
VIAJES. Por el trotamundos del Casino, Eliseo G. Bleda.
Cuando visité Ottawa, después de haber recorrido otras ciudades cercanas de Canadá como Toronto o Montreal, mi primera sensación fue de paz y tranquilidad. La capital de Canadá es una ciudad moderna, limpia y verde, aunque en algunas temporadas sea blanca, por la abundancia de nieve en sus fríos inviernos.
Ottawa no es una ciudad grande. Tiene aproximadamente 1.100.000 habitantes. Contando los suburbios serían más de 2.000.000. La llaman “La ciudad de la nieve” y es una de las capitales más frías del mundo.
Fue nombrada capital de Canadá en el año 1867 por la Reina Victoria de Inglaterra ya que forma parte de los países de la Commonwealth. La eligieron por su situación geográfica, alejada de Estados Unidos, y por ser un territorio neutral de las comunidades de habla inglesa y francesa. Todos los servicios de la ciudad son bilingües.

Ottawa tiene un nivel educativo muy alto, con dos tercios de sus residentes con título universitario.
El nombre de Ottawa proviene de la palabra algonquina Odawa que significa “al comercio”, a los habitantes de Ottawa se les llama “otauéses”.
Como curiosidades del Canadá os diré que es el segundo país más extenso del mundo, después de Rusia. También es el que tiene más kilómetros de litoral, nada menos que 240.000 km. Sus costas están bañadas por tres mares diferentes: el océano Atlántico, el Pacifico y el Ártico.
Canadá tiene seis husos horarios. La ciudad de Ottawa tiene una diferencia con España de 5 horas menos. Su moneda es el dólar canadiense que equivale a 0,68 euros.
El Parlamento de Canadá es una de sus mejores construcciones y el emblema de la ciudad
El clima, como supondréis, es bastante duro y en invierno es casi imposible visitarla. La mejor época para viajar a Ottawa es de junio a septiembre, donde podemos hacer un montón de actividades al aire libre.
No tenemos vuelo directo desde Alicante, ni desde Madrid. La mejor forma de llegar a Ottawa es Madrid-Montreal (unas 7 horas) y después en tren o por carretera hasta Ottawa que son unas 2 horas de viaje. El precio del avión ida y vuelta son unos 1000 euros.
Después de todos estos datos, vamos a visitar la ciudad, llena de maravillosos museos: tiene 39 y de una preciosa y variada arquitectura.

El Parlamento de Canadá es, sin duda, una de sus mejores construcciones y es el emblema de la ciudad. Es posible visitarlo. Sus arcos y cornisas son de estilo neogótico y desde su torre principal podremos ver un panorama maravilloso.
La colina del Parlamento además de ser la sede del gobierno del Canadá es un centro cultural en el que se llevan a cabo actividades que a los europeos nos costaría comprender como, por ejemplo, que todos los miércoles del verano a mediodía se reúnan a los pies del Parlamento cientos de personas con su ropa de yoga y sus toallas, para hacer gimnasia.

También hay un espectáculo de luz y sonido por la noche, sobre los edificios del Parlamento, que dura unos 30 minutos que os recomiendo ver. En su explanada también podremos asistir al Cambio de la Guardia que se celebra todos los días a las 10 horas y que me gustó más que el de Londres.
Uno de sus museos más prestigiosos es la Galería Nacional de Canadá, que identificaremos rápidamente al ver una inmensa araña en su explanada al lado de un gran edificio de cristal. Tiene más de 40.000 obras de arte contemporáneo, sobre todo esculturas. Os gustará.


En el Museo Canadiense de la Aviación y el Espacio descubriremos cómo es la vida a bordo de una estación espacial internacional y viviremos esa sensación. También veremos un montón de naves militares y un simulador de vuelo real, con movimiento total.
Quizá una de las cosas que más me gustaron de Ottawa fue su Canal Rideau. Es el canal más largo de América del Norte con más de 200 km. y une al lago Ontario con Ottawa. Se construyó en 1832 y tiene 47 esclusas. En invierno es la pista de hielo más grande del mundo, mide casi 8 km. Y está siempre lleno de patinadores. En verano, cuando se derrite el hielo, veremos infinidad de canoas recorriendo el canal. En febrero hay un festival, el “Winterlude”, en el que los habitantes de Ottawa construyen en el canal grandes esculturas de hielo.
El Canal Rideau es el canal más largo de América del Norte y en invierno se convierte en la pista de hielo más grande del mundo
Con razón el deporte nacional es el hockey sobre hielo y también el “curling”, que es un juego que seguro habéis visto alguna vez por la tele. Se trata de, en una pista de hielo, lanzar unas piedras de granito, mientras otro va con una escoba delante limpiando la zona.
El Museo Canadiense de Historia es uno de los museos más antiguos del país y el más visitado de Canadá, con 1.200.000 visitantes. Aquí podemos ver la historia del país desde hace 20.000 años. Las vistas desde el museo de la colina del Parlamento y del rio Ottawa son preciosas.
Otra visita interesante es el Museo Canadiense de la Naturaleza, podemos estar todo un día viendo fósiles de dinosaurios. Tiene un montón de exposiciones de la vida en los océanos y lagos, todo el mundo natural. Quizás lo más espectacular es el esqueleto completo de una ballena azul, el animal más grande del mundo.
Y por último en lo que se refiere a museos, fuimos al Centro Nacional de las Artes, que es el recinto de presentaciones artísticas más grande de Canadá. Seiscientos espectáculos al año, ballet, grandes orquestas y teatro en sus cuatro grandes escenarios.
El barrio del mercado ByWard es el centro neurálgico de Ottawa. Lo que hace dos siglos era donde nos vendían sus frutas, ahora es el centro de las compras y del ocio. Casi 300 puestos se han instalado en el mercado y más de 500 negocios están a su alrededor. Aquí podremos comer, comprar ropa de moda o escuchar alguna banda de música, está muy cerca de la colina del Parlamento y de día o de noche hay siempre una gran actividad.
Nosotros aprovechamos la oportunidad y probamos algo que todos sus visitantes hacen -es una delicia y eso sí, engorda un poco- pero es lo más típico. Se trata de probar la “cola de castor”, también llamada BeaverTails. Es una masa frita con forma de cola de castor y parecida a nuestros churros, con ingredientes diversos. La básica es con azúcar y canela, pero hay muchas variedades: con crema de menta, sirope de frambuesa o crema de avellanas y banana.
Otras comidas típicas que tenemos que probar son el Poutine que lleva patatas fritas, untadas con salsa de carne y queso cheddar poco curado. Poutine significa “desorden”. Aunque el plato es sencillo, tiene sus secretos, por ejemplo, la salsa de carne tiene que estar muy caliente para fundir el queso y ablandar las patatas.

La cocina de Canadá es mitad inglesa y mitad francesa, igual que su lengua. Otro plato típico es la Tourtiere que es una especie de paté que lleva masa de pan y carne de venado.
Un plato que veremos comer a mucha gente es el moked meat sándwich, con carne ahumada marinada en seco durante diez días.
Canadá es el tercer país del mundo que más café consume y Ottawa está a la cabeza
El sirope de arce es uno de los productos más usados en Ontario, la región donde se encuentra Ottawa. Con él se aderezan los gofres, tortitas y crepes. Claro que, viendo la cantidad de calorías que tienen todas estas comidas, no me extraña que más del 50% de sus habitantes tenga sobrepeso.
No dejéis de tomar algún café, Canadá es el tercer país del mundo que más café consume y Ottawa está a la cabeza. Para saborear un buen café el mejor sitio es Le Moulin de Provence, donde lo tomaba Obama, además de unos buenísimos croissants.
A los canadienses les encanta la cerveza. En la ciudad hay cientos de fábricas que la producen, incluso hay tours específicos para visitar y degustar cerveza. Un buen sitio es el Chateu Lafayette, el bar más antiguo de Ottawa.
Los restaurantes típicos que me gustaron fueron Absinthe, Pelican Seafood Market y el Gezellig. La calle York Street está llena de restaurantes donde podremos escoger el tipo de comida que queremos. Por cierto, lo mínimo de propina que se deja es el 15%.

Los hoteles que me gustaron son el Ottawa Marriot Hotel, el At Hotel Ottawa y el maravilloso Fairmont Chateau Laurier, un castillo gigantesco que tenemos que visitar aunque no durmamos en él. Es de diseño francés y de gran lujo, todas las personalidades que visitan la ciudad se alojan aquí. Como curiosidad, el hotel conserva el escritorio que utilizaba Albert Einstein cuando dormía allí. De todas formas, si dormís en este hotel, tened cuidado, porque dicen que hay fenómenos paranormales y dos fantasmas, uno de ellos es el dueño del hotel, que unos días antes de su inauguración, en abril de 1912, murió ahogado en el naufragio del Titanic.
Ya que hablamos de fantasmas, debéis apuntaros a unas “caminatas embrujadas”, donde os enseñan los edificios hechizados de la ciudad y sus historias de fantasmas.
Ya que estamos tan lejos de casa, debemos aprovechar y hacer unas excursiones a sitios más o menos cercanos, como son las ciudades de Montreal o Kingston, donde comienzan las Mil Islas y, sobre todo, las Cataratas del Niágara.
Otro sitio de visita obligada es su imponente Catedral de Notre Dame, con su atípica belleza grisácea.
El Commissioners Park es uno de los más grandes jardines del mundo de tulipanes y si viajáis en mayo, lo encontraréis lleno de color.

También os recomiendo los parques Gatineau y Jaques Cartier, en este último se celebró en el 2017 la más grande exhibición de arte botánico del mundo y se sigue haciendo todos los años. Es un espectáculo floral que merece la pena ver. Si vais en invierno y tenéis suerte, podréis ver un fenómeno maravilloso y único: las auroras boreales.
Ottawa es una ciudad poco explorada, llena de historia, cultura y belleza. Estoy seguro de que os encantará.
RECOMENDACIONES DE ELISEO
- Pasear en barco por el Canal de Rideau.
- Tomar un café en Le Moulin de Provence.
- Ir a las Cataratas del Niágara
- Apuntarse a unas “Caminatas Embrujadas”
- Degustar una buena cerveza en el Bar Chateau Lafayette

Muy buena información, da gusto pensar en este viaje que tiene tanto que recorrer y disfrutar.
Muchas gracias.
Tendremos q hacer este viaje,tan maravilloso.
Gracias Elíseo..