Catedral de Valencia
Lugares con historia, por Leandro Madrid S.

En la llamada capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, antes sala capitular y aula de Teología donde daba clases Vicente Ferrer, se encuentra la copa en la que, según tradición milenaria, bebió Jesucristo en su última cena y con la que José de Arimatea recogió la sangre de su costado estando en la Cruz.
Esta copa es una pieza de ágata-calcedonia, llamada cornalina, de color rojo. Ha sido fechada entre los siglos II a. C y I d. C y se sabe que fue fabricada en tierras de oriente próximo. En la Edad Media fue montada en forma de cáliz sobre un pie con forma de navecilla invertida, a través de un vástago con dos asas, realizado en oro y piedras preciosas.
Al separarse los apóstoles, después de la ascensión de Cristo, se repartieron los objetos que habían reunido. San Pedro, como cabeza de todos ellos, se quedó con la copa y la llevó con él en sus viajes, hasta que llegó a Roma. Después de la muerte de San Pedro, la copa quedó en manos de sus sucesores. Lino, Clemente, Pio I, Sixto II, etc. En esos tiempos, los cristianos eran perseguidos y muertos, así como sus dirigentes.

En el año 258, el emperador Valeriano ordenó una gran persecución contra los cristianos. Una de las víctimas fue el papa Sixto II. Sabiendo que iba a morir, entregó al diácono Lorenzo varias reliquias para que las guardara, entre ellas la copa de la última cena. Como a Lorenzo también lo perseguían, entregó las reliquias a un amigo hispano, Percello, que las trajo a Huesca para entregarlas a la familia de Lorenzo. El diácono fue quemado días después en las afueras de Roma, donde hoy se levanta la Iglesia de San Lorenzo. Hasta el año 714, la copa estuvo en la iglesia de Huesca, pero, ante la llegada de la invasión islámica, la escondieron en el monasterio de San Juan de la Peña, donde permaneció durante 300 años.
En el año 1399 pasó a propiedad de la corona de Aragón, al ser entregada al rey Martín el Humano. Pero, 40 años después, el rey Alfonso V la regaló a la Catedral de Valencia, siendo guardada en la sala de las reliquias, donde estuvo hasta 1916.
Ese año de 1916, el Santo Cáliz fue colocado en la capilla, antigua sala capitular para que fuera venerada por los fieles. Un retablo tallado en alabastro enmarca el fanal que contiene el Santo Cáliz entre escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. La capilla se encuentra a la derecha de la entrada principal de la Catedral, unida a ella por un pasillo, toda vez que antiguamente era una sala exenta.
Los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI han celebrado la misa en Valencia, durante sus visitas, con el Santo Cáliz.

