Por Francisco Javier Costa López, presidente de la Asociación de Poetas y Escritores del Real Casino de Murcia.
Vivir es complejo, incluso si la vida se alía con la felicidad. En una época de acerbo devenir, que evidencia nuestro acervo personal, las pretenciosas redes sociales, todo lo banalizan, incluso el amor. El clásico, sutil y bello «te quiero», seguido del ardoroso contacto de unos labios, ha sido sustituido por un icono, que crea un sucedáneo falto de apasionados ojos y sin labios que besar.
Claro ejemplo del modo de vida actual. Necesitamos un revulsivo espiritual.
En noviembre de 2016, como era habitual y es referente en la actualidad, la Asociación de Poetas y Escritores del Real Casino de Murcia, ofreció a simpatizantes y amigos el acto de apertura del correspondiente curso literario. En aquel momento, nuestro personaje invitado fue Francisco Sánchez Bautista, poeta de la huerta, de los regios campos que circundan la Región y de la Arcadia perdida que fue la Huerta murciana. Esta devoción terrenal a la tierra madre, no colmó su caudal amoroso, siendo este, el amor mucho más profundo y apasionado que profesó a Teresa, su esposa:
Esta que veis aquí, esta es Teresa,
la única mujer que amé en mi vida.
(Extraído de: CODA. Ante una fotografía de Teresa. De su libro Rondó Caprichoso. 2017)
Sánchez Bautista creó durante su vida una extensa, brillante y galardonada obra literaria, que nos sitúa frente a la vida que nos rodea, en los serpenteantes caminos entre áridos montículos, en el reflexivo momento cuando el amor terruño nos impulsa con vehemencia: ¡esta es mi Murcia amada!
Más el hombre literato, de impecable factura, solo fue superado por el hombre carnal, el espiritual y místico, el fiel amante de Teresa. De igual forma que el fruto llega a ser árbol completo, la fusión literaria y carnal, conforman el fruto de un hombre que conquistó con su dualidad, regla fija en este caso. La bondad, magia polifacética y el amor que busca la belleza personal y estética, son la sostenibilidad primigenia de un personaje nacido para el arte poético, el arte de la vida, por decisión propia, tal como expresó repetidas veces: «Soy un poeta solitario, que he ido siempre por libre y así continúo. Voy como un pájaro fuera de la bandada».
En aquel acto, Francisco Sánchez Bautista fue nombrado Socio de Honor de nuestra Institución, ahora, después de su muerte, forma parte de la Gran Lista de los Mitos. D.E.P.