EL TROTAMUNDOS DEL CASINO. Por Eliseo Gómez Bleda.
Berlín, Estrasburgo, Viena, Praga, Colmar y Londres son ciudades perfectas donde vivir la magia de la Navidad
Hay épocas del año en las que algunas ciudades tienen una magia especial. Es el caso de Berlín, Estrasburgo, Viena, Praga, Colmar y Londres. A menudo me consultan cual es la mejor época para visitarlas y siempre sorprendo cuando les digo que en la última quincena de noviembre y la primera de diciembre vivirán una experiencia inolvidable: son ciudades perfectas donde vivir la Navidad.
En la época de Adviento, que va desde finales de noviembre hasta el día de Navidad, muchas ciudades, sobre todo en centroeuropa, se engalanan para festejar esos días de forma especial. Lo viven con mucha intensidad y todo el mundo se dedica a decorar sus casas, las tiendas, los edificios, etc.
Mis primeras experiencias con los mercadillos de Navidad y la maravillosa decoración de la ciudad fue en Londres, que es uno de mis sitios preferidos. Todos mis amigos fiándose de mi consejo visitaron la ciudad en Navidad y vinieron encantados.
Vivir esa experiencia merece la pena de verdad, nevando, bien abrigado, paseando por Regent Street (una de mis calles preferidas), viendo su maravillosa iluminación, sus adornadas tiendas, los preciosos árboles de Navidad y escuchando a una pequeña banda de música, el famoso “Ejército de Salvación”. Es algo inolvidable.
Todas las tiendas, desde principios de noviembre, están perfectamente decoradas. Por su ambiente mezcla de Navidad y de rancio tipismo inglés me encanta Liberty, con el ruido que hacen sus maderas del suelo cuando entramos, su olor de siempre y sus serviciales empleados. Otra visita obligada son los almacenes Harrods, donde aparte de comprar el típico pudin de Navidad, seguro que aun podremos firmar en el libro de condolencias que existe por la muerte de Lady Diana.
En la calle Piccadilly Street hay un mercadillo en el patio de la Iglesia de Street James, que es pequeño pero muy agradable. También os aconsejo visitar los varios pasajes que existen en esta calle, que están perfectamente decorados, como por ejemplo Burlington Árcade, y también entrar en la tienda “Fortnum and Mason”, una tienda de comestibles que es la encargada de suministrar a la Casa Real y sus dependientes van vestidos con chaqué.
No dejar de ir al Covent Garden, con su preciosa decoración y su ambiente navideño. Tomar un vino blanco y escuchar alguna de las actuaciones musicales a primera hora de la tarde es una delicia. El principal mercado navideño está en Hyde Park, en el Winter Wonderland, con sus chalecitos de madera estilo alemán, el mercado de Navidad de los Ángeles (Angel´s Chistmas Market).
Después de esta experiencia, decidí viajar a otras ciudades que también viven mucho la Navidad y os voy a contar algunas de las que más me gustaron, aunque todas ellas merecen la pena.
La Alsacia es otro de los tesoros que no podemos dejar de visitar para vivir una Navidad auténtica. Tengo una pasión especial por esta zona. Colmar, Turckhein, Riquewihr, Ribeauville y la elegante Estrasburgo: son las ciudades más bonitas.
Os recomiendo que si vais a la Alsacia, el hotel este ubicado en la ciudad de Colmar, pues desde allí os podréis mover por los pueblecitos cercanos y también por Estrasburgo y Friburgo (Alemania).
Siempre he pensado que mi ciudad ideal para vivir serí a Colmar: no es muy grande, es una preciosidad, tiene cerca la Selva Negra y muchas ciudades ideales, y la atraviesan varios canales. Os aconsejo que visitéis una zona llamada la “la Pequeña Venecia”. También es la “Capital de los vinos de la Alsacia”.
Ya en cualquier época del año es un maravilloso viaje y os encantarán sus casitas sacadas de un cuento de hadas, pero si además le sumamos la época de Navidad, con sus mercadillos, sus luces y su ambiente, el resultado es espectacular.
Disfrutaremos muchísmo paseando por sus mercadillos y entrando en calor con un vaso de vino caliente especiado llamado Glühwein, que es la bebida típica de esa época del año. Se compone de vino tinto, anís, canela, nuez moscada, cardamomo y la corteza de limón y de naranja, para que no se nos suba el vino, lo podemos acompañar con una “Bratwurst”, típica salchicha alemana.
Estrasburgo, tiene en su casco histórico el mercado más antiguo de Francia. Data de 1570 y está situado en once plazas distintas. Es ideal visitarlo al final de la tarde, cuando la ciudad enciende sus luces. Todas las fachadas de los edificios están perfectamente decoradas, los olores de especias llenan el aire y en las iglesias cercanas suenan villancicos.
El mercado está lleno de productos tradicionales como pasteles, vino caliente, decoraciones para el árbol y el belén, cerámica, juguetes hechos a mano y el delicioso “Bredle” que es un dulce típico para el Adviento. También preparan “Strudel“, que es un hojaldre de manzana, y el “Kougelhof” , una especie de brioche exquisito.
Berlín tiene más de 50 mercados de Navidad y es quizá la ciudad europea que más eventos organiza en esta época. La oferta de actividades culturales, musicales y de todo tipo es muy amplia.
Mi preferido es el de Gendarmenmarkt, el mercado más tradicional y bello de Berlín. Tiene artesanía de Navidad y muchas delicias culinarias. Nos encontraremos con malabaristas, acróbatas y, sobre todo, coros de góspel y música de jazz.
También debemos visitar el de Alexanderplatz, con un montón de casitas de madera y el paisaje invernal en la Postdamer Platz.
El Wiener Adventzauer, la magia del Adviento de Viena, es uno de los mercados más bonitos de Europa y esta situado en la plaza del Ayuntamiento. Cuando lo visitemos experimentaremos realmente la atmosfera navideña. El ambiente huele a pan de jengibre, almendras, miel y a galletas al horno recién hechas entre un mar de luces. También veremos el famoso Árbol de Corazones, teatro de títeres y los gnomos en su pequeña casa. Otra visita en Viena es precioso el “Pueblo de Navidad” de Maria-Theresien-Platz.
Praga es ya en sí una ciudad de cuento, pero si la visitamos en Navidad caeremos rendidos a su belleza. Los dos mercados más importantes están en la Plaza de la Ciudad Vieja y en la Plaza de Wenceslao. Tiene otros dos más pequeños, el de Vinohrady y el de la Plaza de la Republica, y los cuatro están muy cerca unos de otros.
En ellos encontraremos artesanía checa, artículos de vidrio, joyería, juguetes de madera, y sobre todo debemos probar el “agua miel de oro” (Medovina en checo) y sus tradicionales dulces como el bollo trenzado ( vanocka), los bizcochitos de vainilla y las galletas de nueces.
El mercadillo más bonito sin duda es el de la Ciudad Vieja, donde hay un enorme árbol de Navidad y un pesebre representando el Nacimiento, todos ellos amenizados por bandas de música de Navidad.
Os puedo asegurar que todo el mundo viene encantado con este viaje, es una preciosidad y también se presta mucho a ir con niños.
Espero que lo realicéis y os guste tanto como a mí.
LAS RECOMENDACIONES DE ELISEO
Hoteles:
Londres: Meliá White House
Colmar: Maison des Tetes
Estrasburgo: Gutenberg
Berlín: Meliá Berlín
Viena: Mercure Josefshof Wien
Praga: Golden Star
Restaurantes:
Londres: Ibérica Marylebone y Lobos (los dos españoles)
Colmar: Koifhus y L´auberge
Estrasburgo: La Vignette y Winstub S´Kaechele
Berlín: Focaccino y Dicke Wirtin
Viena: Skopk & Lohn y Loca
Praga: La Rotonde