ZAGREB

La desconocida capital de Croacia 

Viajes, por Eliseo Gómez Bleda

Vista de Zagreb

Zagreb es una de las ciudades centroeuropeas más antiguas, con rico patrimonio y que, quizás, por su situación al noroeste del país, no es muy conocida. Sin embargo, cuando la recorrimos nos sorprendió el gran ambiente en sus calles y su multitud de tiendas y cafés. Pero, sobre todo, su arquitectura típica del centro de Europa que nos recuerda su pasado austrohúngaro y su parecido con Viena.

La ciudad de Zagreb está dividida entre la Ciudad Alta, de estilo medieval y situada en lo alto de una colina, y la Ciudad Baja, más monumental y donde están la mayoría de los restaurantes y tiendas.

El nombre de la ciudad viene de la palabra “zagrabiti”, que significa “sacar agua”.

Nuestra visita a esta ciudad fue a principios de octubre y la verdad es que tuvimos suerte, porque nos acompañó el clima y, además, no había demasiados turistas, por lo que disfrutamos paseando y recorriendo la ciudad tranquilamente. La mejor época para hacer este viaje es desde mayo a septiembre. La mejor forma de llegar hasta Zagreb es desde Madrid. Hay vuelos directos con una duración de menos de 3 horas. 

Normalmente, lo primero que se ve al llegar es la plaza de Ban Josip Jelacic, considerado héroe nacional. Es el centro neurálgico de la Ciudad Baja y, desde aquí, se escucha el sonido del mercado al aire libre de Dolac, el más grande y famoso de Zagreb, que está a solo unos metros de la catedral y en el que se vende sobre todo fruta y verdura. En la plaza Jelacic hay un mirador que es visita obligada. Lo llaman “Zagreb 360” y desde aquí se divisan las mejores vistas de la ciudad. 

Estatua de Jelacic

La ciudad de Zagreb está cargada de leyendas: una de las más célebres cuenta la historia de un famoso general que pasaba por allí, con su ejército cansado y sediento, se bajó del caballo y clavó su espada en la tierra seca y agrietada. En ese momento, empezó a salir un manantial de agua, al que llamaron Mandusevac. De hecho, el nombre de la ciudad viene de la palabra “zagrabiti”, que significa “sacar agua”. Durante siglos, este manantial abastecía a la ciudad de agua, pero, en el año 1898, fue enterrado. En la actualidad está de nuevo en la plaza de Zagreb tal como pedían sus habitantes.

Saliendo de la plaza Jelacic, en el barrio de Kaptol, se encuentran los restos de las antiguas murallas de la ciudad y la catedral, que combina estilos románicos, góticos y renacentistas. Con sus altas torres de 108 metros, que se divisan desde cualquier rincón de la ciudad, es el edificio más alto de Croacia. Su interior tiene una capacidad para más de 5.000 personas. En el año 1880 un devastador terremoto le ocasionó graves daños. Un reloj en la catedral marca la hora de este terrible suceso. Frente a la catedral hay un monumento dedicado a la Asunción de la Virgen, que apareció intacto después del terremoto. Este hecho se consideró un milagro.

En lo alto de la torre hay un cañón que dispara un cañonazo todos los días a las 12 de la mañana.

Uno de los sitios más interesantes de la ciudad es la Estación Central, que está a un kilómetro del centro y es la más importante de Croacia. Es un bonito edificio de estilo neoclásico, donde tenía su parada el mítico “Orient Express”. Desde este punto se inicia una sucesión de ocho parques llamados la Herradura Verde por su forma de “U”. Estos parques están rodeados de preciosos edificios de la época del imperio austrohúngaro, por este motivo a esta ciudad le llaman la “ciudad de los parques”.

A continuación, se encuentra la Torre Lotrscak, que está situada en la antigua puerta de acceso a Gradec (Ciudad Alta). En lo alto de la torre hay un cañón que dispara un cañonazo todos los días a las 12 de la mañana: se trata del cañón de Gric y es una tradición que marca el mediodía.

Jardín botánico.

Cerca de aquí está la farmacia más antigua de Zagreb, que aún está abierta y lleva funcionando desde el siglo XIV. Una cosa que me pareció muy curiosa fue que en la Ciudad Alta tienen la tradición de encender uno a uno, de forma manual, unos farolillos de gas que cada noche iluminan sus calles, que le dan un ambiente de otra época.

Otro de los lugares más famosos es la iglesia parroquial de San Marcos, con su colorido tejado lleno de azulejos que representan el escudo de Zagreb y el de Croacia. Fue reconstruida en gótico tardío y está al lado del Parlamento y del Palacio Banski Dvori, actual sede del Gobierno, en la parte alta de la ciudad, por lo que recomiendo utilizar el funicular para salvar la subida desde la Ciudad Baja a la Alta. Por cierto, es el más corto del mundo con sólo 65 metros de recorrido y fue construido en 1890.

Zagreb es una de las ciudades europeas más verdes, con numerosos espacios naturales.

La ruta puede seguir por el precioso cementerio de Mirogoj con sus bellas arcadas neorrenacentistas. Son 500 metros llenos de esculturas y galerías. Muchos de los personajes más importantes del país yacen en este cementerio.

Zagreb es una de las ciudades europeas más verdes, con numerosos espacios naturales y, sobre todo, un magnífico Jardín Botánico creado a finales del siglo XIX que posee más de 5.000 especies de plantas.

Jardines del Pabellón del Arte.

Hay muchos museos en la ciudad. Destaca el dedicado a uno de los mayores inventores del mundo: el Museo Técnico de Nikola Tesla. Otros museos interesantes son el exclusivo museo Mimara, el del Arte Contemporáneo, el de las Ilusiones, el Arqueológico o el famoso y extraño museo de las Relaciones Rotas.

El Teatro Nacional de Croacia, en la plaza de Tito, se inauguró en 1895 en presencia del emperador Francisco José. Es uno de los teatros más importantes de Europa, donde han actuado muchas de las estrellas internacionales de la ópera, ballet y grandes orquestas.

Una excursión que es casi obligatoria es ir a pasar el día al Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Es algo único. Tiene 16 pequeños lagos y múltiples cascadas y arroyos. Su dimensión es de unas 30.000 hectáreas y hay un barco eléctrico que lo recorre, también un tren. Las entradas se sacan, como mínimo, con 2 días de antelación.

El Teatro Nacional de Croacia, en la plaza de Tito, se inauguró en el año 1895 en presencia del emperador Francisco José.

Otra pequeña calle por la que pasear es la Tkalciceva, llena de tiendas para todos los gustos. Los recuerdos más originales que comprar en Zagreb son corbatas, galletas de pimienta y plumas estilográficas, aunque parezca raro. La moneda de Croacia era la Kuna, pero desde el día 1 de enero de 2023 es el Euro. Al unirse a la UE solo se necesita el DNI para entrar en el país.

Existe una gran cantidad de túneles secretos en Zagreb. Algunos, al parecer, llegan hasta las montañas de Medvednica, a más de 40 kilómetros de distancia. El único túnel que no es secreto es el de Gric, que se construyó durante la Segunda Guerra Mundial para usarlo como refugio antiaéreo. En el año 2016 se remodeló y se abrió al público. Ahora alberga en su interior hasta un museo. Merece la pena recorrerlo.

Funicular de Zagreb.

En Zagreb, en vez de tomar el vermut, se toma el spica. Los sábados se llenan todas las terrazas de las cafeterías de la calle Ban Jelacic o de la plaza de las Flores. Las comidas típicas de Zagreb son el strukli, un pastel de queso tradicional; y también el zagrebacki odrezak (escalope de Zagreb), un filete de carne de ternera empanado y relleno de jamón y queso, parecido al cordon bleu y también a nuestro cachopo. El queso, los yogures y las galletas de miel o de pimienta son muy típicas también. Son muy famosos vinos y licores, como el vino griego y el rakija, que es un mosto destilado de frutas fermentadas.

Los restaurantes que merecen la pena son “Heritage” (donde tienen bocadillos típicos), “Lanterna na Colcu”, “Uspinjaca” y el “NoKturno”. Los hoteles recomendados son el “Esplanade Zagreb Hotel”, el hotel “Dubrovnik” y el “Art’Hotel Radisson”.

Cementerio Mirogof

Las excursiones más interesantes desde Zagreb son a Liubliana (Eslovenia), Varazdin y el castillo de Trakosean. Aunque, sin duda, el mejor destino es los Lagos de Plitvice, que están a unos 140 kilómetros. 

Recomendaciones de Eliseo

  • Pasear una mañana por el mercado de Dolac.
  • Visitar los maravillosos Lagos de Plitvice.
  • Hacer una cata de vinos en la bodega “Vinarija Luris”.
  • Ver el panorama de la ciudad desde el paseo Strossmayer.
  • Comer una buena pizza por 5 € en el restaurante Nokturno.
Eliseo Gómez Bleda.
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