ENTREVISTA AL ESCRITOR FRANCISCO JAVIER ILLÁN VIVAS
MÁGICAS PALABRAS. Por Consuelo Mengual.
“1314, la venganza del templario”, (M.A.R. Editor, 2019, Accesit VI Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica), del escritor y crítico literario Francisco Javier Illán Vivas, propicia la cercanía con muchas de las revelaciones de “El nombre de la rosa” (1980), de Umberto Eco. Ambas cuentan su historia a través de una narración en varias capas, explorando el lado más oscuro de la naturaleza humana, así como el potencial destructivo de los secretos ocultos. Son novelas de misterio en ambientes religiosos sospechosos del s. XIV (hay monjes, sexo conspiraciones, envenenamientos, enigmas); textos que, con un estilo impecable y muy bien documentados, desafían al lector con su intriga en torno a misteriosos asesinatos.
Volver al mundo de los Templarios ¿implica que su leyenda es inagotable?
Su mito es inagotable por el final que tuvieron. Acabaron convertidos en mártires.
¿Qué le gusta de Umberto Eco?
El saber construir los asesinatos, dejarte con el misterio a lo largo de toda la novela, y no imaginarte, en momento alguno, que la muerte se produce por algo tan universal como la risa.
Se inicia con la misión de encontrar la Manzana, fruto inmortal del Árbol de La Vida, la eternidad. ¿Por qué el deseo humano de ser eternos?
Porque la vida nos empuja a mantenerla, a vivir, a sobrevivir a todas las penalidades y pruebas que se nos presenten. Y, en el caso de los poderosos, a perdurar en el poder. Así ha sido desde el principio de los tiempos: monarcas, reyes, faraones, emperadores, césares, zares… Hasta ellos mismos se lo creían, decidiendo que al morir se convertían en dioses. Y, para una sociedad como la que conocieron los últimos templarios, el que ellos alcanzasen la edad de ochenta años, por ejemplo, debía ser muy sospechoso para los poderosos, que no alcanzaban de media los cuarenta años.
“Sólo la búsqueda de la verdad, que nos hará libres, será la luz que nos guíe”. ¿Es un riesgo que el conocimiento esté al alcance de todos?
El misterio siempre ha sido una de las defensas de la religión, así lo entendieron desde el principio, posiblemente porque en un principio permanecer en lo oculto era obligado para no ser llevados al circo romano.
Es interesante el modo en que el lector va conociendo a los personajes tras la narración de sus hechos o acciones, mencionando su nombre al final. Curiosamente, toda la novela contiene la narración de los hechos y acontecimientos del templario aragonés y sólo al final de la misma conoceremos su nombre.
Es una forma de mantener el interés del lector. En el caso del freile aragonés, pretendí no despejar la incógnita hasta el final. Algo que ya he hecho en otra de mis novelas, con bastante éxito. Y al final, me permito la licencia poética de homenajear, con el nombre, a mi abuelo, un hombre que murió tras ser sometido a torturas por defender sus ideas.
¿Qué fuentes ha utilizado para conocer la Orden del Temple?
La mejor de las fuentes. En Murcia tenemos la suerte de contar con uno de los cinco especialistas mundiales de la historia del Temple, como es el caso de Antonio Galera Gracia. He tenido el privilegio de ser su ayudante durante años en la editorial ADIH, de leer todo lo que ha publicado hasta hace un año sobre el Temple y, en los momentos de dudas mientras escribía la novela, poderle consultar al instante.
“El poder siempre busca la fórmula de que sus pasos sean opacos para que el ciudadano no conozca toda la verdad”
Se realizaban juicios sin derecho a la defensa por herejías no probadas hasta llegar a la supresión de la Orden Templaria por ley.
Como sabemos por “El nombre de la rosa”, había un acusador y un defensor, pero claro, como la Inquisición tenía siempre razón, fuerza ejecutiva, y autorización papal para practicar la tortura contra los prisioneros, el defensor, en este caso, era una mera comparsa. Como así lo fue Guillermo de Baskerville en el juicio que se describe en la novela de Umberto Eco.
¿Siempre hay mensajes ocultos en los documentos? o, jugando con sus palabras “¿nos hemos sentado en la Silla del Olvido”?
En la actualidad se hacen leyes de transparencia para que la ciudadanía conozca todos los recovecos de quien le gobierna. Hay una corriente de dar a conocerlo todo por la gran mayoría de las organizaciones públicas, privadas, religiosas, deportivas, etc. Pero el poder siempre busca la fórmula de que sus pasos sean opacos para que el ciudadano no conozca toda la verdad. Ahora mismo estamos viviendo una situación especial, de Estado de Alarma, y ya hemos visto la cantidad de demandas, acusaciones, rectificaciones, acuerdos secretos, etc. que se están produciendo. Siempre debe haber mensajes ocultos en los documentos, es la forma que tienen los poderosos de medrar y de que el pueblo no se entere.
Cuéntenos el origen de chocar las copas al brindar.
Tenía por objeto evitar que tu anfitrión te envenenase, pues al chocar las copas con fuerza, se garantizaba que un poco de líquido pasase de una copa a otra, asegurándose así el invitado de que no iba a ser envenenado.
¿Y qué había en el mundo subterráneo de aquel París?
La verdad es que, en cierta manera, aún sigue existiendo, y quien lo desee puede visitar las catacumbas parisinas. Yo he sido uno de los privilegiados que ha tenido la suerte de hacerlo, por galerías que te hacen perder el sentido de la noche y el día. Y tanto entonces, como durante la II Guerra Mundial y en otros momentos históricos, han servido para escapar de los conquistadores, de quienes quieren imponer su voluntad por la fuerza.
Late en la novela la idea de querer conseguir todo como sea.
Creo que la historia de la humanidad nos demuestra que así ha sido siempre. En la prehistoria, en la historia y en la actualidad. La justicia está al servicio del poder establecido, y quien no lo entienda así, es que no comprende nada. Sin citar casos concretos, quien no vea que los fiscales del Estado, la abogacía del Estado, los jueces, actúan al servicio de quien gobierna, es para decirle que no entiende nada. Y quien gobierna hace las leyes para que ellos se mantengan en el poder el máximo tiempo posible. Mi novela es histórica pero puede ser extrapolada al gobierno que ahora tenemos. Permítame esta variación del discurso de Gettysburg: gobierno del pueblo, sin el pueblo y contra el pueblo.
“Mi novela es histórica pero puede ser extrapolada al gobierno que ahora tenemos”
Para Umberto Eco el lector tiene el papel de interpretar el texto, el autor desaparece tras la publicación ¿lo siente así también?
Totalmente. Gracias a las redes sociales, al correo electrónico, al Whatsapp o al Messenger, he recibido cientos de comentarios, preguntas, sugerencias, incluso correcciones de los lectores que hacen que la obra ya sea más de ellos que mía.
Una de las aportaciones de Eco fue el de “opera aperta”, novela abierta que desafía al lector en su intriga. ¿Qué tiene lo clandestino como arma literaria?
Lo clandestino de algo que podemos sentir como nuestro hace que la trama, la novela, sea parte de quien la lee desde el mismo momento que coge el libro en sus manos. Si el autor consigue llegar a ese nivel, tiene garantizado que el lector le seguirá hasta la última página.