FIN es un comienzo

Luis Pérez Espinosa transforma la Sala Alta de la institución para mostrar sus coloristas creaciones pictóricas.

Por Concha Alcántara / Fotografías: Elena García.

resized_DSC_0853Lo explica muy claramente Luis Pérez Espinosa en el inesperado jardín que ha creado para enmarcar su obra en la Sala Alta del Real Casino de Murcia. Sentado en uno de los bancos de madera, salpicada de parterres de flores la estancia, y después de ofrecer un helado de chocolate a los visitantes, se sume en una intensa conversación sobre pintura y vida salpicada de frases lapidarias y llenas de sentido.

“FIN es la palabra más cercana a principio. No es el-fin, es fin, con lo que la cosa cambia un poco”, asegura. “¿Cuántas veces decimos fin de la pena, fin del problema, fin de esa relación traidora…? A eso me refiero, que hemos terminado y podemos empezar otra vez a construir”. La explicación viene a colación del nombre que le ha puesto a su última exposición, ‘FIN’, la tercera que acoge esta institución y que está compuesta por ocho obras protagonizadas por el color que el pintor ha creado en un momento personal que define como “una ensaladilla rusa muy interesante”. “Es el deseo fuerte de acabar con una serie de cosas de la vida diaria que pesan. Estamos viviendo problemas de plásticos que nos roban la paz. Hay que hacer cuadros que sean luchas contra el dolor. Color, color y color para evitar que nos dañe el negro de la vida”.

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Una mirada alrededor lo confirma. Sus obras, de gran tamaño, son una explosión de color, de trazos gruesos e intensos cargados de referencias a los impresionistas como Van Gogh o Renoir, aunque él se encargue de remarcar que su estilo es el emocionismo, en el que emplea una técnica cercana a los impresionistas pero con una finalidad completamente opuesta. “El emocionismo es pintar desde dentro, yo me saco la luz de dentro mientras los impresionistas plasmaban un momento de lo exterior”, matiza. Lo que busca es “expresar mi impotencia por no poder hacer otra cosa por el mundo. Cada cuadro es una carta de amor escrita con color. Mis cuadros son un aviso de que el tiempo es cada vez más valioso. Esto que estamos viviendo ahora mismo no se vuelve a repetir más. Cada minuto es platino”.

resized_DSC_0858Las escenas campestres, bucólicas, son sitios reales que ha retratado desde el recuerdo. Dice huir por igual de las excentricidades y de la monotonía y que no se considera pintor sino “amasador de color”. “Después de Caravaggio, de Velázquez y otros grandes pintores, todo lo demás son garabatos. Nadie más va a llegar a eso. Yo no sé pintar pero sí quiero expresar algo con el color. En el caso de amasador de color igual sí soy el número uno.”.

Su objetivo, además, es que el cuadro haga su trayectoria de la forma más agradable posible, porque la obra “no acaba cuando lo firmas sino que continúa su recorrido hasta la casa del comprador. Ese recorrido debe ser agradable y para eso estamos todos trabajando. Es bonito y forma parte de la pintura”.

Pintor y artista no es lo mismo, subraya Espinosa, que confiesa que ha decidido no leer el periódico ni ver la televisión “porque hay noticias que te hacen bicarbonato”. “Algunos llevamos una carga de sufrimiento por la sinrazón de lo que nos rodea que tienes que canalizar de alguna forma, o pintando, o escribiendo poesía, o haciendo música o lo que sea. La única forma de hacer lo que queremos, son nuestras ventanas de libertad”.

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