Efemérides, por Leandro Madrid S.

Como todo ser vivo, la Murcia de hoy tuvo su fecha de nacimiento el 25 de junio del año 825. Su construcción fue ordenada por el emir Abderramán II, gobernador de la provincia de Al-Ándalus en nombre del califa abasida de Bagdad, Al-Mamún.
La zona pertenecía a la Cora de Tudmir, territorio gobernado por el dux godo Teodomiro en los años de la invasión islámica y que, por tratado entre ambos grupos —residentes e invasores— quedó gobernado por nobles godos en situación semiautónoma. Desde la ocupación, dos grupos étnicos se fueron asentando: los muradíes y los yemeníes, tribus árabes que vivían próximas, pero sin molestarse, cada una con sus propiedades y costumbres. Durante esos años, la capital de la Cora es Uryula, nombre de la actual Orihuela, residencia de los descendientes de Teodomiro.

En el 823 tuvieron lugar enfrentamientos entre miembros de ambas tribus propietarias de tierras cercanas al Guadalentín. En uno de esos encuentros, un miembro de los muradíes causó la muerte a un yemení. La venganza de los familiares del difunto no se hizo esperar. La escalada violenta creció y originó la guerra entre ambos clanes. Los dos grupos recibieron refuerzos de las distintas medinas de la Cora y la guerra se hizo general. En la batalla de Lurqa se dice que murieron unos 2000 soldados.
El emir, que no podía permitir la pérdida de más efectivos ni los trastornos económicos, decidió mandar un ejército al mando de Yabir ben Malik para lograr el apaciguamiento. La llegada de esta fuerza consiguió dispersar los grupos enfrentados. Para evitar nuevos disturbios, se ordenó a Yabir permanecer en la zona. Éste buscó un lugar alto en el valle para evitar las inundaciones de los dos ríos y lo encontró en una pequeña elevación a la izquierda de Segura. Hizo levantar allí su campamento que, por orden del emir, se hizo permanente. Se mandó fortificar el perímetro con una muralla y la construcción de un alcázar, que sería su residencia.

Al ser permanente la situación de las tropas, las familias se trasladaron cerca de ellos, por lo que se amplió la zona amurallada y se organizó una medina, una nueva ciudad. A Yabir ben Malik se le nombró gobernador del territorio y la nueva ciudad se convirtió en la capital. La Cora de Tudmir desapareció. Había durado algo más de 100 años con gobernadores godos. La nueva capital recibió el nombre de Medina Mursiya que, al parecer, significa “lugar asentado en un lugar fijo». La arqueología moderna sitúa esa Murcia entre la iglesia de San Juan de Dios, antiguo alcázar; la Catedral, lo que era la mequita mayor; y la iglesia de Santa Eulalia, la medina. Aunque no hay unanimidad entre los historiadores en la fecha de su fundación, existe mayoría con la fecha del 25 de junio del año 825.

