Por Alfonso Pacheco. Fotografías: Alfonso Pacheco.
Reflejos es una antigua idea de convertir algo intangible en fotos y palabras, hacer correr la imaginación por las formas y luces que se producen en las fachadas de los edificios de cristal. Algo tan efímero como un segundo, un leve movimiento de cabeza o la posición en que te encuentres, cambia el ángulo de visión. Cada minuto que transcurre la luz aumenta o disminuye incidiendo los rayos de diferente manera; los automóviles y viandantes por las calles proyectan sombras fugaces y entre todos suena una extraña sinfonía de luz y color a nuestro alcance.
Cada segundo es único en su existencia. ¿Seríamos capaces de captar la vida que se refleja en el inmenso plano de cristal, convertido en espejo por la procedencia e intensidad luminosa? Y de ser así, ¿sabríamos interpretarlo? Me gustaría poder hacerlo. Durante años he visto los enormes edificios de cristal erigidos en las ciudades; estáticos, bellos y majestuosos, impresionantes en su concepción, y no sabía qué era lo que me atraía de ellos. En ocasiones pasaba horas mirándolos desde cualquier parte y no había llegado a comprender mi atracción por ellos hasta que tuve que caminar cerca de uno, pasando repetidas veces por debajo de su fachada. El enorme espejo me hablaba cada vez que mis ojos recorrían su superficie. Veía ventanas, aristas metálicas en todas las orientaciones, pero en realidad se trataba de un espejo, simplemente eso, ahora bien, las dimensiones eran colosales, solo un edificio es capaz de soportar un cristal de veinte pisos de altura.
Curiosamente no son frías estas torres, es una impresión, una extraña sensación de frialdad la que yo sentía ante tanta pieza de cristal, pero cuando descubrí el secreto cambió totalmente mi opinión. Reflejan la vida, la vida a cada segundo. Puedo sentarme frente a uno durante horas y ver cómo el movimiento de la ciudad se proyecta al espacio infinito con sus colores, formas y silencios, y los cielos acompañan este maravilloso concierto con todas las tonalidades y claroscuros de la vida. No son estáticos, mudos, sombríos ni tristes. Te responden desde cualquier ángulo o distancia a cualquier hora, y callan cuando la ciudad calla, y silencian cuando el silencio los rodea y amanecen todos los días despidiendo a las estrellas.
¿Reflejos? ¿Te interesan amigo mío los reflejos? Inténtalo puede ser una experiencia increíble. Un día ante un esbelto edificio bañado de un brillante y negro espejo, cuando el sol declina su trabajo diario tomando camino del ocaso, vi reflejado el vuelo majestuoso de una bandada de flamencos rosados.