Entrevista Isabel Sanchez-Mora, consejera de Educación y universidades
Por Concha Alcántara / Fotografías: Elena García
Quería estudiar Ciencias Políticas en Madrid pero a sus padres no les pareció buena idea que se marchara tan lejos de casa. Así que Isabel Sánchez-Mora se decantó por Filosofía y Letras y se doctoró en Sociología en la Universidad de Murcia. No se imaginó entonces que la política llamaría a su puerta 35 años después sin haber militado en ningún partido y con un cargo que le va como anillo al dedo: el de consejera de Educación y Universidades. Experiencia no le falta. Investigadora y profesora universitaria durante dos décadas, fue vicerrectora de Estudiantes y Empleo durante el rectorado de José Antonio Cobacho, subdirectora y directora de la Escuela Universitaria de Graduados Sociales de 1994 a 2004 y desde esa fecha hasta abril de 2006 ostentó el cargo de decana de la Facultad de Ciencias del Trabajo, todo en la UMU.
“Es un honor importante poder servir a la Región de Murcia en un cargo como este y le agradezco al presiente su confianza”, subraya. Asegura, y se percibe, que no acusa el estrés del cargo a pesar de que este año ha sido de los más intensos que recuerda. Destaca el trabajo de su equipo en la Consejería, “con una humanidad tremenda y voluntad de servicio”, y el de sus compañeros en el Consejo de Gobierno.
Tiene un triple sueño para esta legislatura: modernizar la Formación Profesional, implantar el bilingüismo en todas las escuelas y que los niños con necesidades especiales esté bien atendidos. Su optimismo natural le puede ayudar en la tarea. “Me gusta ser positiva siempre, incluso en temas graves. Creo que es una buena forma de afrontar la vida.”
¿Cuál es el balance que hace de este año al frente de la consejería?
Ha sido un año complicado. Las circunstancias políticas son complejas. La situación económica no es todo lo buena que podría y hemos tenido que trabajar con circunstancias difíciles como dos elecciones. A pesar de ello creo que ha sido positivo.
¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta en esta legislatura?
En el aspecto universitario hemos hecho un plan de financiación plurianual a cinco años lo que ha dado una cierta estabilidad. En cuanto a la no universitaria uno de los retos importantes es implantar el bilingüismo en toda la Región para 2019 y mejorar en atención a la diversidad. Otro reto importantísimo es la actualización y modernización de la Formación Profesional.
La FP parece relegada siempre a un tercer plano…
Queremos que esté al nivel europeo e internacionalizarla. Ya tenemos convenios con Alemania y queremos extenderlos a Inglaterra y Bélgica. Queremos que el mapa de la FP esté bien distribuido por toda la Región de forma que haya una variedad importante por comarcas. Y seguir apostando por la calidad educativa.
¿Algún día tendremos en este país una ley de educación pactada que dure 10 o 15 años?
El objetivo que tiene el presidente –Pedro Antonio Sánchez- es un pacto por la educación con toda la comunidad educativa: profesores, AMPAS y representes de los estudiantes. La idea es que dure años y que se deje de politizar es ese sentido. El reto es llegar a un consenso que haga que dure.
Parece muy complicado, visto lo visto.
Pues ha existido en otros momentos y se da en muchos países. ¿Por qué no aquí?
La LOMCE ha sido muy criticada por la comunidad educativa. Esa ley no tiene tanta diferencia con otras. Probablemente todo el mundo está en contra porque la ha hecho el Partido Popular. La LOE ha colocado al sistema educativo español a la cola de Europa y eso está mejorando ahora.
¿Qué siente cuando oye que muchos estudiantes han abandonado la universidad pública por no poder pagar las tasas?
Es que creo que no han sido tantos. La cuantía general de las becas ha aumentado. Las Comunidades también tienen unas convocatorias de ayudas especiales. De hecho, no hay límites en la cuantía de cada año. Se dan tantas becas como personas reúnen los requisitos. Por cuestiones económicas no se queda nadie sin estudiar.
¿Y el tema de la nota?
Se pedía un 5,5 para la primera beca.
Y si suspendías la perdías…
Si está justificado, no. Hay un comité en cada universidad, la Comisión General de Becas. Quien lo puede justificar no pierde la beca.
¿No es complicado?
No, no es complicado. Yo he formado parte de esa comisión. Excepto casos que de manera flagrante se ha visto que era un fraude, se ha dado la beca.
En la universidad española hay 1.450.036 alumnos. ¿Es demasiado para un país?
Hay un problema importante en este país y es que parece que todo el mundo tiene que ir a la fuerza a la universidad. Y hay gente que igual prefiere la FP, que es lo que queremos prestigiar nosotros. De esa manera podemos satisfacer necesidades del sistema laboral.
Antes si uno estudiaba en la universidad sabía que le iría bien en la vida. Ahora ya no. ¿Vamos para atrás?
No, no hemos retrocedido, hemos evolucionado. En la sociedad actual hay muchos más titulados universitarios y eso dificulta que haya trabajo adecuado para todos. También es erróneo pensar que una persona que hace una carrera solo tiene una o dos salidas. Se pueden tener muchas. Eso se ve muy bien en otros países. La gente tiene que ver que un titulado universitario es muy polivalente.
Usted señalaba hace un año que la escuela pública debería ser la envidia. Muchos padres se quejan de aulas masificadas, recortes en becas, falta de apoyo escolar…
No lo recuerdo pero sí digo que la escuela pública debe ser de buena calidad, pero igual que la concertada. Yo soy una defensora de la enseñanza pública pero creo que los padres pueden elegir libremente donde quieren llevar a sus hijos. En esa línea es en la que yo defiendo una enseñanza pública de calidad.
¿Cómo ve la situación actual?
La crisis ha azotado a todo el mundo. En la concertada también han hecho muchos esfuerzos. El 50% de la concertada son cooperativas. Esas personas ponen sus propios recursos. Un alumno de la enseñanza concertada le cuesta a la admiración casi la mitad que la escuela pública.
Quizás es porque los salarios de los profesores en la privada son menores, que es una partida importante.
Eso no lo sé, pero ellos ponen muchos recursos. Yo ahora tengo una perspectiva mucho más completa y tengo que decir que el 25% de los alumnos está en la concertada. La escuela pública es de calidad y se mima mucho todo: los profesores, los ratios, el material para los alumnos. Pero tenemos casi 1.000 centros y algunos muy antiguos y hay que acometer obras importantes.
Sigue sin solucionarse el tema de las prácticas en hospitales públicos de la UCAM. ¿Usted cree que es una petición legítima?
El tema de las prácticas de medicina la lleva la consejera de Sanidad y están inmersos en negociaciones. Mi opinión es que las Universidades públicas tienen prioridad, tal y como se está haciendo, pero si después quedan plazas vacantes se podría hacer.
Usted es socióloga de profesión. La situación actual, con paro, pobreza, sueldos bajos, jóvenes que emigran, ¿diría que es regresiva?
Regresiva no. Es cierto que hemos tenidos unos años con un retroceso económico importante que ha hecho que mucha gente que tenía una capacidad económica normal haya retrocedido por la destrucción de empleo. Pero creo que en la actualidad vamos hacia delante.
¿Y la emigración de los jóvenes?
Se han ido de determinadas titulaciones, como arquitectura, muy ligada a la construcción. Pero mucha gente ya está volviendo.
Es usted optimista…
Sí, pero tampoco es malo que la gente se vaya al extranjero un tiempo.
El problema es que sea por obligación porque no encuentren trabajo aquí…
Hay de todo. Se formarán y volverán.
¿Hay algo que le es lo que más le preocupa cómo socióloga de la situación actual?
Me preocupa que haya una determinada capa de la sociedad que por haber caído en la pobreza durante la crisis no pueda salir. Son los que han pagado la peor parte. Creo que será minoritario pero me preocupa.
Hágame una radiografía de hacia dónde vamos como sociedad.
Vamos a una sociedad muy distinta a la anterior a la crisis donde todo el mundo debe tener muy claro que nada es estable como era antes. Tener un trabajo para toda la vida, o vivir siempre en el mismo sitio, será difícil pero tampoco es algo malo. En otros países cambien mucho de trabajo pero no debe ser malo. Es una sociedad distinta pero no peor.