Bazán.
Otra de las joyas bibliográficas que se mostrarán es una primera edición –a ello apuntan su fecha y lugar de edición– de Aires Murcianos, de Vicente Medina, con prólogo de Azorín. Y todo ello como una pequeña selección del patrimonio conservado en la Biblioteca después de 175 años de historia.
Patrimonio musical
Otro tesoro oculto del Real Casino son las partituras musicales, con portadas realizadas por cartelistas de tanto renombre como Gil de Vicario. Es el caso de un ejemplar del Himno a Murcia, compuesto por Pedro Jara Carrillo (letra) y Emilio Ramírez (música), cuya partitura aparece firmada por los autores bajo una sencilla dedicatoria: “A la aristocrática Sociedad Casino de Murcia”.


Patrimonio documental
Entre otros escritos de relevancia, se mostrará el documento de compra de las primeras casas que dieron lugar a la sede primitiva del Real Casino de Murcia, así como algunos de los libros de actas que recogen los acuerdos adoptados por la Junta General del Casino a lo largo de su historia.


También se presentará un recopilatorio de hitos de la trayectoria del Real Casino que quedaron recogidos en la prensa de la época; una selección de efemérides representativas de la institución.
Y por supuesto, los visitantes podrán disfrutar del patrimonio de la historia más reciente de la entidad, como lo es la Medalla de Oro de la Región, concedida por la Comunidad Autónoma este mismo año.
Una exposición concebida y cuidadosamente preparada para que los visitantes puedan conocer estos tesoros del Real Casino, entre otros muchos que se pondrán a la vista del espectador; y para que los Socios redescubran su patrimonio en un tiempo donde, con su apoyo, hacen que la institución siga caminando hacia el futuro.