ESPACIAL ARS CASINO. Texto y fotografías: Loreto López.
A veces deambulo por las salas de nuestro Real Casino durante el horario de apertura al público, hago como que lo admiro por primera vez, me detengo junto a algunos de los visitantes y escucho sus comentarios, por lo general de admiración, con la íntima complacencia de haber sido uno de los artífices de que este espléndido monumento haya recuperado el mejor de sus aspectos. Sin poder contener una sonrisa de felicidad, continúo mi paseo, que tiene también como objetivo detectar cualquier alteración en aquellos objetos que en su día recuperamos o en la suntuosa piel interna del edificio. Siempre es un gratísimo placer visitarlo, conocerlo a fondo, disfrutarlo.
Han pasado diez años y aquí sigue, perfecto, asombrando día tras día al visitante que se adentra en este espacio mágico, orgullo de los murcianos.
Como profesional, el haber formado parte del extenso equipo encabezado por Juan Carlos Cartagena ha supuesto una enorme satisfacción, un honor, máxime tras el resultado final.
Pero la memoria, un poco burlona, hace que nos olvidemos de cómo lo encontramos antes de emprender aquella colosal rehabilitación, incluso para mí, que fui testigo de su ruina.
Quizás las imágenes sean más elocuentes que mis palabras, volviendo a hablar de patologías múltiples en todos y cada uno de sus elementos, de degradación que ponía en riesgo tanto al inmueble como a todo su contenido; en cualquier caso no está de más este recordatorio, para darnos cuenta del estado de emergencia en que se encontraba y volver a admirarlo hoy, tal como hicimos hace diez años.