Por Consuelo Mengual.
Muchos han sido los escritores destacados del actual panorama literario nacional que han visitado el Real Casino de Murcia para participar en la atractiva e interesante I Semana Internacional de las Letras de la Región de Murcia, junto con escritores y teóricos de la literatura de la tierra. Durante las ruedas de prensa celebradas en El Congresillo hemos podido intercalar con ellos palabras y pensamientos literarios que acompasan sus obras con uno de los pilares narrativos de Occidente: “La Odisea”, de Homero.
Comenta Terry Eagleton, profesor de Literatura Inglesa, que “para que un texto resulte inteligible muchas cosas tienen que estar en su sitio. Una de ellas son las obras literarias previas. Toda obra literaria remite a otras obras aunque sea de forma inconsciente”. Pero, al mismo tiempo, la obra de cada autor es nueva pues inaugura un mundo de ficción que no existía. Mediante este modo reflexivo de mirar la literatura, así nos respondían Javier Moro, Cristina López Barrios, Manuel Vilas y Sergio del Molino.
Ulises utilizó su astucia para sobreponerse a las adversidades. ¿Dónde se encuentra el ingenio literario?
Manuel Vilas: “Soy de formación griega, fue mi libro de joven, lo traducía” (comenzando de forma simpática a hablar en griego rememorando las hazañas del héroe).
Cristina López Barrio: “Es un arquetipo universal, el retorno de Ulises a casa contiene todos los temas. Como menciona el libro La semilla inmortal, de Jordi Balló y Xavier Pérez, todos tenemos influencia de otros escritores que son el germen”.
¿En qué medida coexiste en el autor el conocimiento interior y la visión idealista con la que se narra la historia?
Javier Moro: “Te das cuenta al final, si las piezas encajan bien. Necesito tener una puerta de salida y otra de llegada, y entre tanto, hacer el camino”.
Nos recordaban Sergio del Molino y Manuel Vilas que Faulkner encontraba su imaginario literario escribiendo de píe.
Sergio del Molino: “La literatura es el intento de comprensión del mundo pero sabiendo de antemano el fracaso. Aun así, hay que intentarlo, lanzar miradas, pruebas, búsquedas. Es un paseo por un lugar muy cartografiado. Lo hermoso es hacerlo desde la búsqueda del sentido aunque no lo encontremos”.
La guerra en Troya y las aventuras de Ulises durante su regreso a Ítaca no eran conocidas por su mujer. Penélope recibe a un Ulises diferente, impregnado de unas experiencias que ella no ha vivido. Se asemejaría a la idea del disfraz literario. ¿Las narraciones saben cosas que el lector no conoce ni llegará nunca a conocer?
Manuel Vilas: “La literatura es regulación independiente y expresión de la vida. La vida es más grande que la ficción. Yo, en todo caso, me quedo con nuestro Cervantes”.
Cristina López Barrio: “Es el viaje del héroe, crece, se transforma”.
Como ellos afirman, “los escritores somos los más grandes vitalistas porque la vida nos enamora pero nos vence”.
Sergio del Molino: “La literatura es el intento de comprensión del mundo pero sabiendo de antemano el fracaso”
Las participaciones de los autores en las distintas sedes donde se ha celebrado este evento han servido para destacar la vida que hay en la literatura como el viaje de ida y vuelta de Ulises. En esa misma línea, Lorenzo Silva nos hablaba durante su charla con el profesor Jose María Pozuelo Yvancos, en el patio de Las Claras, de la idea de la necesidad: “Ahora soy más selectivo, cuento historias que sean necesarias tratando de mantener viva la pasión y la humildad. Le pido al lector que se detenga en la importancia del episodio para que él construya su interpretación. No le pido mi verdad”. De esta manera se consigue restituir la verdad del “yo narrativo” que al mismo tiempo deja sonar todas las voces. El novelista, recordaba Silva, “levanta acta de lo que está sucediendo. Creo que no se puede intervenir en la transformación de la sociedad pero me he dado cuenta de que tenemos una proyección indirecta de la que somos responsables porque una buena historia, bien contada, con un buen lector, a través de la conciencia, produce su influencia”.
Lucía Ramis conversaba con el escritor Paco López Mengual, en el mismo escenario, hablando de los silencios familiares, esos secretos que están ahí, como la corrupción, y que quedan sin voz. Utilizando el destacado género actual de la autoficción, su obra cuenta los episodios callados ocurridos en su propia familia que “hacen que el lector se sienta identificado en ciertos temas de los que se habla poco”. Ella juega con el límite de “hasta donde queremos saber” porque “la verdad es fea”, algo que nos acerca al valor de la fidelidad de Penélope, una vida de larga espera confiada.
Manuel Moyano dialogaba con Sergio del Molino en el Museo Arqueológico y este recurría a la obra clásica: “No hay nada que no hubiera hecho ya Homero, pero lo utilizamos, lo llevamos a nuestro tiempo, buscamos la verdad con materiales eternos”.
Ray Loriga reconocía a Leonardo Cano su pasión por las lecturas clásicas y cómo se siente siempre aprendiz de la literatura. Curiosamente, habló del sentido de la patria como “los recuerdos que van formando nuestra experiencia, ese árbol, el mar, el abuelo, una canción,…”, lo que nos guía el camino de regreso al hogar de Ulises.
La escritora y psicoanalista Lola López-Mondéjar consiguió hábilmente que Manuel Vilas, autor de “Ordesa”, novela destacada del año, nos hablara de su sentimiento de reparación personal a través de la escritura, haciendo posible el enamoramiento de su pasado. “Escribir era una catarsis, todo se ordenaba. No tenía relatos familiares, no había memoria familiar. Mis padres me dejaron un enigma que ahora es mi literatura”.
La poesía no podía faltar y fueron varios los poetas que recitaron sus poemas en el Hemiciclo de la Facultad de Letras tras las tres sugerentes intervenciones de María Teresa Cervantes, Pedro Guerrero y Pedro Alberto Cruz, coordinadas estupendamente por la profesora Charo Guarino. Tras un exhaustivo análisis y coloquio acerca del momento actual de una poesía escrita por una generación de jóvenes y dirigida a adolescentes, que utiliza una lengua muy cotidiana poniendo en duda el valor de la excelencia poética, cuestión muy bien planteada por Cruz, se valoró la necesidad de una vida interior para ser después traslada emocionalmente al lenguaje poético. “Tiene que haber pensamiento, filosofía dentro del poema, transmitir un mensaje”, recordaba Maria Teresa Cervantes, animando a ser lectores y “educar la sensibilidad literaria”, apuntaba Vicente Cervera.
En la Filmoteca Regional, Juan Manuel de Prada concebía “la literatura como una gran colmena donde conviven los grandes maestros, con los artesanos y los zánganos”, enfatizando la idea de que “en el cine me interesa la creación de otra realidad, no debe emular la realidad”.
Y Javier Cercas, que recibió un extraordinario premio por toda su trayectoria literaria, reconoció en el Real Casino de Murcia que era el primer premio que le otorgaban en España y estaba muy contento pues “las verdades de los novelistas no son taxativas, sino poliédricas, como la figura de Don Quijote (que lo mismo es héroe que ridículo)”, y ello pesa en un escritor como él, que escribe sobre temas centrales de la historia de nuestro país. El profesor José María Pozuelo Yvancos, gran estudioso de toda su obra, y el escritor Miguel Ángel Hernández, analizaron la figura del héroe que está en sus novelas como el hombre que decide resistir, enlazando con “La Iliada”, de Homero, en los momentos disyuntivos que representan la capacidad de decidir o no su destino (Aquiles decide morir, elige la gloria). “Se nos olvida que la literatura convierte lo particular en universal. No importa el lugar donde transcurra”, nos recordaba Cercas.
Murcia ha sido el escenario del imaginario literario de todos los escritores que nos visitaron y de todos aquellos de nuestra tierra que compartieron con ellos emocionales momentos de vida literaria que el público pudo disfrutar. Murcia es Literatura.